«Fresco» y «Batata» fueron creados en Zonamerica por una empresa argentina «Fresco» y «Batata» son los nombres de los primeros nanosatélites fabricados en Uruguay que fueron lanzados al espacio desde China a fines de mayo.

La empresa tecnológica argentina Satellogic los creó en sus instalaciones en Zonamerica. «Se trata de las primeras plataformas generadas por la compañía con capacidad para ofrecer servicios, como monitoreo de campos, cultivos e industrias en tiempo real», se explica a través de un comunicado.

Las unidades demandaron un año de trabajo, entre los planos, la fabricación y el ensamblado.

«Estas unidades miden 80 centímetros de alto por 40 de ancho, pesan 35 kilos y vuelan a 500 kilómetros de altura. A diferencia de sus antecesores (de ensayo), denominados «Capitán Beto», «Manolito» y «Tita», estas unidades extendieron el alcance de la tecnología y son capaces de brindar información fundamental para empresas y países», amplía el comunicado de la empresa. Sattelogic ya trabaja en otro nanosatélite -denominado Aleph- que espera lanzar antes de fin de año. Otros dos se sumarán en el primer semestre de 2017, «conformando una constelación de microsatélites, capaz de brindar mapas más precisos de la Tierra desde el espacio exterior».

Satellogic ya firmó cartas de intención con 10 clientes que comprarán estos servicios para monitoreo diario de campos y cultivos, y de infraestructura crítica para gobiernos, según informó el fundador de Satellogic, Emiliano Kargemian, en nota con el diario argentino La Nación. Además brindará servicios para control de seguridad en la industria petrolera y en el medio ambiente.

Satallogic cuenta con instalaciones de 860 metros cuadrados en Zonamerica, y salas especialmente equipadas para garantizar el desarrollo de pruebas sin daño ambiental.

Monitoreo a tres cámaras

Kargemian explicó que Fresco y Batata transportan tres cámaras: multiespectral, hiperespectral y térmica.

La multiespectral es útil para aplicaciones en agricultura «porque permite conocer distintos parámetros biofísicos de los cultivos». «La hiperespectral saca fotos en 600 bandas y ofrece información, por ejemplo sobre composición química de los vertidos de una fábrica, variedades específicas de ciertos cultivos, absorción de clorofila y otros aspectos, como la evapotranspiración», agrega.

Por su parte, la infrarrojo permite «detectar la humedad de los suelos, saber cuánto petróleo hay en un barco o determinar la eficiencia energética de un edificio».

Según el empresario, los datos proporcionados por los nanosatélites son «miles de veces más económicos» que otras mediciones.

Fuente: El Observador