Luego de haber sido nombrado “país del año” por la revista británica, ahora el periódico español ubica en primer plano de su portada web cómo es la Navidad “laica”. Aquí el artículo completo.

En un país laico como Uruguay el 25 de diciembre está marcado en rojo como día festivo, pero la secularización del calendario por parte del Estado a principios del siglo XX, llevó a cambiar la Navidad por el Día de la familia.

Pasa con otras festividades como la Semana Santa, que en Uruguay se conoce como Semana de Turismo. No obstante, eso no impide que las familias celebren tanto Nochebuena como Navidad: las calles se iluminan, los centros comerciales se engalanan con arboles gigantes y decoraciones con Papá Noel, de barba blanca y traje de fieltro rojo, aunque la temperatura en el Cono Sur en esta época del año supera los 30 grados.

Al habitual ajetreo de la época navideña, se suma el fin de la época escolar y el principio del verano austral, con lo cual las calles están abarrotadas, entre los que bajan con su silla y con su mate a tomar el sol a la playa o a tomar el aire en la Rambla de Montevideo y los que aprovechan para hacer sus últimas compras.

La celebración uruguaya es familiar, con algunas tradiciones de Italia (como el panettone) y de España (el turrón). El menú suele consistir en una tradicional parrilla (asado), en la que además de carne no puede faltar queso provolone, algunas verduras asadas como morrón rojo (pimiento) y papa dulce (batata). Para brindar: el medio y medio, una bebida mezcla de vino espumoso dulce y vino blanco seco. El más popular es el del restaurante Roldós, ubicado en el Mercado del Puerto desde 1886. Y como colofón a una buena celebración no pueden faltar los fuegos artificiales.

Pero para visitar familiares o amigos hay que tomar precauciones: el día 24 el servicio de autobuses se paraliza casi completamente a las siete de la tarde y recién se normaliza el 26.

Cambio el rojo por el blanco

En las calles las floristas venden ramilletes de jazmines por 20 pesos (1 dólar) en pequeños cucuruchos de papel. Los uruguayos llevan a sus casas manojos con cuatro o cinco de estas flores aromáticas que utilizan como centro de mesa en vez de la flor de pascua roja, que se suelen poner de adorno en los hogares en el hemisferio norte.

Otra estampa típica asociada a esta época del año son los puestos improvisados de los estudiantes de Arquitectura en los que venden la popular «Agenda de Arquitectura 2014». Es conocido en Uruguay el esfuerzo que hacen estos estudiantes para recolectar dinero durante los tres últimos años de carrera para al final, una vez graduados, realizar una vuelta al mundo para conocer algunas de las obras que han estudiado durante la carrera sobre el papel y en busca de inspiración para sus futuros trabajos.

La venta de sus cuidadas agendas, en las que incluyen fotografías tomadas por alumnos que han realizado el viaje anteriormente, forman parte de esta estampa navideña veraniega.

Fuente: El País y El Observador