La «casa» del Vaticano en Uruguay se convirtió el jueves 16 de abril en un particular salón de fiestas en el que unos 400 políticos, diplomáticos y portavoces de diferentes religiones celebraron los dos años del pontificado de Francisco con un menú diseñado y cocinado durante 10 días por el propio nuncio del Papa, el indio George Panikulam, cuyas dotes culinarias parecen no tener límite.

«Les aclaro que toda la comida que se ofrece hoy es casera, hecha en esta misma Nunciatura. La discreción no me permite revelar el nombre del chef que la ha preparado», espetó misteriosamente ante un micrófono un padre salesiano antes de que los invitados comenzaran a degustar los suculentos productos dispuestos a modo de bufete.

Se trata de la primera vez en 25 años que la Nunciatura Apostólica en Uruguay invita a participar a los medios de comunicación en una instancia de este tipo, recepción encabezada por el nuncio -alto representante del Vaticano en el país suramericano. «El cocinero es un secreto que no hay que decir pero ha sido el mismo nuncio apostólico», dijo a la prensa entre risas el cardenal y arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla.

Representantes de diversas iglesias cristianas, así como de la colectividad judía y un imán musulmán vinculado a la embajada de Egipto fueron solo algunos de los ilustres congregados en el acontecimiento, al que no faltaron embajadores de multitud de países y autoridades académicas y políticas de Uruguay.

Tampoco quiso faltar a la cita María Auxiliadora Delgado, la primera dama del país, esposa del presidente Tabaré Vázquez.

En un discurso a los presentes, y tras saludar a Delgado de forma especial, el nuncio contó que quería decir solamente dos palabras: «Bienvenidos y gracias».

«Los invito ahora a hacer un brindis por el señor presidente de la República, Tabaré Vázquez, y su santidad el papa Francisco», concluyó el nuncio, que definió al Pontífice como «un pastor universal, originario del continente latinoamericano, que en dos años ha tocado el corazón del mundo».

Así, para que sus 400 invitados se fueran con el mejor sabor de boca, Panikulam, nuncio en Uruguay desde junio de 2014 y reacio a dar declaraciones a la prensa, se puso manos a la obra entre los muros de la cocina de su casa, la de la Nunciatura, y se pasó cocinando los últimos diez días, que dieron como resultado unos 20 platos distintos, con gran influencia de la cocina hindú.

Carnes, pescados, mariscos, arroces y pastas completaron buena parte del menú, que elaboró con la colaboración de otros religiosos cercanos en su día a día y de estudiantes de una escuela de cocina.

«El Nuncio ha diseñado todo lo que se elaboró hoy, todo el servicio y la manera de llevarlo a cabo», expresó a Efe la directora del Centro de Formación Profesional del Plata, Denise Darracq, escuela que asistió al «embajador» vaticano en su proeza.

Este «nuncio cocinero», nacido en Puthenchira (India) en 1942, entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1979 y antes de llegar a Uruguay fue el alto representante del Vaticano en Honduras, Mozambique, Etiopía y Yibuti.
«Todo cortado a cuchillo, maneja perfectamente los tiempos de cocción y lo ha hecho en una cocina de una casa casi normal. Las recetas son originales y ya ha hecho esto en otros lados del mundo», añadió Darracq, quien calificó la cocina como la «pasión» del religioso. «Hoy se levantó a las 3 de la mañana», matizó.

Un equipo de la escuela de cocina se encargó de servir los platos y atender las necesidades de los comensales, algunos de ellos con particularidades a la hora de comer debido a sus creencias religiosas.

«Todo está estudiado: el cerdo, el alcohol… Estamos dentro del territorio del Vaticano comiendo comida hindú elaborada por el nuncio asistido por jóvenes uruguayos», se congratuló Darracq.

Para Sturla, una jornada de convivencia como esta, con representantes de diferentes religiones, es «un signo de una Iglesia abierta que tiende la mano y que con el diálogo podemos superar las tensiones tremendas que hay en el mundo».

Fuente: EFE