Desde «El Pozo» hasta «Juntacadáveres», los cuatro libros de Onetti a los que hay que llegar o volver

Hace algunas semanas, cuando las notas sobre el premio Cervantes a Ida Vitale llenaban las páginas y los portales de los diarios, un nombre aparecía de costado y se inmiscuía en la conversación: Juan Carlos Onetti, el primer escritor uruguayo en ganarlo. Casualidad o no, el mismo año en que Uruguay volvió a conseguir el mayor premio de la literatura en español, se cumplieron 25 años de su muerte.

El aniversario cae exactamente este jueves 30 de mayo. A un cuarto de siglo de aquel 1994, Onetti sigue presente en los lectores que lo veneran, en las historias de su romance con Idea Vilariño y también en las librerías uruguayas, donde nuevas ediciones y reimpresiones mantienen vigente su universo literario.

Para quienes se quieran iniciar en su obra, o para aquellos que busquen volver o repasarla, a continuación se presentan los cuatro títulos indispensables de uno de los autores claves de la literatura nacional y regional.

El pozo (1939)
Primera novela de Onetti, el breve diario de Eladio Linacero fue escrito cuando el autor tenía 30 años y durante un fin de semana en que se quedó sin tabaco. Aunque Onetti apenas había comenzado con su carrera como periodista, con El Pozo inauguró su obra y dio paso a un universo plagado de personajes memorables y títulos ya icónicos.

La vida breve (1950)
Uno de los grandes valores de esta novela escrita por Onetti en 1950 es haber sido la carta de presentación de Santa María, mítica ciudad del interior en la que el autor escenificaría gran parte de su obra. Entre ese pueblo y Buenos Aires, un grupo de bandidos, un guion cinematográfico, varias prostitutas y la figura del propio autor solapado salpican este texto imprescindible para entender todo lo que vino después.

El astillero (1961)
Quizás la novela más conocida del autor junto a El pozo, El astillero vuelve a poner los focos en Santa María y demuestra la madurez de un autor con treinta años de escritura encima. La novela sigue a Larsen, un hombre que vuelve a Santa María con la misión de encontrarle un sentido a su vida en medio de los trabajos del astillero de Petrus. Sobre la novela, Mario Benedetti escribió que «se acerca a un equilibrio casi perfecto, a una economía artística que resulta algo milagrosa».

Juntacadáveres (1964)
De nuevo Larsen, conocido en este caso como Juntacadáveres, llega a Santa María en la compañía de tres prostitutas con las que intenta establecer un negocio que otorgue placer a los hombres del pueblo, y dinero a sus bolsillos. Antes, sin embargo, se las tendrá que ver con algunos enemigos sorpresivos, entre ellos el padre Bergner, un hombre de bien. Un título clave para conocer una de las últimas etapas de la obra del autor.

Fuente: El Observador