¿Cuánta distancia se necesita para escribir la historia de una disciplina?

Según Kenneth Frampton: “Es necesario el convencimiento de que has visto cosas que merecen ser contadas. Y la humildad para dejar claro que lo que cuentas no es nunca la historia. Es TU historia”.

Nadie mejor que un protagonista de una historia para narrarla y transmitirla a otras generaciones. Y bienvenida esa iniciativa en el marco de una ausencia de registros de una actividad

Acaba de lanzarse el libro “Del plomo al píxel” una historia del diseño gráfico del Uruguay de Rodolfo Fuentes. Una historia del diseño gráfico en Uruguay entre 1807 y 2000.

Está basado en una exposición itinerante proyectada por la Arq. Ximena Moraes, con contenidos de Rodolfo Fuentes, que viajó por el interior del país en 2014 y finalizó en el Museo de las Migraciones en Montevideo. Una catástrofe que generó la pérdida del material expuesto fue el punto de partida para intentar recuperar la información en formato de libro que ve la luz gracias a los Fondos de Cultura Concursables del MEC.

Este recorrido que cuenta con escaso registro en esta disciplina a lo largo de la historia nacional, inicia con una sorpresa, al citar como el primer diseñador gráfico local a Tacuabé, uno de los charrúas llevados a Francia quien diseñó un juego de cartas en cuero.

Fuentes recorre la escena local, desde la introducción de la imprenta en 1822 y los llamados “protodiseñadores” provenientes en su mayoría de Bellas Artes entre los que se encontraban Carlos Federico Saenz, José Luis Zorrilla de San Martín, José Pedro Costigliolo.

Más tarde, la escuela de artes y oficios formó buena parte de los tipógrafos que cumplían funciones en la época. Abundaba la expresión en Offset, plumín, y tinta china y más tarde, la inspiración de la intensa actividad política de los años 60 generó numerosas piezas gráficas.

También cita la época en que se abre en la Universidad la licenciatura en comunicación visual, la viista en el CDI, del diseñador Tomás Maldonado, nacido en Argentina y formado en la Escuela de Ulm, quien dictó cursos a los estudiantes locales.

No olvida los lugares y publicaciones de referencia como las revistas graphis o Novum, la Biblioteca Goethe y la de la Alianza Americana a la hora de búsqueda de inspiración e información de tendencias internacionales, ni la creación en los `90 de ADG, la Asociación de Diseñadores Gráficos.

En definitiva un material valioso, que consolida la historia y antecedentes de nuestra producción en diseño gráfico, de importancia relevante y base para la imagen de actividades comerciales, institucionales. Necesario para estudiantes y público en general para entender el alcance y calidad del legado de artistas, técnicos y profesionales que hicieron su aporte a la disciplina,desde diversos sectores.

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Fuente: Ministerio de Diseño