La nota parte de una entrevista realizada a Óscar Iroldi, presidente de la Cámara de Comercio LGBT de Uruguay. Aquí se puede leer completa:

Ejemplo de turismo inclusivo

Uruguay, naturalmente “friendly”

Además de las políticas inclusivas, los paisajes y la comida han hecho del país charrúa uno de los lugares favoritos de la comunidad LGBTI. Su meta: atraer más colombianos.

Turismo ecológico, de salud, de aventura, cultural… Prácticamente existe una posibilidad para cualquier categoría que se venga a la mente. Los viajes para sibaritas ganan cada vez más adeptos alrededor del mundo y los planes y paquetes pensados en satisfacer los anhelos y expectativas de comunidades como la homosexual no son la excepción. De hecho, en países como Uruguay se encuentran en plena evolución. Óscar Iroldi, presidente de la Cámara de Comercio LGBT del país, comenta que “los viajeros ya no buscan servicios especializados para ellos, sino aquellos que son inclusivos”. Un cambio que los puso a trabajar.

Hoy en día Uruguay es considerado el país más gay friendly de Latinoamérica y el sexto a nivel mundial, gracias a diferentes políticas de inclusión que se han establecido en la última década, entre las que se destacan las leyes de identidad de género, de matrimonio igualitario, de adopción, y la más antigua, en contra de la discriminación. Iniciativas que según Iroldi se han convertido en “una gran plataforma para que la comunidad se desarrolle y sea bien recibida”. Lo que faltaba era apuntarle también al sector turístico. Y así lo están haciendo.

Precisamente la Cámara de Comercio LGBT de Uruguay viene trabajando desde hace ya cinco años en lo que Iroldi llama el activismo económico, que consiste en buscar que las empresas del sector estén preparadas para el auge de la inclusión. “Es plantearles que la idea no es crear un gueto o dedicarnos a atraer homosexuales”, agrega, mientras explica que “la comunidad ya consume de otra manera. No quiere los bares, restaurantes, aerolíneas y hoteles con banderitas en la puerta”. Por eso se busca que los funcionarios de todos estos establecimientos reaccionen de la misma manera si les llega una pareja heterosexual o una homosexual: atendiendo la diversidad lejos del asombro, la burla o la discriminación. Un objetivo que ya se ha logrado en ocho departamentos uruguayos, entre los que se destacan cinco destinos.

El primero es Montevideo. Gracias a su amplia oferta cultural —35 museos y otros tantos teatros—, al animado ambiente nocturno y a su conectividad aérea con países como Argentina, Brasil, Chile y Perú, la capital charrúa se ha posicionado como el principal destino de la comunidad LGBT que, además, se puede recorrer fácilmente en dos días para luego partir rumbo al siguiente de la lista: Punta del Este, el balneario más importante del país. Clima cálido, encantadoras playas y una amplia oferta de actividades ecológicas, interacción con los leones marinos, festivales de cine y gastronomía forman parte de los atractivos de esta pequeña ciudad, que ha saltado a la fama especialmente por la esculturaLos dedos, que parecen estar emergiendo de la arena (ver foto).

Desde Montevideo también se puede ir a Colonia del Sacramento. Ubicada a apenas dos horas en carro, la principal puerta de entrada a Uruguay es desde 1995 Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, gracias a sus hermosas calles empedradas, murallas y casas originarias de la época española. Un ambiente que se las ha ingeniado para atraer a las parejas maduras de la comunidad. Asimismo están el Litoral Oceánico, con pequeños pueblitos de pescadores como La Pedrera y Punta del Diablo, donde los más jóvenes pueden practicar deportes como el surf y disfrutar de la buena comida, y el Litoral Termal, en el departamento de Paysandú, en el que las familias gozan de espacios para relajarse como antesala al verano.

Esto no quiere decir que las propuestas específicas para la comunidad LGBTI hayan dejado de existir. De hecho, siguen dominando el mercado en cuanto a diversión nocturna, especialmente bares y oferta de entretenimiento, pues son escenarios ideales para entablar nuevas amistades y buscar pareja. “Es más desde una mirada de evitar confusiones y momentos incómodos, que desde la exclusión o de generar un apartheid de gays y lesbianas”, subraya Iroldi. A todo lo anterior, el funcionario le suma las condiciones de Uruguay como país: cuenta con uno de los índices de seguridad más altos de la región, los trancones y la contaminación ambiental causada por las industrias son casi nulos y tiene una taza de alfabetización del 99 %, con personas cordiales y dispuestas a ayudar a los viajeros en cualquier momento.

Con este escenario no es de extrañar que la Cámara de Comercio LGBT de Uruguay, un país con tres millones de habitantes e igual número de visitantes al año —entre el 10 y el 15 % forman parte de la comunidad LGBTI—, esté apuntándole a mercados inexplorados como el de México, Perú, Chile y especialmente Colombia, con la cual además de mejorar la conectividad aérea se firmó un convenio de cooperación hace menos de dos semanas. “La idea es que todos puedan conocer y enamorarse de este país naturalmente friendly”, concluye Iroldi.

Fuente: El Espectador