Sepa cómo se generó una de las alianzas que catapultó al prometedor emprendimiento uruguayo Connectus Medical al exterior.
Que el creador del blog Orsai, Hernán Casciari (45), tuvo un infarto en Montevideo en diciembre pasado y que salvó su vida gracias a la rapidez con la que actuó el matrimonio con el que se hospedaba es un hecho conocido. También se hizo público que el cofundador de Airbnb, el estadounidense Joe Gebbia (34), visitó Montevideo a principios de este año.
Lo que no se sabía hasta que el propio Gebbia contó el caso en una reciente charla TED es que estos dos hechos están conectados por un hilo conductor uruguayo, y que fueron la génesis de una positiva repercusión en la prometedora startup local Connectus Medical, que llevan adelante Javier Artigas y su hija de crianza Valentina Arriagada.
En febrero pasado Connectus Medical, plataforma que une a los pacientes de diálisis con los centros de hemodiálisis del mundo y que obtuvo el segundo lugar del premio Emprendo 2015 de El Observador, llegó a un acuerdo con la estadounidense Airbnb para ofrecer turismo de salud a los pacientes que se dializan.
Con esta alianza, los pacientes renales pueden hacer turismo eligiendo locaciones cercanas a los centros de diálisis y hospedándose en la casa de algún paciente con esta misma enfermedad o de algún enfermero que pueda auxiliarlo en caso de necesitarlo.Toda esta historia bien podría ser el guión de una película.
Ángeles de la guarda
En diciembre pasado, el creador del blog Orsai, Hernán Casciari, se estaba hospedando en la casa de Javier Artigas cuando infartó. Gracias a la rapidez de la esposa de Javier, Alejandra, que inmediatamente llevó a Casciari en su Chery QQ al Hospital de Clínicas, escoltada por dos patrulleros, el escritor argentino salvó su vida. «Si demoraban cinco minutos más en traerlo, se moría», les dijo el médico que atendió a Casciari luego de la operación en la que le colocaron un stent cardíaco.
El creador de Orsai se recuperó, se quedó en Montevideo unos días más y cuando regresó a Buenos Aires escribió en su blog esta historia, mencionando a estos uruguayos como sus «ángeles de la guarda».
El 31 de diciembre, Javier, Alejandra y Valentina, la hija de ambos, viajaban rumbo a Playa Verde a pasar los primeros 10 días del año. En la ruta, reciben un email que Alejandra lee en voz alta. El remitente: Joe Gebbia, co fundador y Chief Product Officer (CPO) de Airbnb. El mensaje: «Hola, me contaron la historia de cómo le salvaron la vida a un huésped y me gustaría conocerlos». Javier Artigas no sabía si se trataba del verdadero Gebbia pero respondió: «Sí claro, te esperamos cuando quieras».
A los 20 minutos llega otro mensaje: «Conseguí un vuelo y llego mañana a las 11.00 horas». Las vacaciones en familia se cancelaron en forma inmediata y a la mañana siguiente, una hora antes de lo previsto, un hombre de bermudas y remera negra, championes, y un sombrero de paja se bajó de un taxi en la puerta de la casa de los Artigas en Montevideo.
La familia no salía de su asombro. Más sorprendidos quedaron cuando el millonario dijo que quería dormir en el sillón. Insistieron en que durmiera en un cuarto.
«Si tuviera que definir a Joe Gebbia, podría decir que es una persona muy humilde y sencilla. Fue a bailar tango con mi hija, otro día fue hasta Zonamerica sólo en auto a buscar a uno de nosotros a Connectus», contó Artigas a Café & Negocios. Gebbia se hospedó en su casa hasta el 9 de enero. En esos días, además de compartir momentos como uno más de la familia –cocinaban, salían a hacer compras, tomaban mate–, los negocios se hicieron un lugar. En una de las charlas de sillón, Gebbia le pidió a Javier Artigas que le contara sobre Connectus.
Concretar el acuerdo
Gebbia se contactó con una de las ejecutivas de su empresa que trabaja en la generación de comunidades. La mujer respondió con una propuesta de negocios con copia a Javier Artigas: crear un espacio en Airbnb para que los pacientes renales o enfermeros reciban a pacientes renales, y se genere una comunidad.
Ese acuerdo se concretó un mes después y según comentó Artigas, ya están pensando en la posibilidad de generar paquetes turísticos que incluyan el pasaje, el hotel o Airbnb y el alquiler de coches.
«El reconocimiento que recibimos del MIT como mejor emprendimiento social el año pasado y este acuerdo con Airbnb hicieron que nos llegaran solicitudes de todas partes del mundo. Connectus le abrió una puerta a los pacientes renales», contó entusiasmado el emprendedor uruguayo.
Según Artigas, Gebbia resultó ser una persona muy cálida, y no dudó en señalar que se generó un vinculo «muy afectivo». «Cuando se fue creó un grupo de WhatsApp con el asunto «Familia» en el que estamos Alejandra, Valentina, Joe y yo. Es muy fuerte», expresó.
Charla en Vancouver
Con los directores de cine Steven Spielberg y George Lucas como espectadores, en una charla TED en Vancouver (Canadá) a mediados de febrero, Gebbia habló sobre la importancia de la confianza para los emprendimientos enmarcados en la economía colaborativa y utilizó el ejemplo de lo ocurrido en Uruguay para explicarlo.
El CEO de Airbnb contó en detalle la historia, mostró fotografías e incluso comentó que Javier y Alejandra donaron sangre para la operación de Casciari. Además utilizó el caso para «pegarle» a su competencia, Home Away, plataforma por la que se alquilan casas vacías. Según Gebbia, si Casciari se hubiera hospedado en algunas de esas residencias, hoy no estaría con vida.
Se viene Connectus Medical Chile
Hace un mes y medio abrió las puertas Connectus Brasil en Porto Alegre, para atender las necesidades turísticas de pacientes brasileños. En los próximos meses Connectus se instalará en Santiago de Chile, donde se ofrecerán propuestas turísticas de invierno: Viña del mar, la zona de nieve, de casinos y el Pacífico.
«Ya estamos establecidos en San Francisco, EEUU, por el acuerdo con Airbnb pero la primera oficina propia en el exteior la tenemos en Brasil», contó Javier Artigas. Los próximos pasos además de instalarse en Chile, serán abrir oficinas en Alemania, Italia y Japón, que con Brasil y Estados Unidos, reúnen el 70% de las diálisis del mundo.
Fuente: El Observador