El viernes aterrizaron en este aeropuerto 56 aviones particulares, en una avanzada de un modo de transporte utilizado por turistas que cada vez más están eligiendo Punta del Este.

A muchos de esos aviones se los ve en la entrada del aeropuerto donde el fin de semana descansaban unas 20 aeronaves que iban desde un par de Cessna a algunos Global de esos que pueden llegar a salir 50 millones de dólares.

Entre los más grandes había uno corporativo con el logo de un hotel internacional y, a juzgar por las señas de la matrícula y un par de detalles, el del ex tenista rumano, Ion Tiriac.

El 70% de los aviones privados vienen del aeródromo de San Fernando en Argentina (antes eran de Aeroparque pero eso cambió), un 20% de Brasil y el resto de otras partes. En una visita de una media hora a la terminal aérea habrán llegado una media docena; muchos eran taxis aéreos. Ese mismo día aterrizaron 10 vuelos comerciales.

No todos vienen con sus dueños, ya que puede ser alquilados, jets corporativos o taxis aéreos, pero algunos de los que están aparcados a la entrada del aeropuerto, trajeron a sus propietarios.

«Para el tipo de turismo que tiene Punta del Este, la aviación privada es bastante normal», dice Juan Lescarboura, gerente del aeropuerto de Laguna del Sauce. «Para este público lo que vale es su tiempo y no quieren perderlo en depender de los horarios de las aerolíneas».

Hay un sector del turismo puntaesteño que por ejemplo, está en la playa y le avisa al piloto que apronte todo que van a viajar o están esperando la llamada de la tripulación para avisar que el avión está listo. Esas cosas, cada vez pasan más.

Utilizar un avión privado es una cuestión de conveniencia y discreción. Y dicen los que saben, no necesariamente estatus.

La diferencia de precios es abismal, claro, entre viajar en un avión de línea y en un avión privado. Si usted quiere ir en su avión, por ejemplo, tiene que pagar todos los gastos que en un avión comercial se divide entre los, digamos, 200 pasajeros y todas las tasas aeroportuarias.

Solo aterrizar y volver a despegar cuesta (depende del tonelaje del avión pero, bueno, en promedio) unos 300 dólares. El pernocte (o sea el parking) sale para un avión promedio unos siete dólares la hora. Depende del cambio que cada uno maneje pero se parece a un montón de dinero para evitarse algunas molestias. Los que usan un avión privado no piensan así.

Es por eso que, algunos invierten hasta 30 millones aunque la mayoría de los aviones (hay Citation, Lear, Falcon) que se ven son más baratos aunque siguen siendo prohibitivos. En cada avión vienen entre siete y nueve pasajeros. Se ve mucha matrícula brasileña pero abundan las argentinas.

El aeropuerto tiene un servicio que, por un dinero extra se puede utilizar una oficina aparte, la FBO, para realizar los trámites de Aduanas y Migración que trasladan a sus funcionarios a esa oficina. Es el camino que eligen la gran mayoría de los famosos que llegan al balneario. Ofrece discreción y rapidez, algo que viene en el paquete básico del avión privado.

«Depende de lo que se llame famoso», dice una fuente del aeropuerto. «Acá vienen famosos mediáticos argentinos y brasileños pero también empresarios muy poderosos que ni sabemos quiénes son».

Un cambio en la normativa uruguaya podría hacer que muchos brasileños, por ejemplo, que pagan impuestos por tener aviones con matrícula extranjera, empiecen a dejarlos acá, ya que ahora, con solo sacarlos una vez del país pueden estar aquí todo un año.

Capaz que no están así porque «si bien podría significar que se ahorra un montón de impuestos», dice Lescarboura. «eso atenta contra el objetivo primario que es la disponibilidad».

Y si la disponibilidad y esas cosas se pagan, en Punta del Este cada vez hay más público dispuesto a hacerlo.

Fuente: El País