Ya sea con nombre propio o detrás de una marca internacional, los profesionales uruguayos salen de los vaivenes del mercado local trabajando internacionalmente.

Un centro comercial en Paraguay, una ruta en Haití, la sede de un banco en Dubái, un condominio en Estados Unidos o las oficinas centrales de una compañía en India. Son ejemplos de obras gigantescas diseñadas por arquitectos e ingenieros uruguayos desde sus oficinas en Montevideo. Buena relación entre talento y precio, cercanía cultural y el objetivo de salir de los vaivenes del mercado local están impulsando a los estudios uruguayos a exportar servicios.

Nombres como los del arquitecto Carlos Ott, que tiene en su haber obras de la talla de la Ópera de la Bastilla de París o el National Bank de Dubái, y Rafael Viñoly, con rascacielos como el 432 Park Avenue –el más alto de Nueva York después del One World Trade Center–, o la polémica Torre Fenchurch 20 –apodada Walkie Talkie– de Londres, son los más conocidos, pero no los únicos.

A fines de 2013 la agencia de promoción de inversiones y exportación Uruguay XXI realizó una encuesta a estudios de arquitectura –el único hasta el momento en la materia–, y relevó que el 50% de los 200 estudios consultados exportó servicios alguna vez, 25% de los cuales lo había hecho ese mismo año.

El sondeo fue desarrollado en el marco del programa Smart Services, que tiene como objetivo la promoción de la exportación de servicios en las áreas de software, logística, farmacéutica y arquitecturae ingeniería. El director del programa, Alejandro Ferrari, dijo que Uruguay cuenta con un «talento relativamente subexplotado», ya que anualmente se gradúan más de 500 profesionales de carreras de arquitectura e ingeniería civil. Además, hay 10 mil profesionales registrados, pero poco menos de la mitad de ellos trabajan en actividades relacionadas con la materia.

Para Uruguay XXI existen varias estrategias para impulsar a Uruguay en el mercado de la arquitectura e ingeniería global: fomentar que compañías internacionales se instalen en el país, ya sea con una oficina propia o en colaboración con una local y desarrollar a proveedores locales para que, ya sea apuntando a nichos o con una marca de autor, puedan exportar directamente.

La puerta de América del Sur

Tras haber finalizado sus estudios de arquitectura en Uruguay, en 1992 Walter Hughes viajó a Austin, para hacer un máster en la Universidad de Texas. Dos años después ingresó al que por aquel entonces era un estudio de arquitectos integrado por 15 personas, Humphreys and Partners Architects. Actualmente el estudio cuenta también con oficinas en Canadá, India, Vietnam y Montevideo, más de 300 personas en su plantilla, y el arquitecto uruguayo es socio de la compañía.

En 2009, Hughes debió retornar a Uruguay por razones familiares. Una vez pasada la crisis inmobiliaria en Estados Unidos y tras convencer a sus socios, en 2011 decidió abrir una oficina en Montevideo (actualmente están en World Trade Center Free Zone), con el objetivo de desarrollar el mercado regional.

La oficina cuenta actualmente con 35 profesionales que trabajan exclusivamente para el mercado de Estados Unidos, como apoyo a los proyectos que se desarrollan en ese país.

«El modelo de oficina ha cambiado mucho. Las comunicaciones hicieron que el viejo modelo de oficina quede obsoleto, y por eso hoy hay una colaboración total con gente de Dallas (Estados Unidos), India o China», explicó Hughes.

Otro caso es el de la firma argentina especializada en diseño de espacios de trabajo, Contract Worplaces, que abrió dos oficinas en Montevideo en 2011. Una está abocada a dar servicio al mercado local. La otra, en el World Trade Center Free Zone, centraliza el diseño para clientes en Colombia, Perú, Paraguay, México, Bolivia y Ecuador. Las oficinas de Chile y Argentina atienden esos mercados en particular.

Según explicó el responsable de la operación local de Contract, Daniel Flom, la elección de Uruguay como lugar para centralizar las tareas de diseño no se tomó solo por los beneficios que aporta una zona franca, sino también porque hay buenos arquitectos.

Además, al igual que en el caso de Humphreys, algunos de los socios de Contract son uruguayos.

Esa firma ha trabajado para marcas como Google en Argentina, Mercado Libre en la región, y Sura, entre otros.

Apuntar a un nicho

El estudio TSYA, de origen argentino y socios uruguayos, inició sus operaciones en Uruguay en 2003, y desde 2007 opera bajo el régimen de zona franca en el Parque de las Ciencias (intersección de ruta 101 y 102). La propuesta de la empresa de arquitectura e ingeniería se centra en proyectar edificios de laboratorios, y su obra más importante en Uruguay hasta el momento fue Mega Labs, el mayor laboratorio de Mega Pharma en Latinoamérica.

TSYA cuenta con oficinas en Argentina y Panamá, que atienden fundamentalmente el mercado local, y una en Uruguay desde donde brinda servicios para toda Latinoamérica. «Las condiciones beneficiosas que tiene el régimen de zonas francas fue un factor de decisión para montar acá una empresa trampolín para Latinoamérica», dijo el socio director de TSYA Uruguay, Gonzalo Rodríguez.

Para Rodríguez, aunque, a nivel técnico en la región a Uruguay «no se lo ve en una primera lectura, sí se reconoce como país de gente seria».

En el caso de TSYA, la especialización permitió la internacionalización de la empresa, que al mismo tiempo obligó a mirar fuera de fronteras, ya que no existen suficientes obras de laboratorios en un solo país para justificar quedarse solo con el mercado local, indicó Rodríguez.

En ese sentido, Uruguay XXI recomienda a aquellas empresas uruguayas que quieran salir al exterior que apunten a nichos. El director de SmartServices no tiene dudas al respecto: «Si te querés internacionalizar tenés que apuntar a nichos, salís porque sos muy bueno en algo muy específico».

Por su parte, la firma uruguaya de ingeniería CSI Ingenieros comenzó a exportar servicios en el año 2000 como una oportunidad de negocio, pero la crisis de 2002 lo convirtió en una necesidad.

Desde entonces ha trabajado para los mercados de Panamá, Paraguay, la frontera de México con Estados Unidos, Perú, Angola y Haití en obras de infraestructura, silos o plantas potabilizadoras.

Según indicó el gerente de CSI, Alfredo Spangenberg, la estrategia radica en «buscar países con características similares a Uruguay o con niveles de desarrollo inferiores, porque de esa forma ya existe una experiencia de lo trabajado localmente».

Actualmente el mayor proyecto de esta firma en el exterior es una ruta de 50 kilómetros en Haití, que se finalizará este año, a la que luego se agregarán otros 11 kilómetros. «Después del terremoto de 2010 el país quedó destruido, fue un desastre y con la financiación internacional que recibió vimos que ahí había una oportunidad de negocio», dijo el gerente de esta compañía que se especializa en obra pública.

Nombre y apellido

Un grupo más reducido de arquitectos lograron abrirse paso en el mercado regional o internacional con un nombre y un apellido bien definido. Tal es el caso de Carlos Ponce de León cuyo primer trabajo para el exterior fue hace 12 años de la mano de otro arquitecto uruguayo de renombre, como es Carlos Ott.

Se trataba de un campus tecnológico para TATA Consultancy Services de 550 mil metros cuadrados en Chennai, India, cuya inversión rondó los US$ 600 millones. Esa experiencia le abrió paso en India, Sri Lanka, Venezuela y Paraguay.

«Somos un país muy chico y cuesta poner a Uruguay en el mapa, sobre todo a los que vamos para afuera, estar entre dos potencias como Argentina y Brasil con un país de superficie chica y decirles que podemos hacer buena arquitectura desde acá es un tema no muy fácil», comentó Ponce de León. Este reconocido arquitecto tiene dos estudios en Zonamerica desde donde brinda servicios para el exterior, uno es propio (Ponce De León Architects) y el otro lo comparte con Carlos Ott (Ashur Arquitectos).

Otro arquitecto que logró imprimirle nombre a su obra desde Uruguay es Gómez Platero: el estudio de Martín Gómez Platero. La empresa trabaja actualmente en proyectos de oficinas en Porto Alegre, Perú y Paraguay desde sus oficinas en World Trade Center Free Zone.

Para Gómez Platero, si bien el mercado local «sigue siendo muy importante», el mercado internacional tiene actualmente más peso en la facturación.

Paraguay se mueve

Para el director de la firma MVD Consulting, Mario Tucci, el sector de la construcción «estuvo muy bien hasta hace dos años», por lo que los profesionales estaban ocupados con el mercado local. Pero ahora, cuando la industria empieza a caerse, más compañías comienzan a mirar hacia afuera.

Paraguay se convirtió en una plaza interesante para los arquitectos e ingenieros uruguayos, de hecho casi todos los consultados han tenido o tienen algún proyecto en este país.

El estudio Atijas Casal entró a ese país en 2015 con la construcción de la SkyTower, una torre de apartamentos de 32 pisos y 135 unidades en una zona residencial de Asunción. Además abrió un estudio en ese país para atender un mercado que, según su director Vito Atijas, es de los más dinámicos de la región.

«Las señales que llegan desde Paraguay y concretamente de Asunción marcan una tendencia muy favorable porque los costos para construir son muy inferiores a Uruguay, 50% menos, y el precio de los terrenos también es más bajo», aportó. Según Atijas, este mercado se muestra receptivo a una propuesta de mayor valor. La construcción de Skytower comenzó hace cuatro meses y quedan unos 20 meses más de obra.

Empresarios y profesionales

Para el director de MVD Consulting , Mario Tucci –quien colaboró en desarrollar un programa para promover a Uruguay en servicios de arquitectura e ingeniería de Uruguay XXI–, uno de los desafíos del país es que «los profesionales uruguayos no son necesariamente buenos empresarios, son buenos profesionales».

«Precisamos empresas, no autoempleo, el mercado grande no contrata a un proveedor chiquito, hay que hacer crecer el sentimiento empresarial, empresas que arriesgan, que viajan, que toman tecnología, de eso necesitamos más, hay algunas industrias que van más rápido, como la del software. Ahí sí hay empresarios», opinó el consultor.

Sin embargo, según un estudio de Uruguay XXI elaborado en 2013, el 80% de los estudios de arquitectura están integrados por hasta 5 arquitectos, el 6% por entre 5 y 10 arquitectos, el 7% por entre 10 y 15 y el 7% restante por más de 15.

Fuente: El Observador