Con los arreglos de Alejandro Balbis, la comparsa sentó un “momento histórico” y busca «crear un estilo y una modalidad» en aquel ancestral carnaval, cuna de la fiesta de Montevideo.

Por Agustín Zabala

«Un momento histórico». Así definieron los medios de Cádiz la participación de la comparsa «La gaditana que volvió», un «híbrido» entre la murga uruguaya y la comparsa gaditana, conformada por uruguayos que viven en Madrid y que cuentan con los arreglos corales y la participación de Alejandro Balbis.

La conexión entre ese carnaval de Cádiz y el de Montevideo es de raíz. El uruguayo surgió de aquel, es su hijo y su nueva expresión.

En 1908, cuando el Estado uruguayo empezaba a afianzarse y hacía apenas unos años habíamos dejado las revueltas rurales, en algunos teatros de la capital uruguaya comenzaba a actuar «La gaditana que se va» con un éxito marcado.

Según cuentan Hugo «Piruja» Broccos y Enrique Filgueiras en su libro «Murgas» (Aguilar, 2019), el conjunto pionero de la murga uruguaya surgió gracias a un grupo de amigos, liderado por Antonio Garín, considerado el primer director del género murguero en Montevideo.

En ese libro se adjunta una crónica del diario La Tribuna Popular, en su edición del 28 de febrero de 1909, en la que destacaban la «sociedad compuesta por media docena de jóvenes de buen humor»:

«Aquí como allí vimos la gimnasia dislocadora del frenético director, la indescifrable fisonomía del bombo, la cara patibularia del trombón y la pierna multiforme del clarinete, que parecía atacado por el mal de San Vito (…) Merece todo el aplauso que estimula porque todo atiende a salir de la rutina abrumadora en que nos ha sumido la falta de iniciativa personal».

Si el carnaval de Cádiz es la cuna del carnaval de Montevideo, la «Gaditana que se va» es ese hijo que se crió en aquella ciudad española y creció en etas tierras del río de La Plata.

Y ahora la «Gaditana que se va» volvió:
Nicolás Assandri es un uruguayo que vive en Madrid hace más de diez años y, como la historia parece repetirse, hace varios años tiene con unos amigos -también uruguayos- una murga de «estilo uruguayo» llamada «Tirando la bohemia» que este año decidió participar en el Carnaval de Cádiz.

«Ya era hora de que viniera una murga uruguaya y termine de concretar ese cariño entre las dos orillas y también esas tantas similitudes por el Carnaval y también socialmente. Desde hace cuatro años estamos viniendo a participar en el Carnaval de la calle y nos encanta», dice Assandri en conversación con el medio La voz digital¸ de aquella ciudad española.

Assandri conoce la historia de «La gaditana que se va» y dice que le gustaría «crear un estilo» y una modalidad que puedan cantar los gaditanos y los uruguayos.

Y parece haberle encontrado la vuelta: «La gaditana que volvió» se presentó el domingo en el concurso y este jueves sabrá si pasa a la segunda vuelta, pero, dijo Alejandro Balbis, arreglador de la comparsa, «parecería que todo anduvo muy bien».

«Esto está recién empezando, se habla de momento histórico. Nos dicen que no puede ser que no pasemos», especifica. Y es así.

Los medios gaditanos quedaron impresionados con la presentación de la murga uruguaya-gaditana y ya durante el espectáculo comentaban: «Vaya mensaje que acaban de lanzar, diciendo las cosas», comentaron los periodistas de la transmisión del evento cuando la murga acababa de mostrar un pasaje más crítico, en el que se meten hasta con el Rey de España y cuestionan que en Europa no reciban de la misma forma de la que América recibió a sus abuelos.

La historia de Balbis con este grupo nació en mayo del año pasado, cuando se fue a Europa a hacer una gira con su música. Entre la gente que conoció, se encontraba Andrassi y el resto de los hombres de la murga.

«A uno se le ocurrió decirme «¿y vos no querés estar?» y yo me enganché inmediatamente. En mayo ya teníamos el plan medio armado, nos pusimos a trabajar a distancia. Yo hice arreglos, compuse música y ensayábamos por internet: ellos tienen una sala muy linda, con todo el equipamiento, y con cámara por internet. Yo pasaba el arreglo, ellos cantaban, corregían e íbamos de vuelta. Como yo no tenía que cantar en tiempo real, que eso sí no se puede hacer aun, salió. Se hicieron las cosas», contó.

Balbis explicó que la estructura de la comparsa gaditana es «muy estricta» y que «no es tan libre» como la murga uruguaya, en la que se pueden hacer cuadros distintos. La gaditana tiene, dice, una presentación, dos pasos dobles, dos cuplecitos con estribillo y un popurrí que tiene tres cuadros y el último es «como la despedida».

Otra de las grandes diferencias es que el material de los conjuntos es «secreto», no puede estar en redes sociales «ni en ningún lado». «Si se te filtra un audio perdés. La gente no sabe nada hasta que se abre el telón del teatro Falla», especificó.

Luego de varias semanas de ensayo, y de fines de semanas girando por Suecia, Noruega, Dinamarca, Mallorca y Menorca, la murga se presentó el pasado domingo el teatro Falla en el Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval de Cádiz.

«Cádiz es uno de los lugares más maravillosos que conocí. Es una ciudad que tiene 3000 años, que vos caminás por esas calles medievales y respirás historia. El carnaval es centenario, para no exagerar. Hay mucha tradición por el carnaval, la gente está muy involucrada. Hubo mucha repercusión desde el momento en el que nos inscribimos».

Y así relató Balbis ese día de la presentación: «Nos juntamos en un bar de los miles y miles que hay. La gente vive adentro de los bares, es impresionante, tomando cerveza desde la mañana. Después, se va a una cosa que se llama el pasacalle, que la comparsa va caminando y tocando y la batería va tocando por las callecitas hasta el teatro Falla. Los niños desde los balcones tirando papelito y se llega al teatro. En el teatro se toca sin sonido, esa es una gran diferencia. Y la gente nos gritaba coas buenas, porque dice que también te dicen cosas negativas. Es un público muy especial, pero nos dijeron cosas hermosas. Fue un momento de altísima emoción».

«El jueves se sabe si pasamos a la segunda fase. Todo el mundo dice que no podemos no pasar», aseguró.

«La picaresca gaditana va por otro lado, lo ves en el humor. Hicimos esa cosita tan simple que es el cuplecito del pito gaditano que es de una inocencia impresionante, y recontra funcionó. De una manera muy inesperada, por cierto».

Fuente: Montevideo Portal