El ejecutivo principal de la firma sueco-finlandesa Stora Enso, Karl-Henrik Sundström, estuvo en Uruguay y se reunió con Tabaré Vázquez. En entrevista con El País, analizó presente y futuro de la inversión en Montes del Plata.

En enero de 2011 la empresa Montes del Plata (joint venture entre la chilena Arauco y la sueco-finlandesa Stora Enso) anunció la que hasta ahora es la mayor inversión privada en la historia de Uruguay —será superada por la segunda planta de UPM—. Fueron US$ 1.900 millones para construir una planta de celulosa en Conchillas, Colonia.

En septiembre de 2014 se inauguró la planta que produce 1,4 millones de toneladas al año y aporta 1,7% al Producto Interno Bruto (PIB). La semana pasada, una delegación de ejecutivos de Stora Enso visitó Uruguay y se reunió, entre otros, con el presidente Tabaré Vázquez. El País entrevistó al CEO de Stora Enso, Karl-Henrik Sundström, quien unas semanas atrás comunicó que dejará el puesto en 2020.

—¿Cómo evalúa la inversión en Uruguay?

—Ha sido una buena inversión y especialmente en los últimos años con buenos precios de la celulosa. Es una operación eficiente y me animaría a decir que esta planta está en el cuartil (25%) superior de plantas de celulosa en el mundo.

—¿Tienen planes de aumentar la producción?

—No, porque es una planta joven. ¿Saben cuánto tiempo de vida útil tiene la planta de celulosa?

—¿Cuarenta años?

—Más tiempo, más tiempo. Significa que tienes que pensar a largo plazo. Y cuando pones tanto dinero como nosotros… Pero no diré ningún plan porque esa es una decisión que no puedo tomar, tengo que ir a la junta directiva, entonces no puedo decir si tienen algún plan. Pero, obviamente nos sentimos muy cómodos, no estamos aquí para irnos, estamos aquí para quedarnos por un período muy largo.

—¿Stora Enso tiene algún tipo de preocupación sobre el futuro en Uruguay, respecto a la economía por ejemplo?

—Si miras en América Latina, creo que hay muy pocos lugares que sean tan estables como Uruguay.

—¿En qué sentido?

—En su sistema legal, en su economía. Miren alrededor de ustedes, el panorama es muy diferente. Uruguay ha sido la Suiza de América Latina durante mucho tiempo y esa es una de sus ventajas competitivas.

—Tras darse a conocer la inversión de UPM para otra planta de celulosa, ¿considera que queda espacio para una cuarta?

—Creo que podría ser.

—¿Stora Enso estaría interesado en llevarla adelante?

—Estamos en Uruguay para quedarnos pero no quiero entrar en especulaciones, sé que es su trabajo (preguntar). Diría que las perspectivas son buenas para la industria, para lo forestal y para la planta de celulosa. ¿Por qué? Porque el 100% o el 99,8% de lo que haces se crea y se produce en Uruguay. Es bueno que haya otra planta de celulosa construyéndose porque la competencia que principalmente tenemos los productores de celulosa es en realidad con otros materiales fósiles.

—¿Cómo analiza los efectos del acuerdo entre el gobierno y UPM?

—Probablemente nosotros obtendríamos algunos beneficios en cuanto a los sistemas ferroviarios y mejor infraestructura.

—¿Se habló de eso en la reunión que mantuvieron con el presidente Vázquez?

—No. En la reunión hablamos mucho sobre lo contentos que estamos con el apoyo del gobierno uruguayo y ellos están muy contentos de que estemos creando puestos laborales, muchas exportaciones y crecimiento del PIB. Además, les transmitimos que sentimos y les tenemos mucha confianza desde la compañía a este país. Y la confianza es muy importante porque al final del día son las personas las que hacen negocios entre ellas.

—Más allá de eso, ¿cuáles son los principales desafíos para sus operación en Uruguay?

—Los negocios en Uruguay básicamente son destinados 99,9% a la exportación y eso es un poco desventajoso porque significa un costo de envío adicional. Por lo tanto, creo que Uruguay precisa construir más infraestructura, mejorar el sistema de carreteras, puertos, el ferrocarril. Ese es el desafío, pero es el desafío para nosotros en varias partes del mundo.

—¿Y en relación a los costos del país?

—Los costos son competitivos aquí. La razón es que en la planta de celulosa no se requiere mucha gente. ¿Han ido a Montes del Plata? Deberían. Ahí verían las enormes cantidades de producción y verían que no se precisa mucha gente para eso.

—Algunas personas en Uruguay tienen preocupaciones por la contaminación de los ríos que adjudican a las plantas de celulosa. ¿Cómo explica ese aspecto?

—Lleva mucho aprendizaje. Todos los bosques que estamos utilizando en Uruguay están certificados por el sistema forestal internacional Forest Stewardship Council (FSC, Consejo de Administración Forestal) lo que significa que es sostenible, que la cadena de producción está cuidada desde el día en que se planta hasta el día en que se procesa e incluye a la biodiversidad entre otro montón de aspectos. Por otro lado, la tecnología que hemos puesto aquí es absolutamente de clase mundial. No hemos tenido problemas ni acusaciones de contaminación. Inclusive, en muchos lugares lo que hacemos en realidad es: del agua que tomamos devolvemos en promedio un 97% y el estado generalmente es mejor y está más limpia que al inicio. Por lo que realmente no entiendo cuáles son los problemas y cuáles fueron los problemas de Gualeguaychú diciendo que el agua estaba destruida, no lo creo, aunque esas no sean operaciones de nuestra planta.

—Respecto al negocio de la celulosa, todavía vemos precios altos pese a la caída de los valores en las materias primas.

—Sí, pero han estado bajando este año. El mercado de celulosa está creciendo alrededor del 2% por año. Entonces si miro desde ahora hasta 2024 y tomo lo que se ha anunciado —incluida la segunda planta de UPM— la capacidad de celulosa solo aumenta en 1 millón neto, lo que me dice que el precio de la celulosa probablemente estará en un buen nivel para los próximos cinco años. En segundo lugar, la celulosa es un material que entra en más y más áreas porque está reemplazando los materiales de base fósil, lo que significa que es otro motor para el sector.

—Las personas utilizan menos papel, pero la celulosa tiene otros usos.

—El tema es que la prensa gráfica está bajando, pero el packaging está creciendo a lo loco. ¿Por qué? Por el e-commerce. El e-commerce está creciendo, el consumo de cajas está creciendo así como el de papel tissue. ¿Por qué está creciendo el consumo de estos productos? Porque la clase media a nivel mundial está creciendo, la pobreza va disminuyendo, entonces las personas pueden acceder a más productos. Hay una conciencia mundial más grande hoy, porque el consumidor no solo piensa en qué compra sino también bajo qué circunstancias fue producido. Se debe trabajar con la sostenibilidad en muchas dimensiones. Se debe tener buena relación con los empleados, la sociedad, tener ética, pensar en el calentamiento global. Y tenemos la dimensión económica tradicional que es el retorno a los accionistas, los clientes y los proveedores satisfechos. Es importante que los negocios de hoy presten atención a todas esas dimensiones cuando hacen inversiones, porque incluso aunque tengas el mejor producto ecológico, si tratas mal a tus empleados, la gente no comprará tu producto.

—¿La celulosa podría ser un sustituto del plástico?

—Absolutamente. En Stora Enso tenemos casi 1.000 años de tradición ininterrumpida (la firma empezó a operar en 1288) y en lo que estamos enfocados ahora es en la sostenibilidad como una ventaja competitiva. Tenemos una promesa y una agenda de innovación que habla de que todo lo que puedes hacer hoy a partir de materiales fósiles, se podrá hacer a partir de madera el día de mañana.

—Mencionó que este es un negocio de largo plazo, pero en el corto plazo ¿ven amenazas como la guerra comercial entre China y Estados Unidos?

—No va a haber ningún ganador en esa guerra comercial, que está afectando los negocios. En segundo lugar, está el Brexit que nadie tiene idea de lo que está pasando. El problema es lo que le está pasando a la economía del Reino Unido, el problema es si cae el PIB en el Reino Unido por el Brexit, ahí vamos a tener dos o tres meses con problemas para ingresar los bienes porque no están preparados. Pero a largo plazo lo importante es ver qué sucede con el crecimiento y ver cuáles son los efectos secundarios en los grandes mercados europeos como Alemania y Holanda, que son grandes clientes.

El rol del CEO y el trabajo en equipo
Sobre por qué decidió retirarse, Sundström señaló que cumplirá 60 años en abril de 2020 y “decidí que quiero tomarme la vida con más calma”. Relató que es un trabajo muy estresante, pero además hay “temas familiares, mi esposa me preguntaba si nos podíamos tomar vacaciones y yo le decía: ‘bueno esa semana no, la otra tampoco y la otra tampoco’. Este trabajo y trabajar con la gente ha sido realmente gratificante, pero un día te das cuenta de que no te estás volviendo más joven”.

A Sundström le gustaría que su sucesor “continúe este foco de la sustentabilidad y que haga crecer el negocio a través de la bioeconomía”, aunque aclaró que él no forma parte de la búsqueda ni evaluación del mismo.

Sobre las características debería tener un CEO, dijo que “se necesita ser estratégico, buena persona y ser alguien que le de energía a la organización y que le facilite la tarea a los colaboradores”. Lo comparó con el fútbol: “todo se centra en cómo motives al equipo y eso te mueve a un nivel diferente como pasó con Islandia. Ves equipos que no tienen ningún jugador estrella y después otros que solo tienen estrellas pero no juegan como equipo. De eso se trata el liderazgo”.

Fuente: El País