En tiempos en que crece la demanda mundial de productos forestales certificados.

La superficie forestal certificada alcanza a 80% del total de la actividad en Uruguay, reveló el secretario de la SPF, Atilio Ligrone.

Cada vez es mayor la demanda de productos forestales con certificación de sostenibilidad social, económica y medioambiental, lo que se cumple en la acción que desarrolla el programa de certificación forestal de nivel mundial conocido por su sigla en inglés PEFC, dijo a El Observador Ana Belén Noriega, secretaria general de la organización en España.

Noriega fue una de las disertantes en una conferencia regional sobre el tema organizada ayer por la Sociedad de Productores Forestales (SPF), en su carácter de secretaria técnica del PEFC Mercosur, uno de los sistemas de certificación que en Uruguay valida a unas 360 mil hectáreas.

Belén trasmitió en su mensaje la importancia de la gestión forestal sostenible verificada a través del sistema PEFC, tratando además de que la sociedad entienda que es posible gestionar el bosque de esa manera.

Luego explicó que hay un método para comprobar y verificar que los productos que salen de los bosques –que se transforman luego en bienes que llegan a los consumidores– lo hacen con total garantía de que su origen es sostenible.

El trabajo de esta organización mundial de certificación apunta a la actividad que se desarrolla en los montes forestales para que se promueva en forma sustentable, aplicando a su vez el uso de la tecnología que sea necesaria. Se trata de que esos productores puedan usar estos conceptos en el día a día de sus actividades, en el manejo del bosque, en la fijación de CO2, considerando la biodiversidad y cómo los suelos deben estar bien cuidados, así como también las aguas, y los aspectos sociales de la gente que vive en el entorno rural, dijo Noriega.

Explicó que los aspectos de responsabilidad social empresarial están ayudando a que la gente incorpore este tipo de certificación en su compra de productos procedentes de los bosques. El consumidor en su vida cotidiana, cuando compra un libro o un producto con un embalaje, le gusta ver que proviene de bosques gestionados de forma sostenible, dijo Belén.

La disertante española remarcó que cada vez más esas exigencias se hacen presentes en diferentes ámbitos, por ejemplo cuando se solicita un crédito a un banco y su base económica tiene que ver con el sector forestal o los commodities de soja, algodón y madera, tienen que dar respuesta de una gestión y origen sostenible de sus producciones. También a una persona que tiene una pequeña industria y está trabajando con madera cuando solicite un crédito le van a pedir que justifique que la madera que utiliza proviene de un sistema sostenible, sostuvo.

La vaca también

La certificación de sostenibilidad de los montes forestales no solo es importante para este rubro de producción, destacó a El Observador Ana Belén Noriega, sino también para las producciones asociadas como la carne vacuna o de cerdo, por ejemplo, porque son parte de ese ecosistema. Entendemos que esos animales deben tener el reconocimiento de que son criados en forma sostenibles para los mercados y deberían lucir un sello de trazabilidad que demuestre esa condición, sostuvo la experta.

Fuente: El Observador