Florencia De Maio (27 años) se pondrá la celeste y en julio representará a Uruguay en la Copa del Mundo XCO de Mountain Bike que se realizará en Andorra.

“Me estoy preparando con muchas ganas pero no me termina de caer la ficha de la importancia y el tamaño del evento, por un tema de ansiedad prefiero tener la cabeza un poco fría para conseguir apoyo y entrenar”, explica. “Esta es la instancia más importante de mi vida, debe ser una de las experiencias más grandes que voy a pasar”, reafirma.

“Es como un sueño que no me había atrevido a soñar”, agrega. El 7 de julio, a las 7:30 de Uruguay, cumplirá su deseo y su proeza podrá verse en redbulltv.com.

La vida sobre dos ruedas
Florencia cursó una Tecnicatura en educación (con opción en recreación y tiempo libre) y la Licenciatura en Educación Física, profesión que ejerce. Jugó al handball muchos años, se lesionó; probó con el hockey, no se enganchó y se encontró con la bicicleta a finales de 2012.

Salió a entrenar tres días en la Ciudad de la Costa con Mixtura MTB (que luego fue su equipo por varios años) y enseguida le ofrecieron correr una carrera en pareja. Fue y debutó con un triunfo. Ahí cultivó amistades y estableció sus bases. Llegaron los primeros logros a nacionales, varias carreras, unas más grandes y otras más chicas, pero en todas tuvo resultados buenos.

En 2015 probó la disciplina XCO, la que actualmente practica y por la que correrá en Andorra. Participó de un campeonato de varias fechas y alcanzó el segundo puesto, incluso sin haberse presentado a una de las instancias. Se sumó al primer campeonato nacional que se realizó en el Balneario Iporá (Tacuarembó) y se quedó con el segundo puesto. En 2016 y 2017 resultó ganadora y en 2018 obtuvo el segundo lugar.

Sus logros le permitieron participar de Sudamericanos y Panamericanos, además de vivir un mes en Ecuador y asistir a un centro de alto rendimiento donde conoció a Vicente Molina, su actual entrenador.

Las diferentes experiencias la marcaron y cada una resultó un desafío, no solo por su voluntad de ganar, sino por conseguir cada vez más adeptos al deporte. “Todas me marcaron, me motivaron a ir a más, siempre. Cuando arranqué ni pensaba en carreras y acá estoy”, dice sonriendo.

La previa del mundial: un desafío en sí mismo
Los entrenamientos son muy exigentes y demandantes: 5 o 6 horas por día, de lunes a domingo. Hoy realiza entre dos o tres sesiones por día, tanto en bici como en preparación física que realiza mediante Crossfit y Funcional Workout. Su opción es un estilo de vida en la que también importan la alimentación (la asiste una nutricionista por el control de peso y para no descuidar la ingesta de nutrientes o vitaminas esenciales) y el descanso. Es una preparación, o más bien elección, de 24 horas al día.

“Ser deportista en Uruguay tiene muchos retos y ahí es donde nace la garra charrúa que muchos afuera no entienden y que uno no puede explicar hasta que lo vive”, sentencia. Las luchas van desde conseguir el apoyo económico hasta manejar la sobrecarga horaria en los trabajos. “Hay una evolución, están apareciendo quienes piensan que los deportistas debemos tener más y mejores descansos y, por ejemplo, no estar trabajando. No es mi caso porque amo trabajar, pero bajar la carga horaria sería muy bueno”, reflexiona.
Florencia cuenta con el apoyo anímico de colegas y compañeros, pero sobre todo de su familia (padres, hermanas y sus sobrinos Tomi y Sol). Eso es fundamental pero no es todo: falta lo económico. La bicicleta e indumentaria se la aporta KØM, Instinto Crossfit le cede las instalaciones para entrenar, Apel gel los productos para mejorar la recuperación, Ganache Café el local para las reuniones y Uruguay Portátil apoyo monetario.

“El ciclismo, sobre todo el mountain bike es un deporte que no está arraigado y eso nos obliga a redoblar esfuerzos para conseguir mejoras no solo propias, sino en cuanto al deporte mismo”, asegura. “Hace unos años se notaba más la diferencia de ser mujer en este deporte; había actitudes en carrera que eran de poca cooperación pero hoy en día es al revés: estamos súper integradas. Contra las diferencias biológicas no podemos hacer nada, pero hay mucho compañerismo y nos hemos hecho el espacio. Falta que haya más mujeres corriendo”, comenta.

Para los más chiquitos
“ADN Bikers es una escuela de mountain bike para niños y adolescentes donde trabajamos no solo lo que es arriba de la bicicleta, sino que profundizamos en seguridad vial, hábitos saludables relacionados al deporte y valores. Es otra locura que tenía hacía años en la cabeza, uniendo mi profesión y mi amor por las bicis”, explica Florencia, creadora de este proyecto.

Funciona en distintos grupos según las edades, los sábados a la mañana en el Club Hípico de Solymar. Es la primera escuela de este tipo, manejada por profesionales preparados y con pista propia.

El próximo 11 de mayo desde las 10 horas recibirán en su sede un nuevo encuentro de mini bikers. Para participar pueden informarse en ADN bikers en Instagram y Facebook y se necesita inscripción previa. Por un lado habrá una Kermese con escuela de tránsito con el apoyo de la Intendencia de Canelones y, por otro, carreras con perfil psicopedagógico con premios para todos.

Fuente: El País