El 84 % de los estudiantes de Uruguay, desde la enseñanza inicial hasta la terciaria y universitaria, concurren a centros estatales, indicador que lo distingue entre sus socios en la Unasur. El país también es reconocido porque casi 100 % de su población está alfabetizada y por la inclusión de tecnologías en las aulas.

Con el objetivo de avanzar en el plan quinquenal, ya resuelto por los ministros de Educación, y enfatizar las operativas y metas que cada país se comprometió a concretar en el período 2015-2020, se realiza este jueves y viernes en Montevideo la XXIV Reunión de la Instancia Ejecutiva del Consejo Suramericano de Educación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Esta actividad se enmarca en la presidencia temporaria que ejerce Uruguay 2015-2016.

La reunión, que se realiza en las instalaciones del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), comenzó el jueves con un encuentro de los representantes de los 12 países miembros del bloque, los 12 estados de América del Sur. Fue presidida por el director de Cooperación Internacional del MEC, Nicolás Pons, y por el director nacional de Educación, Juan Pedro Mir.

“Cada país asumió distintas responsabilidades, algunas refieren a propuestas de inclusión educativa, otras vinculadas al desarrollo medioambiental y sustentable, a la incorporación natural de la educación como derecho humano fundamental”, explicó Nicolás Pons.

“A partir de ahí, distintas propuestas que tienen que ver con complementarse como países integrantes del bloque, apostando a compartir las fortalezas que cada uno tiene en los respectivos sistemas educativos y a enriquecerse de las experiencias de los otros”, completó el jerarca, quien resaltó la necesidad de pensar la educación como garante ineludible de la democracia y de libertad.

En ese escenario, informó que Uruguay asume el compromiso de cumplir el objetivo número 11 del plan quinquenal, que refiere a la educación en vínculo con el trabajo, dos áreas que se complementan.

“Desde nuestra perspectiva y trayectoria procuramos establecer una política rectora que aporte al resto de los países de la Unasur un capital generado en torno a cómo el país viene procesando la vinculación dialéctica entre el valor de la educación y del trabajo”, aseguró.

En cuanto a la realidad educativa de los países del bloque, Pons aclaró que las diferencias son importantes.

Recordó que, como “elemento identitario” de Uruguay ante el mundo, se destaca que 84 % de la matrícula estudiantil nacional, desde los niños de tres años hasta universitarios, pertenece a la educación estatal.

“Es un elemento característico de nuestra política educativa. Es un factor que nos presenta y nos diferencia de otros países”, dijo.

“Los sistemas educativos de los demás países de la Unasur tienen componentes diferenciados en ese sentido. A la luz del papel preponderante que le ocupa a los estados, hace que las políticas no necesariamente coincidan con la nuestra”, aclaró.

En lo que respecta a calidad de la educación, el director de Cooperación Internacional del MEC señaló que existen rangos e indicadores establecidos en función de los resultados que cada sistema educativo viene impulsando. En este caso opinó que las variables son más homogéneas, más cercanas entre los países.

“Uruguay es un país que, en el concierto latinoamericano e incluso mundial, tiene un lugar bien importante en cuanto a la cobertura del sistema educativo público y privado, el nivel de alfabetismo prácticamente en 100% de la población, altos niveles de inclusión de tecnologías educativas como herramientas imprescindibles para la labor de aprendizaje, donde Plan Ceibal juega un rol clave como acceso democrático a la información y herramienta para trabajar en el proceso de aprendizaje que se genera en las escuelas y liceos de Uruguay”, afirmó.

Pons se refirió también a las acciones para la validación de títulos universitarios a nivel del bloque. Dijo que en la órbita del Mercosur (Mercado Común del Sur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) se avanzó sustancialmente este en sentido, y que se procura ampliarlo a las naciones de la Unasur.

“Es un desafío imprescindible. El Mercosur avanzó sustancialmente en esta materia. Una de las recomendaciones que realizan los cancilleres y ministros de Educación, es tender a converger hacia lo avanzado por Mercosur, en cuanto a la política de acreditación, de revalidación de títulos. Que ese capital generado sea parte de una realidad ineludible para la Unasur, que es más contemporánea y tiene un desarrollo más reducido, pero que procura generar sinergias entre los países en cuanto a calidad técnica”, agregó.