El jueves 14 de noviembre de 2013, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Tabaré Aguerre, bajó de su auto en la entrada de la ciudad de Salto y comenzó a caminar junto al subsecretario de Agricultura de EEUU, Edward Avalos, hacia un camión cargado de ovinos. Ambos jerarcas treparon a la caja del pesado vehículo para observar la carga.

Un día antes, Avalos había llegado al país para anunciar la apertura del mercado estadounidense para la carne ovina desosada de Uruguay, un anhelo que esperó más de una década para concretarse. En el mismo acto, Aguerre formalizó a Avalos el pedido de apertura para la carne ovina con hueso.

Tres años y 10 meses después, EEUU comunicó el viernes pasado al gobierno uruguayo que este martes se publicará la regla que habilita el ingreso de la carne ovina con hueso. Ahora deberá correr un mes para que el mercado estadounidense quede operativo para hacer negocios.

La producción saldrá el primer compartimento ovino concretado por Uruguay con medidas de bioseguridad, una experiencia mundial inédita que le permite sortear la barrera de país libre de fiebre aftosa con vacunación. Es un emprendimiento que involucra al MGAP, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), el Frigorífico San Jacinto y los productores.

En el compartimento ovino, ubicado en una fracción del campo del SUL en Cerro Colorado hay 3.000 corderos prontos para iniciar el flujo comercial.

Sin embargo, no serán grandes negocios pues EEUU no figura en las estadísticas del Instituto Nacional de Carnes (INAC) al 2 de setiembre pasado.

Pero es un espaldarazo para avanzar hacia otros países.

Fuente: El Observador