La pandemia por el coronavirus los dejó varados en un país que no conocían y, sin embargo, lo adoptaron como su refugio. ¿Dónde están un año después?
En abril se cumplirá un año desde que mi artículo publicado en Medium.com Para estar en una pandemia, no hay como Uruguay se volvió viral. En aquel entonces, los medios de comunicación internacionales de habla inglesa no se cansaban de citar el buen manejo de la pandemia por parte de Nueva Zelanda, mientras que las noticias sobre Uruguay brillaban por su ausencia.
Además, como ciudadana británica residente en Uruguay durante las últimas dos décadas, me sentí muy agradecida, más aún cuando comparé la respuesta de Uruguay con la del Reino Unido.
Al mismo tiempo, como CEO de Guru’Guay, una referencia esencial para los angloparlantes, me contactaron decenas de extranjeros que se habían quedado varados en un país del que prácticamente no sabían nada.
Aquí compartimos qué sucedió con Vici y Hennie, una pareja de sudafricanos que se convirtieron en padres primerizos en Uruguay; con Clara, una navegante española que adoptó Manantiales como su nuevo hogar; con Jeremy y Elle, los motoqueros canadienses; y con Jan y Pleun, quienes extrañan su hogar en Valizas.
Vici y Hennie: padres de hija uruguaya.
Vici y Hennie Greeff acababan de enterarse de que Vici estaba embarazada cuando volaron a Uruguay por su luna de miel en marzo de 2020.
Los sudafricanos nunca soñaron que su hija nacería aquí y que no volverían a ver su país hasta que cumpliera cinco meses.
Olva nació en agosto en el Pereira Rossell. Cuando los entrevisté en julio, la situación de la COVID-19 en Sudáfrica estaba fuera de control. A pesar de un cierre obligatorio, había más de 100.000 casos.
Con tantas incertidumbres, la pareja decidió quedarse en Uruguay donde se sentían seguros. Vici elogia el “cuidado maravilloso” que recibieron en el Pereira Rossell, donde tuvo lugar el parto, y en el Maciel, donde ella y Olva recibieron atención pre y post natal.
La mayor complicación de su inesperada estadía de nueve meses fue hacer arreglos para que la madre de Vici viniera a apoyarlos. Tanto Sudáfrica como Uruguay estaban cerrados a todos los vuelos excepto los humanitarios. Felizmente, la nueva abuela obtuvo el permiso de reunificación familiar y llegó cuando la bebé tenía un mes.
En diciembre, la familia finalmente regresó a Sudáfrica, con su hija, varios kilos de mate y camisetas de Peñarol.
Olva ahora tiene la edad suficiente para sentarse sola. La pareja planea mudarse de la capital, Pretoria, a una ciudad mucho más pequeña en el Cabo Occidental para estar cerca de los abuelos.
Mientras tanto, se toman en serio el mantenimiento de sus vínculos con Uruguay. Olva tiene pasaporte uruguayo y la pareja obtuvo la residencia. “Olvacita es un pequeña ‘uruguaya’ en Sudáfrica. Queremos llevarla de regreso con la mayor frecuencia posible y mostrársela al personal de los hospitales que tan bien la cuidó”, dijo Vici. “Tenemos amigos que se han convertido en nuestra familia y estamos planeando visitarlos nuevamente, cuando sea más seguro hacerlo”. Es muy posible que Olvacita eventualmente crezca en su país de nacimiento.
Clara: la navegante que adoptó a Manantiales.
Clara Carrington dejó España en 2019 con el deseo de convertirse en la primera mujer española en completar la regata Clipper Round The World. Cuando la carrera se detuvo en Filipinas en marzo de 2020, se unió a su pareja y compañero de tripulación, Antonio, residente en Punta del Este, y juntos llegaron a Uruguay justo cuando las fronteras se cerraban para los no residentes.
Un año después, Clara sigue viviendo feliz en Manantiales. Pasó el año perfeccionando sus habilidades de coaching y entrenando a profesionales de Europa y EE.UU. Además, es mentora del Proyecto Magenta que apoya a mujeres navegantes, incluida la esperanza olímpica de Uruguay, Dominique Knüppel. Y en septiembre, se convirtió en abuela de Lina.
El día que apareció en El País en septiembre pasado, tenía su última cita para la solicitud de residencia. En la oficina de inmigración de Punta del Este le preguntaron qué la había traído a Uruguay. “Me sonrojé y les mostré el diario. La verdad es que quedamos impactados por la coincidencia del día y el lugar. ¡Me hizo mucho más fácil explicar cómo y por qué vine a Uruguay!”, contó.
Como hay pocos españoles en Punta del Este, la reconocen por el acento y con frecuencia le dicen: “¡Ah! ¡Eres la del artículo!”
Jeremy y Elle: los motoqueros canadienses.
Los motociclistas Jeremy Kroeker y Elle West se encontraron atrapados en Colonia del Sacramento cuando pretendían regresar a su país, Canadá, después de haber viajado desde América del Norte hasta Tierra del Fuego.
Seis meses después, finalmente dejaron Uruguay y llegaron a casa sin sus vehículos en avión vía Europa. Después de la cuarentena, recogieron sus motos que habían enviadas por barco a Vancouver y condujeron de regreso a Canmore, donde Jeremy reanudó su trabajo diario como recolector de residuos en Alberta.
Los fines de semana ha estado grabando su segundo audiolibro. Jeremy escribe cuentos autobiográficos con el título de Terapia de motocicleta para entusiastas de las motos de larga distancia.
Elle no ha podido encontrar trabajo todavía. Su búsqueda se volvió aún más difícil después de que Alberta entró en un segundo confinamiento en diciembre de 2020 por el que solo las tiendas de alimentos permanecieron abiertas y que recién ahora está llegando a su fin.
Cuando se le preguntó sobre su tiempo en Uruguay, Jeremy dijo que “no tienen más que cosas positivas que decir” sobre este país y que esperan regresar.
Después de que su historia salió en el diario El País, su canal de YouTube experimentó una explosión de visualizaciones desde Uruguay. Incluso hoy en día, la mayor parte de su audiencia es de Canadá, Estados Unidos y Uruguay.
Jan y Pleun: los holandeses más valiceros.
Los trabajadores sociales holandeses, Jan Kuijs y Pleun Peperkamp, habían comprado un auto en Chile y estaban viajando por Sudamérica para escapar de lo que sentían que era una vida convencional, monótona y restringida en Europa cuando golpeó la pandemia.
Pasaron los siguientes ocho meses en Valizas, donde descubrieron que el estilo de vida más lento y no materialista de un rancho en Rocha era exactamente lo que estaban buscando.
Aunque habían planeado viajar por el continente por un período indefinido, cuando se hizo evidente que la pandemia no terminaría pronto, se volvieron a casa en noviembre.
Sin embargo, en lugar de retomar la vida en un apartamento de la ciudad, optaron por instalarse en una pequeña casa en el campo. “Estamos tratando de mantenernos tranquilos (el ‘tranquilos’ lo dijeron en español)”, explicó Pleun.
De regreso a Holanda, se encontraron recordando constantemente las “sabias palabras” de Martín, dueño de un bar en Valizas, quien había cuestionado sus inquietudes sobre el futuro y su renuencia a tener hijos. En largas conversaciones, Jan y Pleun argumentaban que querían tener hijos, pero que nunca era el momento adecuado. Era solo algo a lo que podían aspirar si tuvieran más dinero, más ahorros, más estabilidad… “¿Están felices?”, recordó Jan que les preguntó Martín. Le aseguraron que sí. “En ese caso”, razonó, “si eres feliz ahora, ¿por qué no vas a ser feliz en el futuro?”
En diciembre pasado, un mes después de regresar a casa, para sorpresa de todos, incluidos ellos mismos, Pleun quedó embarazada. El bebé nacerá en septiembre. “Martín nos hizo darnos cuenta de que no es necesario tener todo planeado. Mientras tengas una relación estable y suficiente amor para darle a un niño, el resto encajará en su lugar, como siempre sucede”.
Uruguay está a menudo en los pensamientos de Jan y Pleun. Se imaginan que un día podrán tener una casita en Valizas. “Lo que más extrañamos es el clima y la gente y su maravillosa mentalidad”.
Escrito por Karen A. Higgs para El País