Mariano Perretta, piloto comercial, lleva adelante Juan Salvador, un proyecto aeronáutico y turístico que busca proporcionar experiencias únicas

Por Karen Parentelli

Mariano Perretta es piloto comercial, pero además se formó como analista de sistemas. Su último trabajo pilotando aviones fue en Pluna, y estuvo a punto de formar parte del equipo de BQB líneas aéreas. Antes había trabajado durante varios años como piloto de taxis aéreos, y allí fue que notó cómo se usaba el avión siempre como un medio de transporte y no como un acontecimiento en sí mismo. Perretta tuvo entonces una idea, y recuerda que la primera devolución positiva la tuvo de su jefe en ese momento en el hotel Sofitel Montevideo. Fue así que, hace dos años, tomó vuelo el proyecto aeronáutico y turístico Juan Salvador, una propuesta que permite disfrutar de una experiencia única: formar parte de un vuelo íntimo del que se comparten todos los detalles, y descubrir cómo es Uruguay desde las alturas y llegar a lugares que ofrecen una experiencia distinta.

Los vuelos que se ofrecen nada tienen de comerciales. Perretta explicó que en todo momento se trata de integrar al pasajero al viaje: “los pilotos explican todo. Si es en helicóptero el viaje se puede inclusive detener en una zona, para poder observar por un momento el paisaje”.

La gran diferencia está en los tiempos de espera: acá no hay “check-in”, se llega a la pista, se aborda la aeronave y comienza el paseo. “Juan Salvador” se encarga de todos los traslados. Los pasajeros son recogidos en los hoteles y trasladados a la pista de despegue. Lo mismo ocurre cuando se llega a destino, los aterrizajes se hacen a poca distancia del lugar que se recorrerá: “te bajas del helicóptero y a los 10 minutos ya estás en una bodega degustando un tannat”, dice Perretta.

Juan Salvador propone vuelos a unos 300 metros de altura, distancia que permite ver de forma ideal todo el paisaje. Para Perretta este uno elemento clave en su emprendimiento: “Siempre tuve la inquietud de hacer algo para que los viajes no sean simplemente un traslado. La gente se sube en un punto y viaja a más de 13 mil metros -en un vuelo comercial común- de altura, y se pierde una diversidad enorme paisajes”.

De primera mano
Lo interesante en este emprendimiento no es solamente la propuesta de pasear por los cielos de Uruguay, sobrevolar ríos, playas, sierras, viñedos y lagunas, sino el llegar a lugares que ofrecen una experiencia distinta. Es un combo: volar a pocos metros de la tierra, más la novedad de conocer nuevas historias en lugares privilegiados. “No nos orientamos a vender lujo, sino a compartir experiencias originales y únicas. Hay personas que ya se recorrieron todo el mundo, y lo que están buscando es otra cosa: ver un atardecer, probar un buen vino. Quieren algo humano y cercano, y de hecho muchos de los turistas eligen Uruguay por eso”, detalla Perretta.

Para este emprendedor volar no es solo subirse a un avión. Eso se nota en su cara y en el entusiasmo con el que explica lo interesante que puede ser recorrer las costas uruguayas, ir del Río de la Plata a las sierras de Minas, pasar por las dunas de Cabo Polonio y aterrizar en Carmelo para quedarse para siempre con un atardecer único.

Son varios los paquetes que se ofrecen, pero son meramente una guía para los viajeros, porque la idea es que cada vuelo sea de interés para el pasajero. Uno de lo más destacados es Punta del Este/Cabo Polonio. El año pasado, cuando comenzó a funcionar el proyecto, volaron más de diez personas. Este es un paquete premium con un viaje de todo un día, con distintas actividades -como ingreso privado a Cabo Polonio y comidas- donde se sobrevuela toda la costa de Rocha y Maldonado, y tiene un costo aproximado de U$S 800 por persona.

Pero hay viajes de otros valores, como Montevideo/Colonia que tienen un costo de US$ 200 por persona. Se realiza con tres personas en helicóptero, y también hay vuelos con hasta seis personas que son en pequeñas aviones.

Las aeronaves usadas en el proyecto son de empresas locales. Juan Salvador las alquila, y verifica que tanto los vehículos, como los pilotos estén en condiciones óptimas para volar.

Apoyos
A través de un programa de apoyo emprendedor del Ministerio de Industria, Energía y Minería, el proyecto se bajó a tierra, y tomó forma.
“Juan Salvador” fue acompañado y recibió también la apoyo de Empretec, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE). Para Perretta, Uruguay tiene un distintivo respecto a la región, y es que el contar con herramientas para guiar a quien comienza con un nuevo proyecto empresarial.

El proyecto fue declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura, ya que imitando el modelo de la ruta del vino, se está pensando en un viaje que permita conocer los distintos teatros del país. Además está asociado con El Corredor de los Pájaros Pintados.

Fuente: El Observador