Definido como «el Indiana Jones de las marcas», Jeremy Hildreth es asesor de empresas, gobiernos y dirige una agencia creativa que brinda asesoramiento sobre la estrategia, la identidad y la reputación. Ha trabajado con ciudades como Londres y Río de Janeiro, naciones (Mongolia, Lituania, Irlanda del Norte), e incluso continentes (América Latina. Es colaborador habitual de The Wall Street Journal y la revista Monocle, y co-autor junto con Simon Anholt del libro “Marca América: La madre de todas las marcas” (2004), publicado en seis idiomas.

En su tercera visita a Uruguay, invitado por Uruguay XXI, Hildreth dio un taller en el Centro Cultural de España en Montevideo. Habló de las marcas nacionales, la fuerza de la imagen de Uruguay, la marca Uruguay Natural y las diferentes estrategias para expandir esta marca país, que dice que “es muy buena”, pero todavía no es muy conocida.

-¿Por qué es diferente hacer publicidad de un país como un destino turístico que promover su imagen país?

El tema es bastante complicado y tiene una gran cantidad de zonas grises, pero digamos más o menos que la publicidad hace a alguien más consciente de algo, pero no necesariamente aporta o afecta su opinión. En general la gente ya tiene su opinión y se comunica desde ese punto de vista. La publicidad no tiende siempre  a cambiar la opinión de la gente, sino también a aumentar su conocimiento.

-¿Cuánto afecta a la imagen que se tiene de su propio país a un extraño?

Para un país pequeño como Uruguay es de enorme importancia que los uruguayos tengan confianza en sí mismos y una fuerte identidad, de modo que las otras personas pueden ser capaces de recoger y percibir esa imagen. Es muy importante la autopercepción para la percepción externa.

-¿En su opinión qué tiene que hacer Uruguay para distinguirse de sus vecinos gigantes Brasil y Argentina?

Es bastante revelador que me haga esta pregunta que sugiere que tal vez no se distinguen de Argentina y Brasil. Pero desde el punto de vista de un extraño como yo, originario de los Estados Unidos pero que vive en Europa donde son tantos los países pequeños para los que poder distinguirse es un problema muy grande, creo que para Uruguay esto no es un gran problema debido a que es tan obviamente diferente de sus vecinos gigantes. Creo está en una posición afortunada porque no parece que su destino dependa de lo que les está pasando a sus vecinos, y  tiene muchos puntos de referencia que puede escoger y filtrar para crear su propia identidad. Creo que esto se está haciendo y con mucho éxito y que es sólo una cuestión de tiempo antes de que la gente reconozca a Uruguay. El hecho de que es muy diferente de sus vecinos es muy claro. Tan pronto como la gente sabe más sobre Uruguay, nunca hay una confusión entre Uruguay y Brasil y Argentina.

-Esta es su tercera visita a Uruguay,  ¿algo le llamó más su atención en esta ocasión?

Por alguna razón no vi tanto el mate tanto como las otras veces. Pero estoy seguro de que es un error, porque sé que está en todas partes. Estoy pasando más tiempo en Montevideo por lo que veo más el centro de la ciudad y el puerto. Me siento muy a gusto aquí, de una manera que ni siquiera puedo explicarlo. Voy a una gran cantidad de lugares, visité 15 países el año pasado y, a veces no me siento bastante cómodo, pero siempre me siento cómodo cuando vengo a Uruguay, realmente. No hablo español pero sin embargo al dialogar con un uruguayo siento que es real, que me está viendo y yo le estoy viendo y no hay nada falso o artificial, no hay una pretensión. Realmente aprecio eso. Lo vi esta vez y en mis anteriores visitas a Uruguay.

-¿Cuáles son los puntos fuertes de Uruguay como marca y qué se podría mejorar?

La imagen de Uruguay es muy buena, pero es débil. Esto significa que lo que se sabe son cosas buenas, pero simplemente no se sabe mucho. Es peligroso comparar productos de determinadas marcas  con una marca país, pero, se puede imaginar a Uruguay como un producto o una marca de nicho, que las personas conocen y les encanta y pagan mucho dinero para visitarlo aunque no sea de los destinos más conocidos. Algo de esto le pasa a la imagen de Uruguay: no creo que tenga puntos débiles, creo que es necesario dejar que pase un poco de tiempo y mantener lo bueno de ser Uruguay. El tiempo se hará cargo del resto.

-¿Es solo cuestión de tiempo? ¿Sólo tenemos que ser pacientes?

Bueno se pueden hacer algunas cosas para que las cosas vayan más rápido, pero “no se preocupen” (dijo en español),  están en buenas condiciones.

Fuente: Marca País