La alianza se celebró el jueves 26 de julio a las 19 horas con una degustación en el Perifoneo del Auditorio Nacional Adela Reta, numerosos invitados y una sorpresa muy agradable.

¿Cuántas veces se escucha que un sueño se convirtió en realidad? Eso es justamente lo que ocurrió con la materialización del vino propio del SODRE, que a partir de la fecha será privilegio de la bodega Giménez Méndez.

Decimos que nació de un sueño, porque así fue realmente. «Un día estábamos sentados trabajando junto a Sebastián Gonzatto, y escuchamos por radio que venía [el tenor José] Carreras a cantar a Uruguay, y empezamos a pensar qué bueno sería hacer un brindis con nuestros vinos con Carreras, y una semana después estábamos presentando la propuesta a las autoridades del SODRE«, dice Silvina Rosas Labandera, responsable de comunicación y marketing de la bodega.

Gonzalo Halty, director general del Auditorio Nacional Adela Reta desde 2016, así lo confirma. «Este proyecto nació por una gratísima visita que recibimos de Marta Méndez Parodi y Silvina el año pasado, con su loca idea de empezar a pensar una asociación estratégica entre la bodega y el Auditorio Nacional. Nos entusiasmó y comenzamos a tirar ideas, entre éstas, la posibilidad real de lo que hoy se concreta, que es la presentación de un vino exclusivo, hecho para esta ocasión y para el SODRE como tal».

«Giménez Méndez viene apostando fuerte en el ámbito del arte desde el año 2014, en que nos propusimos acompañar acciones culturales», agrega Silvina. «Y ese desarrollo ha hecho que realicemos aproximadamente 200 actividades por año. Entendemos que el vino es un arte, entonces qué mejor que combinarlo con actividades artísticas. Justamente es un maridaje perfecto, y para nosotros este maridaje con el SODRE es fenomenal».

Halty confirma ese concepto: «Surgió una sinergia que se materializó en vino. ¿Por qué un vino del SODRE? La respuesta surge sola, la identidad del Tannat con la identidad del SODRE tienen una misma raíz. Si nos remontamos a la etimología de la palabra cultura, de lo que significa cultivarse, y la relación desde la perspectiva histórica del ser humano con la tierra y su construcción de vida marcan como natural el vínculo entre el proceso de un proyecto cultural con el proceso de elaboración de un vino».

«Esto es un hecho histórico», agrega. «Es la primera vez que tenemos un vino con marca propia, y creo que la síntesis de lo que significa está plasmada en la contraetiqueta: ‘Los estímulos promovidos por acciones culturales determinan cuanto puede avanzar una sociedad’».

De momento, será únicamente para obsequios institucionales y eventos destacados en que se ofrece un vino de honor. En contraprestación, SODRE permitirá a la bodega de Canelones estar presente en otras ocasiones y acontecimientos, para otorgarles la posibilidad de mostrar los productos que integran su portfolio. Posteriormente se analizará la posibilidad de poder comercializar el vino, pero aún es una etapa que no se encuentra formalmente definida.

Durante el acto, también se dirigieron a los presentes la directora de la bodega, Marta Méndez Parodi, quien agradeció la confianza depositada en ellos por la institución, que es un ícono de la cultura en todas sus expresiones, para diseñar un producto que los represente. «Esta alianza nos honra enormemente y también nos responsabiliza seriamente. Esperamos estar a la altura de lo que ustedes aguardan de nosotros», terminó.

Por su parte, Doreen Javier Ibarra Ferreira, presidente del SODRE, agradeció a la empresa por haberse acercado a la institución. «Permanentemente atravesamos dificultades desde el punto de vista de recursos, que logramos a través de sponsors. Esta innovación de llegar a un acuerdo con una bodega tan prestigiosa de nuestro país es un orgullo. Reivindicamos el vino como uruguayo, como reivindicamos a Gardel y a La Cumparsita, porque tiene una exposición a nivel exterior sumamente importante», expresó dando muestras de conocer el importante trabajo que se está realizando para llevar el vino uruguayo a diversos países.

Un poco de vino y un poco de canto
Mauro Giménez Méndez, enólogo que integra el equipo de jóvenes profesionales de la bodega de Canelones fue el encargado de presentar el vino. «Es un assemblage de tres Tannat de nuestros tres viñedos, uno de la zona rural de Montevideo, otro de Los Cerrillos y el tercero de Las Brujas, de la cosecha 2017. Acordamos que fuera la variedad emblemática del Uruguay, para elaborar un vino muy típico uruguayo, pero suave, con estructura, buen color y muy aterciopelado. Las variedades fueron vinificadas por separado, con nueve meses de paso por barrica de roble francés y americano, y luego se realizó este corte único para el SODRE».

Al finalizar la presentación, sorpresivamente, uno de los invitados se lanzó a cantar, y varios más lo siguieron, hasta que todo el perifoneo se convirtió en un potente coro, para deleite de todos los presentes. Ignacio Pilone, coordinador interino de la Escuela Nacional de Arte Lírico, que es una de las EFA, Escuelas de Formación Artística (divisiones del SODRE que incluyen además las tres divisiones de danza: ballet, contemporáneo y folclore), fue quien dirigió esta movida musical.

«Nos pidieron una pequeña sorpresa, no anunciada, para amenizar este evento», explicó Pilone. «Es una especie de ‘flashmob’, aunque no exactamente, pero sí es una intervención con 35 chicos que están estudiando en la escuela, vestidos de manera informal, mezclados entre el público para que no se distingan demasiado. Elegimos interpretar un brindis, el brindis de la opereta Die Fledermaus (El Murciélago) de Johann Strauss, que creo que fue lo más adecuado para una ocasión como ésta, en que un brindis con vino y canto tenía que haber».

Fuente: bodegasdeluruguay.com.uy