¿Qué significa para un atleta uruguayo ser sexto en el ranking mundial de atletismo? ¿Qué perspectivas se abren para su futuro inmediato? El 48.65 de Andrés Silva en 400 vallas puede traer consecuencias históricas.

Parece un sueño. Pero es realidad. Andrés Silva y su oro Iberoamericano fueron portada ayer de la IAAF (la FIFA del atletismo) y en el ranking mundial del 400 vallas figura desde el pasado sábado en el sexto puesto con su asombroso 48.65 obtenido en San Pablo.

¿Qué importancia tiene el logro? ¿Qué impacto histórico tiene para el deporte uruguayo? ¿Qué perspectivas abre para el atleta en su futuro? El Observador consultó a su entrenador Andrés Barrios para contestar esas interrogantes.

“La magia de nuestros logros es doble. Porque estamos en Uruguay y hacemos pruebas de velocidad en invierno, con un clima de cuatro estaciones cuando competimos con potencias que entrenan todo el año en verano”, contó Barrios de 42 años.

A eso hay que sumarle las infraestructuras nacionales, el nivel de apoyo e inversión y la falta de competencia interna. Todos factores donde Uruguay corre con desventaja.

“Y cuando les ganamos no lo pueden creer. Vienen los demás entrenadores y me lo dicen de frente”, cuenta Barrios.

“El 400 vallas es la prueba más difícil de la velocidad. Si el 400 metros llanos es complicado imaginate ponerle 10 vallas que hacen una prueba con 10 unidades rítmicas distintas. Lleva mucho trabajo, mucho estudio”, agrega.

Barrios potencia la marca de Silva. “Fue la mejor marca técnica del campeonato, mejoró su récord nacional (era 49.16 desde 2011), bajó el récord del Iberoamericano que tenía 25 años y pertenecía a un tipo (el brasileño Eronilde Nunes de Araújo) que fue dos veces finalista olímpico y finalista mundial. Y lo hizo corriendo dos carreras, lo cual tiene más valor que hacerlo en una final directa”, dice Barrios.

“Se dio todo”, afirma el DT: “Un día de 28 grados, 75% de humedad, cero viento, un buen carril y un rival espectacular (Eric Alejandro, de Puerto Rico, que también logró su mejor marca personal)”.

Silva estaba ubicado en el 33º lugar del ranking mundial y pasó al sexto puesto.

Eso le puede permitir clasificar a la Liga Diamante, el torneo de atletismo más importante a nivel mundial que se disputa todos los años en 14 etapas distintas.

Las que quedan por delante son Estocolmo (21 de agosto), Birmingham (24 de agosto), Zurich (28 de agosto) y Bruselas (5 de setiembre). Sin embargo, el 400 vallas masculino está incluido en los programas de Estocolmo y Zurich.

“Esos son torneos de mayor nivel que un Juego Olímpico o un Mundial. Ahí están los ocho mejores del mundo del momento en cada prueba”, explica el DT.

¿Cómo se clasifica? Hay que ocupar uno de los ocho primeros lugares del ranking mundial a la hora del cierre de las inscripciones.

Silva partirá este sábado a México para disputar entre viernes y sábado de la semana próxima el Festival Panamericano.

“El mundo del atletismo es muy dinámico y en los días siguientes los que quedaron atrás del ranking pueden superar su marca por lo que hay que esperar y hacer un buen torneo en México”, comentó Barrios.

Silva también está ante una oportunidad histórica. Disputar la Continental Cup (13 y 14 de setiembre en Marrakech). Este torneo lo disputan los dos mejores atletas por prueba por continente. Toda América va unificada. Silva está cuarto a ese nivel según el ranking mundial. “Si se baja alguno podría ir él”, dice Barrios. Pura esperanza. Bien edificada.

Hitos históricos del 400 vallas

  • Andrés Mazzali: El golero vallista
    Oro olímpico en 1924 y 1928 como golero de la selección uruguaya de fútbol, fue medalla de oro en el Sudamericano de Santiago 1920 con récord de campeonato: 59.0. También fue jugador de básquetbol.
  • Glenn “Jeep” Davis: La primera gran barrera
    Estadounidense, oro olímpico en Melbourne 1956 y Roma 1960 fue el primer atleta en rebajar los 50 segundos en la prueba al estampar 49.5 en los trials olímpicos de 1956 disputados en Los Angeles.
  • John Akii-Bua: Primer africano en velocidad
    Ugandés, oro olímpico en Múnich 1974 al correr por primera vez debajo de los 48 segundos (47.82). Su popularidad puso celoso al dictador Idi Amin. Murió en la pobreza a los 47 años.
  • Edwin Moses: Fenómeno invicto
    Doble campeón olímpico (1976 y 1984) y mundial (1983 y 1987), cuatro veces récord mundial y 122 carreras (10 años) sin conocer la derrota. Monstruo.

Fuente: El Observador