La madrina del textil uruguayo actual, desde su atelier en Ciudad Vieja se abre al mundo portando la marca Uruguay Natural, y estará presente en la segunda edición de la Feria MUY.

Pionera en el diseño nacional, Ana Livni se unió recientemente al universo de Marca País, aportando belleza y diseños únicos, valorados en el mundo.
En la siguiente entrevista, la diseñadora cuenta cómo fue el proceso que la llevó, junto a su socio y pareja, Fernando Escuder, a crear una empresa que se autodefine “de investigación creativa y de vestimenta “slow fashion”. Caminando lento pero seguros, fusionamos arte y oficio de forma sustentable”.

Ana asegura que desde sus inicios en el año 2002 instalados en la calle Maciel y desde 2005 en la calle 25 de mayo 280, siempre en Ciudad Vieja, desde su atelier ha realizado una tarea de educación con el público local y extranjero que llega a visitarlos. En los comienzos ella y su socio Fernando Escuder debieron explicar sobre la lana, sobre el tejido y los estampados, durante al menos cinco años. Pero ya no es así, porque asegura, el público local está educado, ya hay una generación de diseñadores bien formados y aunque son pocas las marcas que perduran, surgen nuevas camadas y olas y de hecho hay nuevas escuelas de diseño y una serie de factores, actores y marcas “que fluyen”.

¿Cómo definís la tarea de creación que realizas con tu marca?
Nos interesa crear diferentes cosas a partir del textil. Hacemos prendas pero también objetos, cortinas estampadas, esculturas que son puf, almohadones que son peces, yacarés de lana, máscaras, hemos intervenido espacios, hemos hecho vestuarios. El año pasado celebramos nuestros 15 años junto con los 100 años de La Cumparsita, impulsando un proyecto llamado TANGOtex que unió el tango con el textil. Convocamos a Luciano Supervielle para hacer la música del espectáculo y llenamos el Teatro Solís de textil, música, coreografía, escenografía. Cosas como esas nos definen porque nuestra idea siempre es generar cultura local para salirnos del lugar común de la moda y contar la historia de otra manera. Estamos abiertos y siempre observando de cerca el textil para ver qué se puede generar.

¿Qué le puede aportar la marca país Uruguay a Ana Livni y Ana Livni a la marca país Uruguay?
Siempre nos sentimos parte de la marca país, desde ahí construimos desde el 2002. Ya van a hacer 16 años, con identidad local, materias primas locales y una producción local y sustentable. Y ese será nuestro aporte, porque sabemos que se puede producir de esta forma en Uruguay. Es un desafío muy grande que implica mucho esfuerzo porque este mercado es pequeño y cuando sobreviene una crisis entra en crisis toda la región, y los apoyos van y vienen, no son estables.

¿Qué presencia tienen tus prendas en el exterior, más allá de la región?
Hemos hecho incursiones en el exterior pero no son estables. Hemos tenido momentos de empuje y hasta participamos en varias ferias acompañados por Uruguay XXI. Logramos abrir el mercado de Estados Unidos, exportamos a Nueva York desde el 2012 al 2016 y después se cortó. A veces es difícil poder viajar y estar presentes en ferias todo el tiempo.

Junto a Fernando Escuder, crearon la marca Ana Livni al salir del Centro de Diseño Industrial y luego de graduarse en la escuela de diseño Polimoda de Florencia. ¿Sabían desde el vamos que querían un negocio enfocado hacia el diseño de autor?
No, la verdad que no. En realidad en 2002 ni siquiera había ejemplos de diseño de autor, solo estaban las industrias textiles que exportaban a faҫón a Estados Unidos y sin valor agregado. El valor volvía de afuera. Además había un diseñador de alta costura y eso era todo. Nosotros fuimos pioneros en el diseño de autor con identidad. En realidad, diría que teníamos la idea desde el principio pero nunca pusimos los títulos antes de hacer las cosas: primero cocinamos y después hacemos la receta, y después le ponemos el título a la colección. Porque en realidad todo es desde el hacer, siempre estamos haciendo.

La empresa surge en plena crisis del 2002. ¿Cómo se fue ese arranque en un contexto tan particular?
Viendo el panorama regional y local, viendo que las industrias totalmente deprimidas estaban cerrando como pasó en varios rubros, pensamos qué hacer con toda esta mano de obra con tanta experiencia, cómo darle valor para sostener lo que ya existía. Allí empezamos a trabajar con las industrias que antes nos contrataban como diseñadores para crear productos para exportar, viendo cómo podíamos dar vuelta las cosas para generar diseños con identidad local.

¿Cómo producen hoy que la industria textil local casi no existe?
Somos medio malabaristas. Trabajamos con la lana, partiendo del top de lana -porque tampoco están las empresas que procesaban la lana-. Vamos a un lugar a hilar las lanas, a otro lugar a tejerlas y a otro a teñirlas. Son muchos los eslabones de la cadena de valor que creamos para llegar a cada prenda, a cada colección.

¿Las lanas son el alma de las prendas y objetos de Ana Livni?
Se puede decir que sí. Siempre están presentes.

¿Cómo definirías a tus creaciones?
La idea es siempre generar un producto con identidad local. Pensamos en generar un producto desde el Uruguay para el mundo. No le vamos a vender a los italianos el moahir que es de ellos, le puedo vender lana merino. Por eso vemos de tener siempre los pies bien puestos en donde estamos, qué es lo que nos representa como materia prima, como país, y desde ahí diseñar y aportar nuestro arte. Con todas esas herramientas generamos productos diferenciados. El desafío es grande pero es posible, lo hemos logrado y lo seguimos logrando. Hace dos días mandamos una prenda a Sudáfrica y otra a Noruega. Son piezas únicas que se venden a través de un sitio en Estados Unidos. Es totalmente gratificante poder mandar una prenda a un cliente que la espera desde hace un mes en Noruega y que apostó por esa prenda hecha al otro lado del mundo.

¿Reciben feed back de estos clientes?
El 80% de los clientes nos escriben o escriben alguna reseña y siempre nos dan cinco estrellas. Nos dicen que el producto superó sus expectativas, que es una obra de arte, que cuando puedan van a adquirir otra, y sucede. Es muy gratificante. No ocurre todo el tiempo ni a gran escala, pero ese reconocimiento existe y es muy gratificante.

¿Te sorprende que se adquieran este tipo de prendas y productos a distancia?
Si me sorprende, pero evidentemente hay un mercado que está apto para consumir sin ver, porque tiene la capacidad de imaginar. Eso ocurre desde hace unos tres o cuatro años.

¿Consideras a tus prendas como obras de arte?
Sí, me gusta más decir que pertenecemos a una industria cultural que a la industria de la moda. La palabra moda a veces hasta me molesta. Siempre peleo porque considero que no podemos ser enmarcados dentro de la cuestión comercial como cualquier otro negocio. Se deberían considerar otros beneficios para los diseñadores que pensamos el diseño desde la cultura. Nuestro atelier no surgió como un negocio. Somos diseñadores, valoramos el tejido, valoramos los oficios, algo que se ha perdido bastante. Igual, viendo la realidad del país desde mi posición, creo que la flexibilidad está buena, es buena cosa tener la capacidad de reinventarse, pero deben existir ciertos parámetros, que no se destruya todas las empresas sino que se puedan reinventar.

Esta será la primera vez que estén presentes en la Feria MUY junto a otras empresas que integran la marca país. ¿Cuáles son sus expectativas?
Me parece una excelente idea y creo que estaría bueno poder hacer una feria de este tipo afuera del país, poder llevar la oferta de Uruguay a otros mercados.

¿Qué proyectos hay en el futuro cercano para la marca?
Queremos llegar a Europa. Hasta ahora invertimos y miramos mucho hacia Estados Unidos, y ahora queremos llegar a Europa.

Fuente: Marca País