Entre títulos consagrados y películas esperadas, el Festival ya se ha convertido en un clásico del balneario a la hora que el sol se esconde

Empezó con una película: Yo maté a mi madre, del cineasta canadiense Xavier Dolan. Era el 2011 y el José Ignacio International Film Festival empezaba a tratar de meterse en la grilla de las actividades destacadas del verano esteño. Y la verdad es que no le costó demasiado: poco a poco fue incrementando la cantidad de películas exhibidas por edición y también su importancia y más tarde pero mucho antes de lo que cualquiera se podría haber imaginado, su propuesta de juntar cine y mar se convirtió en uno de los clásicos de cada verano. Un clásico que en los últimos años ha tendido puentes entre cineastas nacionales y extranjeros en talleres y working projects adyacentes que le han dado aún más forma y que lo consolidaron como uno de los grandes eventos culturales del verano.

La idea fundacional es sencilla y efectiva. Una película cada vez que se ponga el sol. Ese ha sido el mantra del festival y así se ha mantenido hasta la edición 2020, en la que el JIIFF festeja sus diez años. Por sus sedes y pantallas –que son tres y se ubican en la bajada de los pescadores en José Ignacio, en la vieja estación del ferrocarril de Pueblo Garzón y en la chacra La mallorquina– han pasado varias películas, algunas muy premiadas en festivales del mundo –sobre todo en Cannes, un evento de primer nivel con el que el JIIFF ha establecido una relación más que interesante– y que muchas veces tuvieron su preestreno –o a veces única proyección– en una de sus ediciones. Algunas de las más destacadas de los últimos años son Cold War, Border, Lucky, La favorita, Toni Erdman, Aquarius, Tangerine, The Florida Project, Force majeure, Winter sleep y Mommy, entre otras. Es, siempre, un catálogo que busca rescatar las pequeñas grandes joyas del año que comienza.

Este año el festival irá desde este sábado 4 de enero al sábado 11. Habrá seis películas en la programación, cinco de ellas en competencia. La programación, como usualmente sucede, es suntuosa y atractiva. Hay títulos para todos los gustos y algunos que más vale no perderse, porque, nunca se sabe, quizás no vuelvan a pasar por la pantalla grande. Ah, y una cosa importantísima: es gratis.
Programación

Sábado 4
Parasite
(Bajada de los pescadores)
Es, según muchas listas y críticos, una de las mejores películas del 2019 y en Uruguay es el JIIFF el encargado de presentarla al público. Dirigida por el talentosísimo Bong Joon-Ho (director de Snowpiercer, The Host, Memories of murder y Okja, entre otras), está sátira política y social surcoreana mezcla varios géneros y registros para ofrecer una historia llena de secretos, cambios de ritmo y escenas espectaculares. Hay que verla en pantalla grande y si es al lado del mar, mejor.

Domingo 5
Jojo Rabbit
(Bajada de los pescadores)
En cada edición, el JIIFF presenta una película por fuera de la competencia que funciona como preestreno a la llegada oficial a las salas comerciales. Este año le toca a Jojo Rabbit, la nueva película del cineasta neozeolandés Taika Waititi, que ya supo demostrar su capacidad en Hunt for the wilderpeople y Lo que hacemos en las sombras, y que además pudo meterse en Marvel y salir con la frente en alto con la genial Thor: Ragnarok. En Jojo Rabbit, Waititi viaja a través del tiempo para mostrar una sátira sobre el nazismo que pone a un niño de las juventudes hitlerianas en medio de una trama de rescate a una niña judía. No lo parece, pero es una comedia. Y conociendo a Waititi, seguramente muy divertida.

Lunes 6
Retrato de una mujer en llamas
(Bajada de los pescadores)
Esta película es un caso extraño. Fue muy elogiada en su presentación en el último festival de Cannes –en donde compitió por la Palma de Oro que se llevó al final Parasite y donde ganó el premio al mejor guion– y todos supusieron que sería la enviada de Francia al Oscar para competir como mejor película de habla no inglesa. Pero no. De todas formas, eso no importa demasiado, porque Retrato de una mujer en llamas, de la directora francesa Céline Sciamma, es uno de los títulos que hay que ver en la primera mitad del año. Ambientada en Francia en el S XVIII, el film sigue los pasos de una artista que debe pintar el retrato matrimonial de una joven. En el proceso, empezarán a despertarse sentimientos y deseos que las pondrán en jaque.

Miércoles 8
Lo que arde
(chacra La Mallorquina)
No es que el cine gallego llegue demasiado a estas costas, por lo que la aparición de Lo que arde –que en su lengua de origen es Viendra le feu– en el JIIFF es una gran noticia para acercarse a otro tipo de lenguaje cinematográfico. En este caso, el director Oliver Laxe recorre el camino de un hombre que sale de la cárcel luego de haber cumplido una pena por provocar un incendio, y que viviendo tranquilamente en las montañas junto a su familia, deberá enfrentarse a un nuevo foco ígneo, ajeno a él pero extremadamente removedor. Se ganó el premio del jurado en la sección Un Certain Regard del último festival de Cannes.

Viernes 10

Bacurau
(Vieja estación de trenes, Pueblo Garzón)
El director Kleber Mendonça Filho es uno de los nombres más destacados del cine latinoamericano reciente. Su trayectoria incluye varios títulos potentes, y con sus últimas dos películas ha sido protagonista activo de Cannes. Su penúltimo título, Aquarius (2016), compitió por la Palma de Oro. Y Bacurau, la producción que exhibirá el JIIFF el viernes 10, también. La premisa pone el foco en un pueblo –Bacurau– del interior brasileño en futuro muy cercano. Allí la matriarca de esa sociedad muere, y en cuanto lo hace cosas muy extrañas comienzan a suceder. Drones, asesinatos, tiros, espías, apariciones repentinas y varios elementos disruptores más se suman para esta explosiva obra sudamericana.

Sábado 11
El joven Ahmed
(Bajada de los pescadores)
El cine ha dado hermanos ilustres desde su fundación. En esta época, una de las parejas de directores más destacadas de todas son los hermanos belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne, que han dedicado su carrera al cine de temática social y que con su última película, El joven Ahmed, se llevaron para la casa el premio a los mejores directores de Cannes. El Ahmed del título es un adolescente musulmán de 13 años que, en su Bélgica natal, se radicaliza impulsado por su Imán y planea matar a su profesora de árabe en nombre de su religión. La película causó un poco de revuelo en su estreno y también varias críticas para los directores, pero aún así marcó un punto alto del último festival y, ahora también, del JIIFF.

Fuente: El Observador