La vida cultural cobró mayor vuelo en Fray Bentos cuando hace pocos días fue reinaugurada esta sala emblemática, ahora totalmente remozada. El edificio centenario incluido en el paisaje cultural de la ciudad, fue postulado ante la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

Como todos los días importantes, los actos comenzaron al mediodía cuando el público disfrutó de la actuación de la Agrupación Coral Fray Bentos y de una representación a cargo del actor Jorge Ríos acompañado en guitarra por el profesor Esteban Palmina. La primera ceremonia terminó con un concierto de la Orquesta Municipal dirigida por el Maestro Ricardo Mañay, con la participación especial de la soprano Sandra Scorza y el tenor Gerardo Marandino.

En la noche, con entradas agotadas, el público disfrutó de un concierto de violín y piano a cargo de Piero Vittori Locatelli y Andrea Cruz Fostik. Posteriormente como broche de oro, se presentó el concierto Perlas del Barroco, a cargo de la solita Josefina Costa Di Fabio y el grupo Ensemble Barroco de Montevideo.

La obra

Carlos Sobrino y Daniel Curadossi fueron los técnicos municipales responsables de la dirección de obra; se trata de un edificio centenario incluido en el paisaje cultural de Fray Bentos, que Uruguay postuló ante la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

«Han sido tres largos años de obra, y este último tiempo todos los detalles de las terminaciones han requerido nuestra presencia durante las veinticuatro horas del día, algo que hemos hecho con gusto porque nacimos para esto», indicó Sobrino a El País, sin ocultar su orgullo por haber dirigido la restauración más importante de las últimas décadas.

La recuperación comenzó en 2008 sin mayores pretensiones. «Fue ante la necesidad de recuperar la instalación eléctrica del teatro que estaba en muy malas condiciones, porque no se había renovado nunca, se le iban agregando tomas o picos de luz. Además, las azoteas se encontraban deterioradas y les pasaba agua. El estado general no estaba bien porque desde el año 1985 no se le hacía nada importante», señaló Sobrino.

«Lo que hicimos fue devolverle la antigüedad original como monumento nacional histórico que es. Un edificio sumamente noble en los materiales utilizados en la mano de obra original. No parece que tuviera cien años», concluyó.

«En principio la puesta a punto se proyectó tratando de conmemorar los cien años del teatro Young. Se hizo un proyecto bastante ambicioso para mejorar toda el área edilicia pero también darle las comodidades necesarias al espectador de hoy día, mejorando la climatización, luces, sonido y un cambio de butacas porque todo su mobiliario tenía casi cien años», explicó el intendente Jorge Gallo a El País.

Sostuvo que a partir de la llegada de la restauradora argentina Agustina Speron, «pudimos detectar la presencia de arte muy apreciado que había sido tapado con pinturas generales».

Rescate del acervo

Gallo se mostró satisfecho con el esfuerzo realizado porque una correcta decisión a tiempo, permitió recuperar el acervo cultural y arquitectónico del edificio, como el caso de las molduras de los palcos laminadas en oro. Un paciente trabajo permitió recobrar la belleza original de la obra que según los expertos tiene incluso rasgos superiores al Teatro Colón de Buenos Aires y al Hotel Casino Carrasco de Montevideo.

«Es por eso que se demoró prácticamente un año y medio más de lo previsto, con esfuerzos humanos y económicos que valieron la pena», indicó el intendente al precisar que fue necesario recurrir a los recursos del Fondo de Desarrollo del Interior (FDI) de los años 2014 y 2015.

Fuente: El País