Algunas claves que ilustran el perfil de las que se arriesgan a iniciar un negocio propio.

Seguras y capaces. Dos características que comparten la mayoría de las emprendedoras uruguayas, según un estudio realizado por la organización Más Emprendedoras.

Esta agrupación busca promover la creación y el desarrollo de empresas lideradas por mujeres con el fin de que los emprendimientos femeninos sean más competitivos.

Más Emprendedoras es un programa creado por Endeavor, el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), miembro del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y subejecutado por la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay (OMEU).

El perfil de las que emprenden

Según los datos recabados por Ciedur (Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo) para Más Emprendedoras, un 89% de las mujeres que inician su propio negocio lo hacen en micro y pequeñas empresas.

En cuanto a su formación académica, 4 de cada 10 tienen estudios terciarios mientras que en los hombres uno de cada 6 tiene un título de grado. Además, 7 de cada 10 empresarios que tienen un postgrado son mujeres.

En lo que refiere a la confianza en sí mismas, 6 de cada 10 mujeres se consideran capaces de emprender; en el año 2006 solo 4 de cada 10 creían que tenían los conocimientos y la experiencia para iniciar su propio negocio.

En rubros se percibe quizás la diferencia más drástica. Más de la mitad de las mujeres que emprenden (el 54%) lo hacen en el sector de servicios, un 38% se vuelca al comercio y solo un 8% toma las riendas de un emprendimiento en el sector de industria.

A la hora de comenzar con un negocio, el capital les representa un problema. El 44% de las consultadas dijo que las empresas lideradas por mujeres no acceden a financiamiento. La mayor barrera declarada por la mitad de estas mujeres es la falta de garantías.

Tan solo un 30% de las mujeres que inician su propio negocio piensan en una posible internacionalización del proyecto; en el caso de los hombres líderes esta cifra asciende al 60%.

Según indica el documento de Más Emprendedoras, la mayoría de las empresarias se encuentra en su etapa reproductiva lo que implica «una mayor dedicación al trabajo doméstico que dificulta la conciliación con el trabajo remunerado». En los hechos, las mujeres dedican 36.6 horas al mes al trabajo no remunerado mientras que los hombres lo hacen en un promedio de 15.7 horas.

Fuente: El Observador