La Fundación Atchugarry presentó el proyecto que lleva la firma de Carlos Ott y se inaugurará a finales de 2020 en Punta del Este

Un arquitecto observa, imagina, traza. Vuelve a observar y crea con la fluidez de quien presiente que esos dibujos son la siembra de algo excelso. Es el verano de 2018 y el destacado arquitecto uruguayo Carlos Ott recorre el predio de la Fundación Atchugarry junto a su hacedor, el artista Pablo Atchugarry. A mediados de ese año, cuando más de una treintena de obras del escultor se exponían en el Opera Gallery en Paris, Ott y Atchugarry se juntaron en Francia. Para ese entonces, lo que antes fue un dibujo, ya era un proyecto cultural bastante avanzado.

A más de un año desde aquellos primeros lineamientos y encuentros, la fundación Pablo Atchugarry presentó este sábado lo que será el Museo de Arte Latinoamericano que, se prevé, inaugurará sobre finales de 2020 detrás de su fundación en Manantiales.

El diseño arquitectónico será en sí mismo una joya cultural. El museo estará compuesto de unos 1600 metros cuadrados de extensión, dos salas de gran porte –la más alta estará prevista para las esculturas y la otra, con base más rectangular, será el espacio de las pinturas–, una suerte de mirador que hará dialogar al arte con la naturaleza del entorno y un amplísimo terreno verde que abrazará al edificio. “Carlos Ott hizo aquí gala de toda su experiencia, creatividad y genialidad”, expresó Atchugarry. Según el artista que Uruguay cuente con una emblemática obra de Ott –reconocido y valorado mundialmente– es muy significativo porque, además, este espacio supondrá un nuevo polo de atracción para Punta del Este y, también, para el país.

Arte moderno y contemporáneo
La apuesta de Atchugarry apunta a la comunión de obras de artistas modernos y contemporáneos de América Latina. La amalgama entre el sentido de pertenencia y la amplitud que permite abarcar creaciones de todo un continente hicieron que la vocación –internacional y sin fronteras– que caracteriza a la Fundación Atchugarry estableciera esos límites geográficos.

“Se podrían generar diálogos entre un artista colombiano de determinada época con uno uruguayo y otro brasilero en el mismo período y ver, así, qué pasaba en tales años en esos países”, proyectó Atchugarry.

Los argentinos Julio Le Parc y Horacio García Rossi, los venezolanos Jesús Soto y Carlos Cruz Diez, los uruguayos Wilfredo Díaz Valdez, Enrique Broglia, Verónica Vázquez, José Pedro Costigliolo, María Freire y Miguel Ángel Pareja son algunos de los tantos grandes nombres de la pintura o escultura que, según anticipó Atchugarry, pasarán por el nuevo museo.

“Va a faltar museo para todas las obras que van a estar presentes, pero también es lindo eso: que haya una circulación”, manifestó el impulsor de este proyecto. La idea es que el espacio cuente con muestras itinerantes –desde la fundación imaginan la colaboración con otros museos para fomentar el circuito– y una colección permanente. Mobile Sphere Orange, la creación cinética de Le Parc que se inauguró este verano en la Fundación Atchugarry, será una de las obras que integren la colección permanente del Museo de Arte Latinoamericano.

Fuente: El Observador