El fotógrafo Álvaro Zinno salió a la caza de las fachadas más interesantes de la ciudad

Con la vorágine diaria y la pantalla del celular como principales competidores, la mirada de los montevideanos quizá no se eleva lo suficiente para apreciar la calidad de los edificios más interesantes de la capital.

Siguiendo la experiencia que comenzó con el libro Montevideo, ciudad de casas, Zona Editorial lanzó el libro Montevideo, ciudad de bellos edificios con fotografías de Álvaro Zinno y Daniel Villar.

Zinno es ingeniero, profesión que lo acercó a la apreciación arquitectónica, se gana la vida como posproductor en publicidad y además es artista visual. Saca fotografías y algunos montajes que realizó en posproducción están ahora expuestos en la muestra colectiva Narrativas marginales, en el Centro de Exposiciones Subte (hasta el 25 de febrero).
La bicicleta fue su compañera para poder parar donde quisiera y recorrer la ciudad al ritmo que le permitiera registrar las fachadas en los momentos de mejor luz.

Los árboles, algunas calles angostas, y el ineludible deterioro y falta de mantenimiento fueron algunos de los obstáculos para Zinno, quien superó sus expectativas: salió a fotografiar unos 20 edificios y terminó con más de 100.

«La Ciudad Vieja me sorprendió por estos edificios que no los ves y los ves en las fotos y decís: son espectaculares por los detalles», dijo Zinno.

El fotógrafo aseguró que en esa zona de la ciudad donde se concentran algunas de las edificaciones más ricas de la ciudad, es difícil mirar para arriba por la falta de perspectiva y lo mismo le pasó a la hora de fotografiar. «En algunos casos tuve que meterme en el edificio de enfrente, pedir permiso y sacar la foto desde adentro. Porque no me daba», contó.
Además, la línea visual del transeúnte promedio puede ser despistada por la pobre estética de los comercios en la parte inferior de los edificios valiosos, en detrimento de la apreciación.

«Muchas veces lo que está abajo está horrible», dijo el fotógrafo. «Si me desplazo a ese nivel ni me da para mirar para arriba ni pensar que lo de arriba es distinto que lo de abajo», agregó.

Las fotografías de «bellos edificios» cortan la tendencia que mantenía Zinno en su trabajo, que resaltaba en lugares en abandono y deteriorados.

«Sacaba cosas de la decadencia pero no por la decadencia misma, es por ese Uruguay que me parece que iba a ser de una manera y terminó de otra», dijo el fotógrafo.

Zinno sostiene que algunas fotografías muestran a un país o una ciudad que anunciaba un futuro prometedor. «Ahora de esta cantidad de edificios no puedo encontrar muchos que estén a este nivel en la actualidad, más bien que no», dijo el fotógrafo.

Piques para aficionados
Que el cielo esté azul, es uno de los recursos más importantes a tener en cuenta para fotografiar edificios, según Zinno, que no saca fotos con el celular y no recomienda hacerlo.

El color del cielo facilita la separación del edificio de su fondo y hace que sobresalga. Con un fondo lavado, con nubes o gris, el edificio no se despegaría del fondo.

Zinno es un fanático de mantener las verticales de los edificios con los márgenes de la fotografía.

«Porque, si bien la visión del ojo percibe según lo que se llama perspectiva cónica, cuando uno ve los edificios no los ve deformados por esa perspectiva, los ve derechos, porque el cerebro compensa. Son esas cosas que pasan dentro de la cabeza».

La mayoría de las veces, Zinno logra recuperar las verticales en la posproducción, su otra profesión, que complementa a la de fotógrafo.

En audiovisual, Zinno es el encargado de lograr en una computadora lo que en realidad no pasó. Combina dos cosas o más y logra una composición nueva, mejorada, en su rol como posproductor.

En el caso de la fotografía de arquitectura, Zinno toma registros del mismo lugar a horas diferentes y luego los funde en una única pieza. Cuatro obras de estos montajes de luz en edificios están expuestos en el Subte (ubicado en plaza Fabini).

«Me parece natural mezclar una o dos fotos», dijo Zinno. «No es un esfuerzo mental para mí imaginarme eso. Me sale solo».

A la hora de apretar el obturador ante un edificio, Zinno enfatiza en que debe haber un respeto por lo que hizo el arquitecto y el fotógrafo debe ser prácticamente transparente. «Porque vos querés mostrar la obra, no querés mostrarte a vos. No buscar ángulos exagerados, no se trata de mí la foto del edificio, se trata del edificio», concluyó.

Colección que homenajea la ciudad
Montevideo, ciudad de casas, con la autoría del arquitecto Alfredo Ghierra, fue el primero de esta serie de libros de Zona Editorial sobre la ciudad.

Respecto al libro de edificios, Renée Ferraro, directora de la editorial, dijo que «no pretende abarcar todos los edificios», sino que «es más un gesto, una indicación de que hay que levantar la mirada y apreciar lo que tenemos que es mucho, muy interesante y de gran belleza».

Si bien la ciudad concentra los edificios más interesantes en la franja costera, la editorial incluyó ejemplares distantes del Centro, como el de Bello y Reborati en San Martín y Martín García.

La editorial convocó a Álvaro Zinno porque lo consideran uno de los mejores artistas del país y ya había trabajado con él en un libro sobre el hipódromo de Maroñas en ruinas.

«Detrás de todas esas líneas, esos balcones, esas puertas, esas rejas, hay pensamiento y cierta visión estética», dijo Ferraro. El libro busca ir de lo general a lo particular, mostrando detalles de ornamentación e incluso de los diseños en las baldosas.

Montevideo, ciudad de bellos edificios
Fotografías de: Álvaro Zinno y Daniel Villar
Textos de: Laura Alemán y Ramiro Rodríguez Barilari
Editorial: Zona Editorial
Páginas: 160
Precio: $ 1.490

Fuente: El Observador