El director de “El baño del Papa” habla de 3%, su proyecto para Netflix.

Un proyecto distinto a lo que está acostumbrado a realizar César Charlone (Montevideo, 1958) es la serie 3%, cuya primera temporada está entera disponible en Netflix. Se trata de la primera producción brasileña para este servicio de streaming que tiene a Charlone (director de Artigas, La Redota y El baño del Papa y nominado al Oscar por la fotografía de Ciudad de Dios), en la dirección general.

Esta serie de solo ocho episodios se ubica en un futuro distópico, cuando la población del mundo está dividida en dos lados: uno abundante y otro escaso de recursos. Cuando los jóvenes del mundo carenciado cumplen 20 años, pueden participar del «proceso», una selección donde solo el 3% podrá vivir en ese mundo de ensueño, donde no existen las enfermedades, el crimen ni el hambre, llamado Alta Mar.

Por lo que cada episodio es una prueba que deben superar los jóvenes como Michelle (Bianca Comparato), protagonista de la serie, en este juego de superación dirigido por Ezequiel (João Miguel), un personaje que va evolucionando a lo largo de esta temporada. Por lo que la serie se trata de esa selección que es «humana y competitiva como la vida», dice Charlone, en charla con El País.

Charlone es un director inquieto, con distintos proyectos que verán la luz próximamente, como el documental sobre el proceso de impeachment a Dilma Rousseff «que ahora entra en la etapa de montaje», también una película (American Made) «que hice como fotógrafo del director Doug Liman» y en la que Tom Cruise es un aviador que trabajaba para la CIA, la DEA y Pablo Escobar. En las redes sociales aparecieron fotos de camaradería de Charlone y Cruise.

Si bien el tema de la serie 3% suena conocido por películas como Elysium (2013) y Los juegos del hambre (2012), Charlone avisa que la serie fue creada antes (en 2011, dice) «por lo que tiene un voto de originalidad».

Dirigir para Netflix fue interesante, cuenta Charlone, «porque la empresa participa como productor creativo, una figura que en Uruguay y América Latina no estamos acostumbrados».

—¿Eso quiere decir que como productor Netflix tiene la última palabra?
—Sí, pero te da toda la libertad para crear, por lo que tenés que venderle un buen producto, y aunque son muy rígidos en el sentido de exigir lo mejor, también son muy compañeros. Fue una experiencia muy interesante, donde aprendí mucho.

—¿Cómo llegó a la serie?
—Entré tarde. En la mayoría de los casos el director general es el creador de la serie. En mi caso no fue así, porque la idea no es mía, es de Pedro Aguilera. Por lo que tuve que aprender e integrarme un poco al tema. Yo traía el lado cinematográfico y la experiencia, porque ellos son jóvenes recién entrados al mercado. Ellos eran los dueños de la idea de 3% y yo era dueño de la experiencia.

—Una de las características de la serie es que tiene afrobrasileros en lugares de poder. ¿Eso lo decidió usted?
—Sí. Esa fue una exigencia. Por eso es futurista, porque vivo en uno de los países más racistas del mundo. No hay nada más que ver la configuración del poder político y económico de Brasil, donde el negro es el 52% de la población y allí no está presente. Por eso en esta distopía nos permitimos esa libertad, que espero no sea poética, sino libertad a futuro. Entonces hice un elenco que fuera bien representativo de Brasil; la diversidad racial que tiene el elenco es producto de mi insistencia.

Claro que no solo se trata de una cuestión racial lo que representa a Brasil en esta serie, por lo que Charlone también incluyó elementos técnicos que representen al país. Como la utilización del color, que abunda en la ciudad de los que se quedaron, gracias a los vestuarios y a las decoraciones. Si bien ese mundo es triste, «el ser humano tiene optimismo y busca el color. Por eso el lado de acá es tan colorido».

Mientras, el mundo de los aceptados, parece una fantasía del arquitecto Ieoh Ming Pei por su utilización del cemento y vidrio. Eso también fue idea de Charlone ya que «todas las distopías tienen ese tono monocromático, gris y triste», dice.

«Mi argumento era que no tenemos ni una décima de la guita que tienen proyectos como Los juegos del hambre, entonces lo que nos va a diferenciar en el mercado es ser brasilero. Entonces, hagámosla brasilera». Así, la música también es representativa de Brasil, donde suenan el batuque, el tamboril y el birimbao en la banda sonora. También en algunas cuestiones de la sociedad: en el primer episodio, Ezequiel (Miguel) golpea el monitor porque está roto hasta que se arregla, «ese tipo de toquecitos fue mi contribución para darle ese toque brasilero» a esta serie, cuya segunda temporada ya se está escribiendo.

Tres películas, tres direcciones

Ciudad de… – 2002.
…Dios. Fernando Meirelles dirigió esta historia de dos jóvenes en una favela de Rio de Janeiro. Charlone fue el director de fotografía y tuvo una nominación al Oscar.

Hombre… – 2004.
…en llamas. Policial de acción dirigido por Tony Scott y protagonizado por Denzel Washington y Dakota Fanning, donde Charlone fue operador de cámaras.

Artigas… – 2011.
…La Redota. Charlone escribió, filmó y dirigió esta película sobre Artigas, contada a través de Juan Manuel Blanes a quien le encargan hacer un retrato del prócer.