La primera bailarina culminó ayer su brillante trayectoria: sobre el escenario, brindó junto a Julio Bocca y festejó el final de una carrera maravillosa

Hacia las 23.00 de este sábado, el público aplaudió de pie, durante 12 minutos, la primera bailarina uruguaya María Noel Riccetto, quien dio la última función de su brillante carrera.

Al finalizar la última función de Manon, y en el momento en que el BNS cerraba su temporada, la artista agradeció con gestos un aplauso que se sostuvo y creció, con varias caídas de telón.

Luego de finalizada la función, la artista saludó con su gran sonrisa, y entre lágrimas, siendo su hermana Magdalena quien le entregó el primer ramo de flores. Entre una lluvia de aplausos y ovaciones, Julio Bocca se hizo presente en el escenario, con dos copas en la mano, y Riccetto y Bocca brindaron, en un significativo fondo blanco. Al fondo de la escena, no solamente estaba el cuerpo del BNS a plano, sino también la orquesta, autoridades del Sodre y un sinnúmero de colaboradores.

Luego el presidente del Sodre, Doreen Ibarra, saludó especialmente a Riccetto, así como Igor Yebra, el director artístico del BNS. El clima de emoción fue creciente, enmarcado en unos disparos de papelitos de colores. Riccetto, en determinado momento, se sentó en el piso del escenario (ese escenario sobre el que lució tantos personajes), y se quitó las zapatillas de baile, en gesto cargado de simbolismo. Al mismo tiempo, le acercaron una botella de cerveza, y ella tomó sonriente, en otro segundo gesto, también muy simbólico.

La artista, con las manos, agradeció repetidas veces, tanto al público como a sus compañeros de escenario, señalando con un gesto a toda la compañía. Por momentos pareció que ella iba a hablar, a agradecer con palabras, pero no: como en el ballet, con gestos y movimientos, entre bromas y bailoteos, la mayor bailarina que Uruguay ha tenido en los últimos tiempos se despidió del público y de su carrera de bailarina. Con la sencillez que la ha caracterizado siempre.
Antes del largo adiós, en el que el público coreó su nombre, hizo aplausos rítmicos, y le gritó palabras de cariño, Riccetto dio una última función formidable, en la que se mostó, una vez más, a pleno. La acompañó en el otro rol protagónico el bailarín chileno Sebastián Vinet, quien mostró enorme comunicación con la bailarina uruguaya.
Se cerró así la carrera de una de las mayores artistas uruguayas de la danza, quien puso el nombre de Uruguay en el mundo, tanto en Nueva York, desde su lugar de solista en el American Ballet Theatre, como en Moscú, al conquistar en 2017 en Premio Benois de la Danse. Y la carrera de Riccetto cerró con un largo idilio con el público uruguayo, que a través de este década la pudo disfrutar en los más variados personajes.

Riccetto dio su última función, y se despidió del público recibiendo un larguísimo aplauso, emocionada y contenta. Y ese final fue sencillo, muy a su estilo, con una gran sonrisa, mucha elegancia, y mucha simplicidad.

Fuente: El País