El segundo cuaderno sobre desarrollo humano, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo destaca avances en ingresos, condiciones de vivienda y educación, aunque advierte sobre disparidades entre el crecimiento del ingreso y el resto de las dimensiones.

Este jueves se presentó el cuaderno sobre desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el que se investigó “si el aumento del ingreso y el empleo de los hogares, así como la reducción de la desigualdad en la distribución personal del ingreso y en la pobreza constatada en estudios previos, se vieron acompañados de logros similares en otras dimensiones del bienestar”, en base a datos de las Encuestas Continuas de Hogares (ECH) para 2006-2011 y la primera y tercera ola de la Encuesta de Situación Nutricional de los Niños (ESNN).

Las dimensiones estudiadas abarcan acceso a recursos, hacinamiento, condiciones de la vivienda, educación y salud: “en promedio, se constataron mejoras en casi todas las dimensiones, aunque con ritmos muy dispares. Ello parece indicar que los logros en términos de ingreso se tradujeron en otras dimensiones del bienestar, si bien con avances menores y, en particular, muy pequeños en el caso de los logros educativos”, afirma el cuaderno en sus comentarios finales.

El cuaderno señala que la mayor parte de las políticas redistributivas afectaron al ingreso y “los cambios en dimensiones más estructurales del bienestar requieren más tiempo y acciones específicas para que los aumentos de ingreso se reflejen en ellas”.

La menor disminución de la desigualdad en dimensiones diferentes a las del ingreso “podría revelar que los logros de ingreso de los sectores que enfrentan mayores privaciones no se tradujeron en avances de igual magnitud en las condiciones de vivienda, hacinamiento y educación”.

“Desde la perspectiva del desarrollo humano, los resultados llevan a pensar en una nueva generación de políticas redistributivas que profundicen los logros y fortalezcan los vínculos entre el ingreso y otras dimensiones del bienestar. La pobreza no debería analizarse solamente en cuanto al acceso a recursos o logros, sino también en relación con la inseguridad y los riesgos de caer en ella”, afirma el estudio, que fue presentado este jueves.

El cuaderno señala también que “en la situación actual de Uruguay, el diseño de la protección social debería incluir no solo a quienes sufren privaciones, sino también a quienes están en riesgo de caer en situaciones de privación, para estabilizar sus logros”.

“La mayor generalización del acceso a bienes durables podría vincularse fuertemente a aumentos en el ingreso, al abaratamiento de sus precios y a la expansión de determinadas pautas de consumo. Asimismo, el hacinamiento disminuyó debido fundamentalmente a la reducción del tamaño de los hogares, lo cual podría vincularse tanto al acceso a recursos que faciliten la conformación de nuevos hogares como a cambios demográficos. En términos de vivienda se observa una leve reducción de disparidades en materiales, si bien este trabajo no ha analizado aspectos tales como el acceso o la segregación residencial. Cabe destacar que, como se ha señalado en diversos trabajos previos, las disparidades educativas se mantuvieron prácticamente incambiadas en el período y al analizarlas por quintiles se agudizaron”, agrega el informe en sus comentarios finales.

Fuente: Montevideo Portal