Vencieron con autoridad a Argentina XV 28-15 para anotarse otro hito y seguir mostrando que están en un momento soñado

Hubo un momento, sobre el final del primer tiempo, que resumió el espíritu de estos Teros, que en la noche de este sábado vencieron 28-15 a Argentina XV, segundo seleccionado argentino, para ganar por tercera vez consecutiva la Nations Cup. Ganaban 13-10 y machacaban en las 5 yardas finales, con el line y maul, con el pick and go. Obtuvieron un par de penales. Después de cinco minutos de golpe y golpe, con la cancha mojada, con el desgaste de 40 minutos todo indicaba que la opción lógica era patear a los palos para asegurar tres puntos en el bolsillo para irse al descanso arriba por seis.

Peeero… estos Teros no son lógicos. Al menos no lo son en su ambición, en su hambre, en su fuego sagrado. En este momento único, el mejor de la historia. En su juramento: no quedarse en lo ya logrado y seguir trazando metas más altas.

Por eso, dos veces, apuntaron al line. No querían tres puntos, querían siete.

La historia terminó como se la imagina: line, obtención, fortaleza para ganar en el contacto a un rival que con el que no hace mucho se perdía por 40 puntos, y try, para irse al descanso 20-10 arriba, en lugar de 16-10. Hambre, y ambición por lograr el resultado más alto posible.

La historia se repitió una vez más en el partido, con el mismo resultado. Y al final esa ambición terminó pagando, con una victoria y un título que reafirma el momento refundacional de estos Teros modernos, que enterraron aquello de derrotas dignas ahora apuntan a ganar un partido en el Mundial.

Para el recién llegado (¿queda alguno?): en los últimos años Los Teros dejaron atrás el romanticismo de ser amateurs, y se trazaron el objetivo de ser uno de los 12-15 mejores equipos del mundo, de clasificar siempre directo a los Mundiales, de cortar la brecha con los top10, de tener dos franquicias profesionales, de no perder más con Argentina XV, con Rusia, con Canadá, con Rumania, y de empezar a apuntar a Georgia, a Samoa, a Fiji, a Japón.

Y paso a paso, están en pleno camino de cumplir esos objetivos. La Nations Cup es una muestra más de eso.

Lo ganaron en todo
Es que este sábado Los Teros salieron con aún más hambre que siempre. Con necesidad de revancha, luego de una inesperada derrota ante Namibia, en el peor partido del año, que hizo caer un lugar en el ranking y que, sobre todo, posicionó a Los Teros en un lugar que no quieren: peleando con los equipos del piso del tier 2, en lugar de los del techo.

La oportunidad era ideal: el rival de siempre, Argentina XV. Y se vio a un equipo con el fuego sagrado. Que fue durísimo en el contacto, que tuvo una defensa incansable, que jugó el partido que tenía que jugar, y que, sobre todo, ganó todos los momentos de quiebre del encuentro.

Habrá que sacarse el sombrero con Agustín Ormaechea y Juan Manuel Cat, que manejaron los tiempos del partido tal como requería la tarde noche.

Con lluvia, con viento, sin posibilidad de un juego expansivo, los medios de Uruguay cumplieron con el plan de juego de Meneses: no desgastarse en campo propio, usar el pie para pasarle la responsabilidad al rival y en campo rival meter una defensa agresiva que trajo varios penales.

Habrá que destacar lo de Segredo y Inciarte tackleando a destajo, Civetta y Dotti ganando cada duelo, Leindekar complicando cada pelota rival… muchos de esos pibes que hasta hace seis meses quizás no estaban en la consideración de los 31, y ahora pelean un lugar en el XV titular.

La claves
Uruguay fue un canto a la efectividad. En el inicio recuperó efectividad en el line, que había perdido ante Namibia, y encontró en el maul una herramienta que lo que lo llevó a los últimos metros de Argentina. El try no llegó desde pelota propia, sino desde un tapping de Leindekar a una salida de Landajo, para poner el 7-0 con conversión de Favaro.

Y a eso le agregó defensa dominante en toda la cancha, que le permitió tener más oportunidades de sumar: luego de un penal argentino por derrumbe del scrum para el 7-3, salida, presión y pesca de Segredo para el penal del 10-3. Y tras otro tapping, robo de Inciarte y contraataque derivó en un tackle alto y el penal del 13-3.

Ahí llegó la jugada del inicio de la crónica: convencimiento absoluto para ir a buscarlo e irse al descanso 20-10. Era un gran negocio para Uruguay: en un partido parejo, con más dominio territorial de Argentina, la efectividad celeste fue absoluta.

En el segundo tiempo el scrum se ajustó, la defensa se mantuvo con la misma intensidad y el equipos se adueñó de la pelota y se mostró más sólido que el rival en el uno a uno. Y llegó otra decisión clave y ambiciosa: penal, y en lugar de palos, jugada de rápida de Ormaechea, dos fases hacia adelante y Kessler que apoyó el 25-10.

Los momentos: la historia de este partido dirá que se definió porque Uruguay aprovechó sus momentos, y Argentina no. El del visitante estuvo sobre los 60, cuando consiguió un dudoso penal por golpe a destiempo de Sanguinetti en ataque, y tras una jugada de toda la cancha llegó una amarilla Dotti y en la siguiente el try del 25-15.

Como tantas veces, Uruguay apeló al scrum y a su defensa para salir de ese atolladero. Y con eso quebró a Argentina. Se adueñó de la pelota en los minutos finales, sacó otro penal para el 28-15, y directamente no volvió más a campo propio, en un cierre que hasta tuvo menos sufrimiento que lo esperado.

Y en buena medida eso es porque estos Teros están medio locos. Aprovechan este momento histórico, en el que la ambición de adentro de la cancha sintoniza perfectamente con la que tienen los que están afuera y empujan para que este equipo tenga las condiciones de preparación que merece. Todo ese convencimiento global ha creado una locomotora que no frena y sigue anotando hitos en su vitrina.

Hace un par de meses escribí en estas páginas que ganarle a Georgia en el Mundial parecía lejano, pero estos Teros ya habían sorprendido tantas veces que no se podía descartarlo como una quimera. El Mundial se acerca, y aquello ya no parece una locura. Se podrá ganar o perder, y los europeos seguirán siendo favoritos. Pero viendo la evolución de este equipo, viendo hitos como a de este tricampeonato de la Nations, ya nadie puede dudar que se lo pondrá como objetivo. Que no se amilanará, y que estará a la altura.

Para el final, un pedido: la lluvia y el frío hizo que Los Teros se consagrarán campeones con un estadio casi vacío. El sábado que viene hay un test match ante España, clave por el ranking. Estos Teros, los mejores de la historia, merecerían el reconocimiento y el aliento de un Charrúa lleno.

Los Teros-Argentina XV
Los Teros.1) Gattas, 2) Kessler 3) Echeverria; 4) Dotti, 5) Leindekar; 6) Ardao, 7) Civetta, 8) Diana; 9) Ormaechea, 10) Cat; 11) Freitas, 12) Vilaseca, 13) Inciarte, 14) Favaro; 15) Silva. DT Esteban Meneses
Argentina XV. 1) Solveyra, 2) Fortuny, 3) Fernandez Segurotti; 4) Calas, 5) Ureta; 6) Montagner, 7) Bavaro (c), 8) Portillo; 9) Landajo, 10) Roger; 11) Montero, 12) Mensa, 13) Segura, 14) Ezcurra; 15) Cordero DT Ignacio Fernández Lobbe
Suplentes URU: 16) Pujadas, 17) Sanguinetti, 18) Rombys, 19) Magno, 20) Segredo, 21) Arata, 22) F. Etcheverry, 23) Della Corte
Suplentes ARG: 116) Oviedo, 17) Martinez, 18) Favre, 19) Molina, 20) Santa Cruz, 21) Nogues, 22) Castiglioni, 23) Domingu

Fuente: El Observador