La plataforma uruguaya creada para diseñar experiencias y brindar soluciones a pacientes renales que desean viajar, gana reconocimientos en todo el mundo.

Connectus Medical, la empresa creada por Javier Artigas, un uruguayo que es paciente renal y que con su startup se propone dar servicios a pacientes renales de todo el mundo, firmará en mayo un acuerdo con la multinacional sueca Diaverum que pasará a ser su primer partnership internacional formal.

Connectus nació en 2015 con el objetivo de diseñar experiencias para pacientes que necesitan concretar sus tratamientos de diálisis, estén en el lugar del mundo que estén, o aquellos que deben viajar, por el motivo que sea, placer o trabajo, pero saben que pasados unos pocos días deberán contar con un sillón, donde sentarse para realizarse el tratamiento de hemodiálisis.

A partir del acuerdo con Diaverum, la empresa formalizará la creación de su unidad de negocios Connectus Innovation que diseñará experiencia a través del Design Thinking para clientes internacionales. El acuerdo con la empresa sueca se firmará en mayo y casi en simultáneo, Artigas presentará el negocio en Gotemburgo, así como lo viene haciendo ante variados escenarios del mundo, siempre con charlas motivadoras en las que puede dar fe de la experiencia adquirida de forma maratónica en los dos últimos años. “Estamos inmensamente felices de llegar al primer mundo, a una multinacional de nivel que confía en una startup uruguaya liderada por un paciente que diseña experiencias para pacientes”, confió Artigas.

Conectus Medical, es una empresa socia de la marca país Uruguay Natural, cuyo éxito es celebrado por todo lo alto por los valores que impulsa, la innovación que aporta y lo que representa el emprendimiento en sí: una solución para un problema global como lo es la patología renal.

Actualmente el 11% de la población mundial padece esta enfermedad que es considerada una epidemia. Hay 50 millones de personas en el mundo que están en tratamiento de hemodiálisis, es decir, en la etapa final del tratamiento de sustitución renal.

“Cuando los riñones dejan de funcionar el tratamiento indicado es la hemodiálisis. Puede variar la cantidad de sesiones semanales, pero si el paciente renal no se conecta a una máquina de hemodiálisis en cinco días, se muere. Sí o sí necesita tener la garantía de que existe una máquina disponible”, explicó Artigas, quien desarrolló su idea a partir de un problema personal que vivió estando en Córdoba, Argentina, donde había coordinado una sesión de hemodiálisis, pero al llegar, como era día feriado, su sillón no estaba disponible. “Busqué un centro de hemodiálisis que me recibiera durante casi todo el día. Tuve que hacer un gran recorrido y lidiar con mi ansiedad hasta que di con el lugar. De regreso a Montevideo pensé en todo el estrés y la angustia que había pasado y cómo se podía evitar ese mal momento a otras personas que pasaran por el mismo problema. Esto fue en febrero de 2015. Ahí empezamos a hacer una investigación, vimos que había 50 millones de pacientes en todo el mundo con la misma patología. No todos pueden viajar, pero muchos tienen la ilusión de poder hacerlo. Empezamos a ver cómo anexábamos toda la cadena logística y tras una larga búsqueda llegamos a hacer acuerdos con clínicas independientes de hemodiálisis que se subieron a la plataforma para desde allí dar un servicio extra de valor al paciente” contó el emprendedor.

Más de 140 países en el mundo

A los dos meses del comienzo de sus actividades, Connectus Medical contaba con más de 2.000 clínicas “asociadas”, hoy ya son cerca de 17.000 los centros ubicados en más de 140 países del mundo con los que es posible coordinar tratamientos.

Recordando los comienzos del emprendimiento, Artigas menciona que estuvo on line el 15 de agosto de 2015 con solo 300 clínicas asociadas. También destaca logros bien particulares: “Postulamos para el premio de la MIT Technology Review, y ganamos en setiembre de 2015. Después llegó el premio de la WSIS+10 de la ONU, y así nos dimos cuenta que estábamos haciendo una plataforma global de búsqueda, coordinación y concreción, o sea, tuvimos que transformarla en una plataforma de diseño de experiencias para pacientes”, apuntó.

La diferencia entre una plataforma y otra está dada por la posibilidad de “observar al paciente en profundidad para ver hacia dónde se debe ir”, porque según han constatado en Connectus, lo único que varía entre un paciente renal y otro, son los sueños. “Cuando todos los valores están controlados, lo que cambian son los deseos: unos quieren ir a una bodega, una chica guatemalteca quería ir a ver un recital de Coldplay; un español amante de los borbones quería ir a la bodega donde se hizo el vino de la boda de Leticia y Felipe, etc. Son cosas bien distintas a lo que generalmente desean otros turistas”, destacó Artigas.

Diseñando experiencias a medida

Un equipo compuesto por dos psicólogos, una persona que hace el llamado Design Thinking y dos diseñadores de información, son los que analizan los casos para ver de qué manera concretar las ideas de los pacientes. Esta forma de trabajo en base al diseño de experiencias, llegó a Artigas de la mano de Joe Gebbia el cofundador de Airbnb, quien en 2015 le escribió un mail donde le decía que quería conocerlo. “Se tomó un vuelo de San Francisco a Montevideo el 31 de diciembre. Al llegar me pide que le cuente la historia y cuando le dije que lo estaba haciendo para un público potencial de 50 millones de pacientes me dice que quiere que hagamos algo juntos”.

De Gebbia y Airbnb llegaron otras ideas: “Desde Estados Unidos nos informan lo que estaba haciendo Airbnb en ese momento y nos impulsan a sumarnos porque nosotros podemos ofrecer que pacientes renales reciban en sus casas a otros pacientes renales, o que doctores y enfermeros reciban a pacientes. Esa es la clave del éxito de nuestra plataforma, por eso nos basamos en el diseño de experiencias”, asegura Artigas.

Hasta el momento Connectus cuenta con casi 20000 pacientes de toda Latinoamérica registrados y unas 500 personas dializadas en total.

Se trata de un mercado de personas que, según Artigas, se están animando a sostener un determinado estándar de calidad de vida. Desde su propia experiencia, el emprendedor trasmite su mensaje: “Siempre digo que la calidad y la esperanza de vida ha aumentado mucho para todo el mundo, por eso hay que animarse a dejar de sobrevivir para pasar a vivir. Es una ida que intento trasladarle día a día a los pacientes con los que hablo. No me siento referente de nada, pero intento que los pacientes vean que yo corro maratones, que llevo la vida que quiero”.

Recientemente Artigas dio charlas en el Instituto Karolisnka de Suecia y en la universidad Humboldt de Alemania. El paso siguiente será la exportación del modelo de negocios.