Por sus condiciones naturales el país queda mejor parado para soportar catástrofes.

Uruguay es el segundo país de América del Sur mejor preparado para superar el cambio climático, de acuerdo al último Índice de Adaptación Global (ND-GAIN) que la Universidad de Notre Dame (Indiana, EEUU) elabora cada año. De 175 países estudiados, Uruguay ocupa el lugar 52 en la lista de países menos vulnerables a los desafíos climáticos y el puesto 55 en la lista de países más preparados para enfrentar tales circunstancias.

Desde 2010, el índice evalúa la vulnerabilidad y la resistencia de los países a las sequías, tormentas y desastres naturales que el cambio climático puede ocasionar. De acuerdo al último índice, Noruega es el país mejor preparado del mundo con 82,6% de capacidad de adaptación, seguido de Nueva Zelanda y Suecia. En el extremo opuesto se encuentra Chad con 31,5%, acompañado de Afganistán y países del África Subsahariana como Liberia, Sudán y Burundi.

En América Latina, solo Chile y Uruguay presentan niveles dentro de lo conveniente a la hora de enfrentar situaciones de cambio climático. Chile ocupa la cima del podio en el continente con un índice de 68%, seguido de Uruguay con 62,6% y superando a países como Argentina (57,3%) y Brasil (56,8%). Al final de la lista están las Guyanas con 46%.
De acuerdo al índice, Uruguay ha disminuido su nivel de vulnerabilidad desde el 2002, cuando tuvo sus peores niveles en términos de acceso al agua, comida, salud, servicios de ecosistema, hábitat humano e infraestructura, lo que lo colocó en el puesto 71 del índice. En la actualidad, Uruguay se ubica en el lugar 50, pero “aunque está bien posicionado todavía persisten los desafíos para adaptarse a estas situaciones”, detalla el índice.

Cuestión de suerte

“Uruguay es uno de los países que más puede soportar todos los eventos que van a venir”, dijo a El Observador el presidente de la Fundación Códigos, Luis Seguessa, que investiga las causas y soluciones del cambio climático. En ese sentido, el investigador explicó que si bien el país no se encuentra entre los más preparados del mundo, su buen posicionamiento se debe a las ventajosas condiciones naturales que posee y no tanto a su actividad o inversión en soluciones prácticas.

En ese sentido, Seguessa diferenció tres factores fundamentales que le permiten a Uruguay estar preparado para una catástrofe ambiental: el acceso al agua, su nivel de producción y la altura respecto al nivel del mar.

Respecto al agua, Seguessa destacó que la hidrografía del país lo distingue en un contexto mundial donde el agua se ha convertido un bien prioritario, “como el caso de San Pablo que, en este momento, posee 5% de reserva de agua potable para una población de 20 millones”, agregó.

En referencia a la futura guerra por el agua que anunció la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, en 2012, el investigador opinó que, en la medida que se administren bien las aguas, “a Uruguay no lo tocaría el problema”.

Por otra parte, Seguessa destacó el fácil acceso a los alimentos que posee el país al tener “75% de tierras arables como pocos casos en el mundo”. Asimismo, se refirió a la altura con respecto al nivel del mar que el país mantiene “a pesar de ser una inmensa llanura”. “El nivel del mar está subiendo muy lentamente, pero no va a llegar a más de 10 metros de altura. Uruguay está cubierto en ese sentido porque no es un país con zonas bajo nivel del mar como pasa, por ejemplo, en Argentina”, agregó.

Aun así, el investigador planteó la falta de oxígeno como el “punto más grave que hoy tiene que soportar el planeta y el hombre” y que, en su opinión, el índice internacional no toma en cuenta. “Es un tema que nadie quiere tocar por intereses globales. No quieren que se hable del consumo de oxígeno porque ese consumo lo están haciendo los motores de los autos y ahí hay todo una industria, como la industria del petróleo y la automovilística, que no quieren que se hable del tema”.

Para el experto, Uruguay tampoco escapa de esa problemática debido al aumento en la cantidad de vehículos que circulan por las calles año a año. En ese sentido, destacó como positiva la iniciativa que el gobierno tuvo en su momento para permitir la importación de autos eléctricos y frenar “el motor de combustible interno de los vehículos que es el mayor depredador de todos los ecosistemas del planeta”.

Sin embargo, opinó que desde el país “se podría haber hecho muchos cambios que podrían haber favorecido la lucha contra el cambio climático y no se hicieron”, como la conversión de autos de combustión a eléctricos.

“La gente acá no ignora el problema. Hay cierta concientización y he visto una leve intención de algunos políticos de querer hacer algo en este sentido. Creo que tenemos que pensar más en comunidad, más como país y lograr los objetivos que tenemos en mente, porque realmente hay muy buenas ideas acá en Uruguay y está demostrado”, concluyó.

Fuente: El Observador