El artista nacional construyó en el Museo Blanes una atmósfera que conjuga arte, espacio arquitectónico y música.
En el Museo Blanes de Montevideo, Ricardo Pascale expone una monumental obra, única para nuestro país y que bien podría exhibirse en los mejores museos o galerías del mundo.
El reconocido artista fue representante de nuestro país en la Bienal de Venecia en 1999, fundó el Premio Figari en Artes Visuales de Uruguay en el año 1985, cuando era presidente del Banco Central del Uruguay. Es un hombre que se destaca por su singular trayectoria tanto en el terreno de la economía y finanzas, como de las artes plásticas.
La muestra de Ricardo Pascale, como señala Enrique Aguerre, director del Museo de Artes Visuales: «…es una muy buena noticia para todos los que seguimos con atención la obra de un creador que, por su trayectoria, marcada por la singularidad e innovación, merece un lugar destacado en el arte contemporáneo producido en nuestro país».
El espacio integrado se trata de una instalación de arte contemporáneo, que busca la experimentación espacial por parte del visitante. La generación de una atmósfera que conjuga arte, espacio arquitectónico y música, que recrean una experiencia muy agradable a la vista y al oído.
La propuesta se compone de 68 curvas catenarias, separadas a intervalos idénticos, que conforman una bóveda invertida. Su instalación en el espacio expositivo permite un recorrido por parte del visitante, quien va descubriendo diferentes puntos de vista de la misma.
La luz, un componente importante de la instalación, dialoga con ella a lo largo del día con el movimiento del sol. Observarla, a la vez que escuchamos la música, permite sentir un ritmo real e imaginario que nos invita a percibir desde ángulos diferentes, una atmósfera seductora.
En palabras del reconocido artista Marco Maggi: «No hay pedestales, no hay iluminador ni explicaciones. Hay Pascale: dibujo en suspenso, línea liberada del plano, renglones laxos en una página de tres dimensiones (…) Mirar juntos hacia arriba nos estimulará la esperanza… Pascale ayuda a pensar en el espacio».
Internarse en el espacio, entre las cuerdas, maravilla, relaja, desahoga, liberta y permite viajar, transformando en la imaginación más sencilla o más virtuosa el mundo que el artista representa, en un nuevo mundo que cada observador en su propia construcción se permite disfrutar.
Por su parte, la directora del Museo Blanes, Cristina Bausero, comenta: «Pascale realiza una instalación que se apropia de la sala e integra arte y arquitectura en un resultado dialógico que conduce al visitante a vivir una experiencia espacio corporal que trasciende la contemplación de la obra».
Sin dudas es una muestra imperdible sobre la que Aguerre argumenta: «Ricardo Pascale es un artista que interroga la materia y el espacio y para el que las herramientas y diferentes disciplinas artísticas están al servicio de su arte y no al revés».
Fuente: Montevideo Portal
