Entre 160 y 300 personas por día han pisado los campos de golf en la primera quincena de enero del verano 2018.

La bienvenida sobrepoblación de turistas en la costa del este uruguayo también se evidencia durante este verano 2018 dentro de las canchas de golf y los entornos paradisíacos de sus prados. Los récords de visitantes son una constante aunque hay diversos perfiles según los clubes, porque en algunos casos se combina la presencia de aficionados con deportistas que participaron o comienzan a competir en torneos de gran importancia, como ser la Copa Aníbal Vigil que se inició ayer en el Cantegril Country Club y es su segunda gran actividad histórica después de la Copa de Oro, muy prestigiosa a nivel regional desde hace más de medio siglo.

A lo largo de la primera quincena de enero, cuando apenas llovió un día, en las canchas la gente se reunió a horas tempranas de la mañana o por las tardes, cuando el sol ya no «picaba» tanto y corría una brisa, generándose un vacío importante entre el mediodía y las cuatro o cinco de la tarde.
Gabriel Figueredo, gerente del Club del Lago, un campo que bordea la Laguna del Sauce, en el kilómetro 116 de la Ruta Interbalnearia, muy cerca de Portezuelo y Solanas y a solo veinte minutos de la Península, dijo a El País que en esa cancha se trabaja con socios pero también con golfistas de paso.

Este año se llegó a un promedio de 160 jugadores por día. Allí hay una escuelita para niños desde los 6 años y otra para pequeños con discapacidades, dentro del proyecto Crecer con Futuro, idea compartida con una directora del colegio que lleva el mismo nombre.

En relación a la concurrencia, Figueredo cuenta que este año ha sido frecuente la presencia de abuelos con nietos que llegan decididos a desafiarse o compartir algunos hoyos.

«Es un deporte que, como ahora se nota, no tiene edades, se ven niños desde los 7 años hasta personas de más de 80». El Club del Lago tiene convenio con el Club de Golf del Uruguay y hace propuestas a las demás instituciones dedicadas al golf en el país. Por eso su cancha, que cuenta con tres circuitos distintos en veinte hoyos, con bunkers, lagos artificiales y desafiantes fairways de diversas inclinaciones, es la que a lo largo del año más ocupada está por uruguayos, sin contar a las de Montevideo.

Costos y servicios.
Durante el verano, la mitad de los jugadores en el Lago son argentinos, pero no más. «Tenemos tarifas accesibles porque apostamos más a los sponsors y no a cobrarle al golfista, que paga una anualidad de US$ 2.100», afirma Figueredo.

En materia de infraestructura, servicios y equipamiento todos los clubes están bien preparados, no solo con carros eléctricos (que para dos personas cuestan US$ 60) o a nafta, sino con carritos de mano ya que a mucha gente le gusta caminar. Lo que sin embargo desapareció en el Club del Lago es el caddie, es decir la persona que asiste a un golfista llevando la bolsa de palos o asesorándolo sobre las condiciones de juego de la cancha, los greens y sus caídas. Los argentinos ya no los reclaman, alquilan un buggy o se llevan ellos los palos, como también hacen los uruguayos.

Importar un carro de marca, por ejemplo Yamaha, hoy cuesta US$ 10.000. En el Club del Lago hay 30, pero solo 10 eléctricos ya que les sigue conviniendo mantener los nafteros debido a la dilatada extensión del campo y sus ondulaciones marcadas. Los eléctricos sí convienen en campos como el del Cantegril, con distancias menores a recorrer.

La envidiable calidad de los campos verde agua.
El Club del Lago es el primer campo de golf de América del Sur que obtuvo el Certificado Medioambiental ISO 14001, gracias a su emplazamiento y uso de los productos químicos menos agresivos para mantener la armonía con el entorno ecológico. Además del circuito con 20 hoyos, allí hay una cancha ejecutiva o de práctica. El campo del Cantegril Country Club, que se encuentra a cinco minutos del centro de la península, en Avenida San Pablo, se caracteriza por ser ondulado y muy forestado, y atrae con hoyos de alta complejidad como el llamado «Diablito» (número 17), con su green en forma de riñón. La Barra Golf está en la Ruta 104 Km 2 ½, a cinco kilómetros del centro de la Barra y a 20 kilómetros de la península. Este campo cuenta con fairways, tees y greens de tecnología Penk Cross.

Récord en La Barra con 260 jugadores.
La cancha del Golf Club de La Barra fue diseñada por Vidal y Víctor Paullier, ambos golfistas uruguayos. En más de 6.300 yardas se distribuyen 18 hoyos, favorecidos por el paisaje de la Cañada de los Flamencos y sus espejos de agua. El récord de concurrencia en un día durante la primera quincena de enero de este 2018 es de 260 personas, durante el desarrollo de la Copa Paullier, cifra que se considera un récord. Jugaron 400 personas en ese torneo que organiza La Barra junto al Cantegril Country Club. En el resto de las jornadas, el promedio fue de 200 a 220. Las actividades comenzaron en Navidad y hasta el 8 de marzo el césped casi no tendrá descanso, salvo en jornadas inhóspitas como la de ayer. El 80% son socios del club y de nacionalidad argentina, aunque también hay franceses, ingleses y uruguayos. Para sus hijos, de 3 a 10 años de edad, hay escuelitas de viernes a domingo. Desde las 7:00 horas hasta las 20:00 se puede en esta cancha jugar golf. Allí los carros a nafta fueron todos sustituidos por vehículos eléctricos importados de Estados Unidos.

En el Cantegril han llegado a contabilizar unas 300 personas por día, el 90% socios del club. En ninguno de los campos se prevé un descenso de concurrencia para el resto del mes.

Fuente: El País