En momentos en que la nota de las economías emergentes tambalea, la agencia calificadora Fitch Ratings confirmó el jueves 27 de agosto la calificación de deuda para Uruguay en BBB-, y mantuvo la perspectiva “estable”. Por su parte, la japonesa R&I también mantuvo en BBB- la nota de la deuda uruguaya, pero sorprendió al mejorarle la perspectiva de «estable» a «positiva».

En un comunicado publicado en su página web oficial, Fitch explicó que la solvencia de Uruguay se apoya en amortiguadores externos, bajos riesgos financieros, un perfil estructural fuerte en lo que respecta a la calidad institucional y una estabilidad social respaldada por altos indicadores de ingresos y de desarrollo humano.

Según la agencia, esos factores compensan una alta inflación en relación a otros países con la misma calificación, una relativa elevada deuda pública y un perfil de gastos rígidos que limitan el alcance de las políticas anticíclicas.

El dictamen de la calificadora indica que la economía uruguaya ha resistido a un contexto externo menos favorable a pesar de su alta dependencia agrícola y que el tipo de cambio ha sido una primera línea de defensa.

“El peso se ha depreciado un 15 % en lo que va de 2015, lo que refleja una gestión prudente de los riesgos monetarios en los sectores público y privado en un contexto de alta dolarización financiera”, detalla Fitch en su escrito.

La agencia espera que el crecimiento se desacelere desde el 3,5 % de 2014 hasta un 2,5% en 2015 y un 2,3% en 2016, “lo que refleja un contexto regional difícil, débiles precios de exportación de productos básicos y una ausencia de nuevas inversiones en el corto plazo”.

“El crecimiento a medio plazo dependerá de nuevos aumentos de la inversión y de la productividad”, agrega el comunicado.

“La planificación de un presupuesto para cinco años y tener una ley que limita el aumento anual de la deuda pública neta no han demostrado ser suficientemente vinculantes para evitar un aumento del déficit fiscal en los últimos años”, indica la agencia.

En cuanto a la perspectiva estable, Fitch opina que se debe a que, tanto al alza como a la baja, los riesgos para la calificación son globalmente equilibrados.

Observa que “las dificultades económicas de la Argentina no van a generar choques desestabilizadores” en Uruguay ni en materia macroeconómica ni financiera “dados los reducidos vínculos comerciales entre los dos países”.

La japonesa R&I sorprendió

Por su parte la calificadora de riesgo japonesa R&I también mantuvo en BBB- (el menor escalón del grado inversor) la nota de la deuda uruguaya, pero sorprendió al mejorarle la perspectiva de «estable» a «positiva».

Esto puede habilitar en el plazo de un año, una suba de la nota. R&I valoró en un comunicado «el hecho de que las perspectivas económicas y fiscales del Uruguay son relativamente estables incluso en un contexto externo complejo».

«El crecimiento potencial del Uruguay se ha elevado en los últimos años producto del alto nivel de inversión e incremento de la productividad potenciado por un clima de negocios estable. Si bien cierta desaceleración temporal en la tasa de crecimiento es inevitable, se espera que el consumo y la inversión continúen firmes, dando paso a un crecimiento económico más sólido en la medida que el contexto externo mejore», señaló R&I.

La calificadora dijo que «está prestando atención al manejo fiscal, incluyendo si el gobierno priorizará la mejora del balance fiscal en los años en que los ingresos superen los previstos».

A propósito, ayer el Ministerio de Economía divulgó el resultado global del sector público en el año móvil cerrado a julio. El déficit se mantuvo igual que a junio, en 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que representaría US$ 1.926,5 millones.

A su vez, el resultado primario del sector público (antes del pago de intereses de deuda) también fue deficitario en 0,3% del PIB (US$ 170,7 millones).

Según las cifras del Ministerio de Economía, en el año móvil cerrado a julio, los ingresos del sector público no financiero se ubicaron en 28,9% del PIB, lo que significa una caída de 0,1 punto del PIB respecto a a junio, representando aproximadamente US$ 16.330 millones.

Los egresos primarios corrientes del Gobierno Central-BPS se ubicaron en 26,2% del PIB y las inversiones se ubicaron en 2,9% del PIB. Así, las erogaciones fueron de US$ 16.487 millones. Los intereses de deuda fueron de 3% del PIB.

El resultado global de las empresas públicas acumulado en el año es deficitario en U$S 29 millones. La única empresa que presenta resultados positivos en siete meses es UTE (US$ 94 millones).

Fuentes: EFE y El País