«Uruguay Audiovisual» unirá a gobierno y productores El año pasado el cine uruguayo vivió una crisis que sacudió al sector.

Desde la Asociación de Productores y Realizadores de Cine (Asoprod), se reclamó que el apoyo gubernamental a las producciones no se había actualizado desde 2008, y se exigió la constitución de un plan de fomento a la industria.

Un año después, integrantes de Asoprod, los ministerios de Cultura, Industria y Turismo, la institución Uruguay XXI, el ICAU (Dirección del Cine y Audiovisual Nacional) y la Cámara Audiovisual anunciaron un «punto de partida» para un trabajo colectivo en pos de la definición de una industria cinematográfica fuerte en el país. «Queremos que esto sea como la selección», afirmó Julián Goyoaga, presidente de Asoprod.

El primer paso está dado por el establecimiento de la marca sectorial «Uruguay Audiovisual», que bajo la marca país Uruguay Natural plantea proyectar tanto a nivel local como internacional la producción audiovisual e institucionalizar la actividad, según planteó durante la presentación Martín Papich, director de ICAU. «Queremos que el vecino vea un rodaje y que en lugar de pensar que le están cortando el tránsito o que lo molestan, sienta algo positivo», expresó.

Que el punto de partida para este trabajo colectivo sea el del establecimiento de una marca país para el audiovisual nacional no es casual, sino que se inspira en el trabajo de otros países de la región, que en la previa a la presentación mostraron sus ejemplos exitosos durante una conferencia convocada en el contexto de los premios Platino, que se entregarán en Punta del Este el domingo.

Los casos presentados fueron los de República Dominicana y Colombia. El país caribeño aprobó una «ley de cine» en 2010 que planteó beneficios e incentivos a producciones cinematográficas locales e internacionales a través de devoluciones de impuestos a la renta y de IVA, el incentivo a la construcción de salas de exhibición y de estudios (el país isleño cuenta con un estudio nacional y una instalación de los estudios ingleses Pinewood).

La ley planteó un apoyo del gobierno y de inversionistas privados, pero también contó con el respaldo del público, que acude en masa a ver las películas dominicanas que superan en taquilla a las superproducciones de Hollywood. Gracias a la ley, con una inversión del 0,2% del presupuesto anual gubernamental se produjeron desde 2011 más de cien películas nacionales, mientras que entre 1922 y 2011 se habían producido 101 películas.

Colombia ha tenido una experiencia similar con la implementación de una ley de cultura y luego de una ley de cine, que sumadas al respaldo de la «marca país», generaron espacios para el cine local, no solo a nivel de exhibición y producción, sino también en cuanto a la formación y capacitación de actores, guionistas y directores.

Andrea Afanador, directora de programas del Fondo Cinematográfico colombiano Proimágenes, explicó a El Observador que el éxito internacional de películas como la nominada al Oscar El abrazo de la serpiente es la confirmación del éxito del proceso. «El aporte no es solo plata en las distintas etapas de producción, porque la plata sola no hace todo. Hay un compromiso de todas las partes que, sumado al talento de los creadores, hizo que se destaque».

Sin embargo, Afanador considera que Colombia aún enfrenta problemas como la constitución de un público local o la venta de sus películas a la región. «Tenemos un idioma común, somo parte del mismo continente y sin embargo nos es más fácil que la película llegue a París que a Montevideo», afirmó.

Más allá de la presentación de la marca Uruguay Audiovisual, hay integrantes del sector que reconocen que aún queda camino por recorrer. El director y guionista Walter Tournier reclamó la actualización de la ley de cine uruguaya, considerando necesario «discutir varios puntos, como las coproducciones o los incentivos fiscales».

«Filmé un corto y tengo que pagar todo el IVA, mientras que una publicidad para el extranjero está exonerada», dijo, y también consideró necesario trabajar en pos de la construcción de un público local y la creación de más salas.

Más allá de esto, Tournier consideró que Uruguay se encuentra, luego de los hechos del año pasado, en un «punto de inflexión», y que eventos como los Platino permiten generar espacios para discutir experiencias, de las que Uruguay puede tomar ideas para consolidar «al cine como industria».

Fuente: El Observador