En sesión extraordinaria la Organización de Estados Americanos nombró al actual senador como el sucesor de José Miguel Insulza.

El excanciller Luis Almagro fue elegido hoy para ser el nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El uruguayo era el único candidato para reemplazar al chileno José Miguel Insulza que estuvo 10 años al frente de ese organismo.

En su primer discurso como secretario general, Almagro agradeció al expresidente José Mujica el apoyo que le brindó.

Además, planteó crear un sistema para prevención de conflictos sociales; otro para prevenir desastres naturales; mejorar la interconectividad en el Caribe; y establecer una red panamericana sobre educación. Además trabajará para el reingreso de Cuba a la organización.

En la sesión estuvo presente el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, así como buena parte de los cancilleres de la región, entre ellos, Hector Timerman de Argentina.

Tras la retirada en los últimos meses de los candidatos peruanos, Diego García Sayán, y guatemalteco, Eduardo Stein, la mayor parte del continente respaldó a Almagro.

El último país en apoyar a Almagro fue Estados Unidos, que esperó hasta ayer para expresar su confianza «en la capacidad (de Almagro) para liderar la OEA en la dirección correcta durante su mandato», según dijo a Efe un portavoz del Departamento de Estado.

En la cancillería uruguaya, desde febrero, se sabía que EEUU apoyaría a Almagro, según lo informó El Observador.

Estados Unidos espera que Almagro esté «dispuesto a defender la democracia y los derechos humanos cuando estén amenazados» y a «tomar las duras decisiones necesarias para reformar la OEA y restaurar su importancia en el hemisferio», afirmó el portavoz.

Almagro, que hasta el mes pasado era canciller en el Gobierno del expresidente uruguayo José Mujica, se ha comprometido a «darle a la OEA una credibilidad que hoy todos reclaman», tal y como indicó en la presentación de su candidatura el mes pasado.

La única organización regional que reúne a todos los países del continente -con la excepción de Cuba- vive desde hace años una crisis de identidad, especialmente a raíz del creciente protagonismo de otros foros, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Almagro apostó por una mayor coordinación con esos foros, en ocasiones más rápidos a la hora de reaccionar ante crisis puntuales, y por impulsar una OEA «ágil, eficiente» y asentada en cuatro pilares: la democracia, los derechos humanos, el desarrollo y el fomento de la seguridad.

Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, cree que Almagro enfrentará «retos formidables» como secretario general de la OEA, una institución aquejada de «profundos problemas políticos y de organización».

«Incluso el secretario general más cualificado del mundo no podría resolver solo esos problemas. Los gobiernos tienen que tomarse en serio a la OEA, y eso incluye a Estados Unidos», afirmó hoy Shifter a Efe.

Además de sus problemas de presupuesto, la OEA ha mostrado últimamente dificultades para pronunciarse con rapidez sobre temas como las protestas de hace un año en Venezuela o el anuncio sobre la normalización de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba.

Apenas un día después de la previsible elección de Almagro, la OEA volverá a implicarse en uno de esos largos debates cuando la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, hable mañana jueves ante el organismo sobre las recientes sanciones de EE.UU. contra funcionarios venezolanos, que ya fueron rechazadas este sábado por Unasur.

Almagro formó parte de la misión de cancilleres de Unasur que visitó Venezuela el año pasado para impulsar el diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana, y «conoce bien» la situación en ese país, por lo que «va a plantear sus ideas» al respecto si es elegido, aseguró a Efe un portavoz de su campaña, Sergio Jellinek.

El excanciller tiene también entre sus objetivos conseguir la reintegración en la OEA de Cuba, suspendida del organismo en 1962 y que hasta ahora se ha negado a regresar a su seno.

La elección de Almagro, no fue por aclamación, sino por voto secreto.

Fuente: El Observador y EFE