Lomu, Serevi, los Anzacs y la premonición de Sergio Lampe, contadas por Martín Stefani

El rugby abrirá el calendario deportivo de 2019 con un tradicional evento internacional de primera línea como el Seven de Punta del Este, que al igual que en sus anteriores ediciones contará con un atractivo impresionante de juego entre grandes selecciones.

En la próxima edición, que se disputará entre el 5 y 6 de enero en el Campus de Maldonado, ya se confirmó que Argentina vendrá con las figuras de Los Pumas VII y que además participarán Sudáfrica, Estados Unidos, Portugal, Canadá, Rusia, Alemania y por supuesto Uruguay con Los Teros VII, lo que garantiza un espectáculo de primera clase.

Pero realizando una mirada retrospectiva, muchas son las historias que dejó el Seven Punta desde sus inicios en 1989 y para conocer los momentos más importantes de Referí charló con un especialista del Seven, Martín Stefani, quien ofició de director deportivo, trabajando en la mesa de control y en el sector médico, desde los inicios del evento hasta hace dos años.

El puntapié inicial
“Hacer el primer Seven en un lugar como Punta del Este, en Uruguay donde no existía, fue algo arriesgado e impresionante a la vez. Acá a veces se jugaba algún torneo, pero no había Seven.

Cuando nos largamos invitaciones a Argentina, pero había algunos compañeros que mandaban delirantemente a Europa. En esa edición tuvimos cerca de 30 equipos de Uruguay y Argentina.

No teníamos mucha experiencia en organización, pero salió buenísimo, los jugadores quedaron contentos. Cuando le ganó Old Boys a Pueyrredón, vino el capitán argentino Sergio Lampe, quien luego volvió al Seven como jugador, entrenador o hincha, se acercó a la mesa de control, nos felicitó por el torneo y nos dijo que no nos imaginábamos el futuro que tenía este torneo. La verdad nos dejó la llama prendida, no por haberlo ganado sino por cómo salieron las cosas. Por suerte tenía razón y después explotó”.

Anzacs Old Boys
“Cuando vinieron los neozelandeses y los australianos a jugar juntos se llamaron Anzacs Old Boys. Su llegada a Uruguay fue un éxito y prendió mucho. Ellos mismos nos dijeron que fue muy bueno hacerlo y que les divirtió mucho jugar juntos. Llegaron grandes jugadores y fue un campeonato muy emotivo porque pensamos que iban a ganar caminando pero en la semifinal con Jockey de Rosario se les complicó. En la última jugada Jockey hizo un try y podía ganar el partido, pensamos que ganaban pero insólitamente en el tiro le tapan la patada, van a alargue, ganan los Anzacs, pasan a la final y salen campeones. Le dio mucha emoción. Esos jugadores también nos felicitaron y estaban alucinados con Punta del Este, porque no podían creer que se organizara un torneo en un lugar tan hermoso, que se jugara hasta las 12 de la noche y que después se saliera a disfrutar de la noche en el mismo lugar”.

La llegada de los All Blacks
“Los Mongrels era un equipo neozelandés que se movía por invitación e iban a jugar los Seven por todos lados, entonces los invitamos y vinieron a jugar finalmente como Nueva Zelanda. Verlos a ellos, lo que creíamos que eran los All Blacks fue otro sueño. Los teníamos acá, era increíble. Además ayudó mucho que estos jugadores neocelandeses no fueran por Argentina y sí llegaran a Uruguay”.

Grandes estrellas del rugby
“La llegada del neocelandés Jonah Lomu y del fiyiano Waisale Serevi al torneo fue también algo impresionante. Eran dos fuera de serie y nos emocionábamos al verlos jugar. También vino Christian Cullen, quien salió mejor jugador del Seven Punta del Este y ese mismo año pasó a jugar en XV en los All Blacks”.

Stefani también recordó la llegada del equipo fiyiano al Seven, lo que generó un gran ida y vuelta con los espectadores gracias a las costumbres de sus jugadores. “Eran unos monstruos y también encantadores, muy educados, cantaban todos juntos después de jugar y a la gente le fascinaba”.

Punta del Este se prepara para un nuevo Seven que promete, como todos los años, un espectáculo de rugby de primer nivel. Y también nuevas historias.

Fuente: El Observador