En Punta del Este inauguran a fin de mes un grow shop en un shopping esteño; al igual que los demás locales que se encuentran por todo el país, no vende cannabis, sino los elementos para tener una planta casera.

«No vendemos cannabis, te ayudamos a plantar», dice en tres idiomas, inglés, portugués y español, un letrero en la puerta de un grow shop de Montevideo, junto a muchos garabatos de hojas de marihuana dibujados por toda la fachada del local. Contra el mito que circuló de que en Uruguay se puede comprar cannabis libremente luego de que se aprobara la ley para habilitar la venta de marihuana en farmacias para uso medicinal de ciudadanos uruguayos, los grow shops albergan a las personas más amables del mundo a la hora de explicar que no, no venden, sólo ofrecen lo necesario para cultivar la planta. Sin embargo, a diferencia de los grow shops argentinos, que crecen silenciosamente en todo el país, los uruguayos pueden alardear de que no se trata solamente de un local de venta de insumos para el autocultivo de jardines: allí venden semillas de cannabis para todos, no lo disimulan, y cuentan con la última tecnología para cultivarlas. La demanda es tan grande que está llegando a los shoppings: a fin de mes se abrirá un grow shop en el Punta Shopping de Punta del Este.

«Crece y cultiva con armonía», es el eslogan de Hydropoint, el grow más importante del Este, y su apertura a fin de mes ya produce expectativa y mucha intriga entre los veraneantes. En los banners se ve la hojita verde y una gráfica divertida, lúdica. En el interior ya comienzan a instalar la estantería y pronto comenzarán a decorarlo. Los negocios vecinos del primer piso del shopping miran con simpatía la llegada de este nuevo local, porque intuyen que atraerá visitantes, y los dueños, Rubén Machado y Flavia López están felices con el crecimiento de su empresa. Todavía no pueden creer la repercusión que está teniendo, a tres años de abrir la primera tienda en Maldonado: «Es mundial lo que está sucediendo. Nos bombardean los extranjeros con sus herramientas y conocimiento. En el shopping queremos mostrar todo lo último de cultivo», explica Rubén, quien además fundó el primer club cannábico de Maldonado y es un experto en el arte del cultivo. «Mi objetivo es dar herramientas. No me sirve venderle marihuana a un cliente. Mi fuerte es mostrarles a los clientes lo que es la planta, escucharlos, interpretar lo que el cliente dice y ver qué necesita que le venda. Creamos un vínculo, lo ayudamos, porque no tienen otro lugar donde comprar ni consultar cómo se hace. Nos llueven clientes que fracasan en la germinación de la planta, por ejemplo».

Según Machado, contar con la última tecnología es lo que hace la diferencia: «El Hydropoint es la contraparte de los que tienen que hacerse malas compañías para conseguir cannabis. Acá pensamos en la salud. Estamos dando herramientas para el cultivo de una planta que un paciente que se está tratando contra un cáncer puede llegar a usar, no le podemos dar cualquier cosa». Por eso se especializan en importar insumos de alta calidad y hoy cuentan con un inventario de 1500 productos diferentes para el autocultivo. «Entramos al shopping porque traemos artículos de novedad, tecnología moderna, todo lo que ves en Estados Unidos como algo común. Este año trajimos por ejemplo un sistema de autopots para armar un circuito hidropónico para todo tipo de cultivo y peceras ecológicas, entre otras cosas», comenta.

Qué pasa con la venta

Hace tres meses, y a cuatro años de la creación de la ley que permite la venta de marihuana en farmacias, el gobierno de Tabaré Vázquez finalmente adjudicó a dos empresas privadas las licencias para que produzcan cannabis en Uruguay y distribuyan esa droga en la red de farmacias. La venta al público comenzaría alrededor de mayo de este año. Mientras tanto, la semilla se está comercializando y creciendo en los hogares uruguayos. «Hay un vacío legal con respecto a la semilla», explica Julio Rey, presidente de la Federación de cannabicultores de Uruguay, entidad encargada de difundir el autocultivo, sus técnicas, asesorar legal y gratuitamente a los cannabicultores y vigilar que la ley se cumpla. «Lo único que dice en la ley es que en la medida en que tenga como destino el autocultivo, toda forma de comercialización de la semilla será considerada lícita», agrega. De esta manera, los grow shops, que ya suman una veintena en todo el país vecino, están vendiendo semillas importadas entre 9 y 12 dólares la unidad. «El tema de la semilla fluctúa en un gris legal», argumenta Rey. «Los grow no tienen mayor regulación. Hacen venta de insumos, es como cualquier tienda de agro pero especializada en el cultivo de cannabis. Sí debería haber un registro como semillerista para poder producir y realizar la venta. Pero en principio, la semilla, tallo y hoja de la planta quedan fuera de la definición de psicoactivo, así que no se considera tráfico ni nada por el estilo. Está pendiente de regulación».

Sin prejuicios

El debate fue intenso y hubo férreos opositores a la legalización de la venta de cannabisen Uruguay. Sin embargo, hoy el espíritu que reina es el de la tolerancia. En el shopping de Punta del Este nadie se escandalizó por la llegada del grow shop; por el contrario, circulan divertidas fotos del banner de Hydropoint y su hojita verde en las redes sociales. Para Julio Rey este es el resultado de una larga lista de factores: «la colaboración de los cultivadores con la gente que tiene necesidad de la planta para el uso terapéutico, la sinceridad en las mesas para conversar de estas cosas, han contribuido a bajar los prejuicios. Los grow también han puesto al público en contacto con técnicas de cultivo profesionales, hay un conocimiento que antes no había. Antes de la aprobación de la ley se trajeron especialistas, científicos que sacaron el tema a la calle, la permanente aparición en los medios con información objetiva y puntual también ayudó», enumera y destaca: «Se echaron por tierra esas sospechas de que una vez aprobada la ley las esquinas del país se iban a llenar de jóvenes drogados, por decirlo de una manera. No hay gente tirada por los efectos psicoactivos del cannabis, por lo que es algo que ha sido positivo y una vez que la gente razona que es mejor que la tengan en casa a buscarlas en una boca, la realidad rompe los ojos y habla de que esta ley es un cambio trascendental en el concepto del uso de drogas desde una visión de la salud pública».

Fuente: La Nación