Pocos días después de haber ganado dos premios Latin Grammy, Drexler ofreció una conferencia de prensa en el Hospital Maciel, en la que afirmó que extraña la medicina y que se puede ser médico y músico a la vez.

Rodeado de médicos y enfermeros que vestían túnicas blancas, Jorge Drexler celebró el tener la posibilidad de colaborar con la compra de un Analizador Genético de Gérmen Patógeno que será utilizado en el Hospital. A este fin será volcado todo lo recaudado en el concierto que ofrecerá esta noche en el Auditorio Adela Reta.

La faceta de médico del cantautor, profesión a la que se dedicó durante 10 años, quedó clara durante la conferencia en la que recordó su pasado por la Facultad de Medicina y antes por la escuela pública. “Soy nieto de hijos de la escuela pública y en mi casa la Universidad era una religión”, aseguró.

Drexler contó que durante sus continuos viajes por el mundo le preguntan con frecuencia cómo es que en un territorio de tan poca población como es Uruguay, existe «tanto caudal de escritores y músicos», lo que él atribuye a la educación recibida.

Quizá por sentirse seducido ante tanta túnica blanca, Drexler confesó que extraña el ejercicio de la medicina: “En un momento me pregunté qué sentido tuvo haber estado 10 años en el área médica y me di cuenta del privilegio que es trabajar en la bisagra entre la salud y la enfermedad, de estar en contacto con una cantidad de cosas que te enseñan sobre el ser humano, de su parte biológica pero también sobre sus sentimientos”.

Promediando la conferencia, el coro Quantum sorprendió a Drexler al interpretar su tema Río abajo. «¡No me hagan estas cosas!», dijo emocionado, mientras abría el estuche de su guitarra y se disponía a cantar los temas Polvo de estrellas y Al otro lado del río. Finalmente reflexionó en voz alta: «Extraño la medicina, dejarla fue una decisión vital, pero es la profesión más linda del mundo y al final también se cuela en las canciones».

Para terminar habló sobre la ética y la necesidad de los médicos de empatizar con sus pacientes: «Podes tratar al otro como a un igual o encumbrarte en una situación de superioridad, pero si algo te queda claro en la medicina es que uno está de los dos lados del mostrador, todos somos pacientes y los médicos también se enferman. Atrás de ese razonamiento sencillo hay un principio ético que es ponerse en el lugar del otro».