Carlos Porro es el director de Qualities uno de los últimos estudios de fotografía analógica que permanece operativo. Hace 50 años comenzó su vida profesional y hoy intenta mantener vivos aquellos procesos que conoció en su inicio.

¿Cuándo comenzó a transitar por la fotografía?
Desde niño yo quería ser fotógrafo pero en mi familia no estaba bien visto. No vengo de un hogar muy formado culturalmente, mi padre era agricultor y quería un título universitario para mí, y en algún momento me revelé, terminé haciendo periodismo escrito durante un tiempo y pasé a la fotografía que es lo que realmente me gusta. Considero que he sido feliz y seguiré siendo feliz haciendo fotografía.

¿Qué fue lo primero que le llamó la atención de la fotografía?
Era una forma de contar historias. Recién después, con muchos años, pero muchos años encima me di cuenta de que la fotografía no es en sí misma lo que uno ve, no es la abstracción de la realidad, el encuadre de la realidad, sino que es un estado interior.

¿Se acuerda de la primera vez que entró a un cuarto oscuro?
Me acuerdo las travesuras de niño que quería revelar y trataba de inventar sin tener mucha noción de nada. Parecía que la fotografía era algo mágico y fantasioso. Aún ahora me sigue pareciendo mágico. Pero esa primera vez que entré a un cuarto oscuro estaba relacionado con la partida de unos amigos hacia el exterior, es decir, era el dolor de la partida que me había llevado a hacer fotografía. Quería verlos aparecer en las cubetas y recomponer esa imagen. Quizá el dolor de la ausencia haya ejercido como elemento disparador para ver aparecer esas imágenes en forma permanente.

¿Qué significa el laboratorio para usted?
Uno debe tener un lugar donde refugiarse, el laboratorio es uno de esos lugares, es mágico. Hay algunos que dicen que es para románticos, a otros les parecerá que esta fuera de tiempo pero es uno de los lugares donde uno se reencuentra con la mayoría de sus emociones y de sus sentimientos más puros.

¿Y la fotografía analógica?
Es el arte de saber manejar sus propios tiempos. Es algo mágico, misterioso entre comillas, hermoso, y que te puede dar satisfacciones inmensas. Cuando tú logras una copia tal como la estas concibiendo en ese momento, deseas compartirla, ¿qué más puede pretender un ser humano que compartir una emoción? Es maravilloso y más cuando eso está relacionado con la emoción de la toma. Me podrás decir: bueno yo en este momento hago una captura de una imagen , la subo a la red social, mis amigos se van a enterar y me evite todos los demás pasos, pero eso es una captura de algo que fue espontáneo, no hay reflexión, no hay tiempo de reflexión, lo tomé y lo colgué. Después me puedo llegar a arrepentir de lo que dije, lo analógico tiene un tiempo de reflexión, tiene un tiempo para ti mismo para saber a quién lo vas a entregar y cómo.

¿Qué tiene la fotografía analógica que no tiene la digital?
La captura de una imagen puede ser analógica o digital, lo mismo que su reproducción. En lo digital se lleva un padrón que es una cosa que es matemática, tiene su límites que es por un código binario, o es una cosa o la otra, y siempre se va a referenciar sobre eso, en lo analógico, tu siempre tienes el factor humano allí. Nunca vas a estar en el mismo estado de ánimo y una vez que hiciste una copia de un negativo, jamás la segunda copia va a ser igual, porque ya tienes la experiencia de la primera hecha, ya la recibiste visualmente, y vas a querer modificar cosas, porque el hombre no quiere hacer siempre lo mismo. La máquina tiene la ventaja, la máquina en este caso es la digital, de reproducir una obra muchas más veces de manera más fiel, mientras que el factor interno humano te va a ir cambiando siempre el resultado de la obra. Tu no eres el mismo un día que otro, después de hacer una copia varias veces la vas a querer cambiar.

¿Existen dificultades para conseguir los materiales?
Si y no, existe las mismas dificultades que puedes tener para desobstruir la grasera de tu cocina, por ejemplo, soda cáustica no se puede comprar en cantidades grandes. Independientemente de que ya no sea rentable producir cantidades pequeñas, existen proveedores que todavía venden. Nosotros nos manejamos con una línea y te puedo decir que la firma en cinco años ha crecido como firma a nivel internacional y sigue creciendo. Va a seguir existiendo la fotografía analógica y va a seguir creciendo pero va a ser un súper nicho de mercado.

Entonces, ¿los profesionales de la fotografía qué método deberían utilizar?
No concibo en este momento profesiones, en fotografía, que no sean totalmente digitales, yo no puedo concebir un fotoperiodismo analógico, no puedo, e inclusive, hay cosas que normalmente uno hace digital. Quizás el analógico sea un nicho de mercado, una forma de expresión para un grupo de gente, que la recibe otro grupo de gente muy especial, son como los discos de pasta, son como los discos clásicos, tienen un nicho y un posicionamiento, no quiere decir de que se sea más rico o menos rico culturalmente, es una elección. El mundo digital es masivo, el mundo analógico es un súper nicho de mercado.

¿Qué le transmite a sus alumnos al respecto?
Lo que trato de transmitirle es que sean auténticos, no me importa lo que hacen, no me importa si van contra las normas.

Fuente: El País