La red de laboratorios de ASSE puede hacer entre 600 y 700 análisis diarios, pero se realizan menos porque bajó la demanda
El laboratorio de biología molecular ATGen hacía horario de oficina antes de que se conocieran los primeros casos de coronavirus en Uruguay y casi no tenía sobresaltos. Pero en un momento comenzaron los llamados y los pedidos de testeos y aquella operativa relativamente tranquila se convirtió en un caos.
La semana siguiente al recordado viernes 13 en que se anunciaron los primeros casos fue una “locura total”, dijo a El Observador el director Fabricio Sarlos. Este lugar y el laboratorio de Virología del Ministero de Salud Pública (MPS) fueron los primeros en detectar los casos de coronavirus en Uruguay.
Sarlos, junto a los otros dos directores, pensaron en una “respuesta rápida” y decidieron contratar enfermeros que hicieran los tests a domicilio. En el laboratorio pasaron de trabajar cuatro personas a 13.
“Fueron dos semanas de dormir tres horas y no entendía hasta dónde mi cuerpo podía soportar esa situación. Hubo que armar toda esa estructura en el momento”, contó Sarlos, que este fin de semana se lo tomará libre por primera vez desde que comenzó la emergencia sanitaria.
Las primeras semanas de pandemia en el laboratorio eran “una locura”, pero después fue bajando la intensidad, mientras se sumaban otros laboratorios a hacer los testeos. Ahora realizan en el entorno de los 100 tests por día, pero llegaron a hacer casi 400.
A fines de marzo, el Ministerio de Salud Pública (MSP) aprobó una técnica creada por un grupo de científicos uruguayos del Intitut Pasteur y la Universidad de la República, lo que permitió aumentar la capacidad de testeos del país. Estos exámenes también se comenzaron a realizar en otros laboratorios privados (como Genia), en mutualistas (como la Asociación Española, Médica Uruguaya y el Círculo Católico) y la Asociación de Servicios de Salud del Estado (ASSE) amplió su red.
ASSE hoy tiene capacidad para hacer entre 600 y 700 tests diarios, informó a El Observador el gerente general del prestador estatal, Eduardo Henderson.
La red de ASSE incluye el Institut Pasteur (con una capacidad de testeo de 180 tests diarios), el Hospital de Clínicas (en el entorno de 120), el Hospital Maciel (unos 50), el Hospital Pasteur, el Instituto Nacional del Cáncer, el laboratorio de la Universidad de la República en Salto y el Hospital Florida.
La capacidad de testeo es superior a los test que se hacen por día porque “ha bajado la demanda”, explicó Henderson.
Hasta el 17 de junio en el Hospital Maciel, por ejemplo, se realizaron un promedio de 12 tests por día. “Los que vienen de afuera son muy pocos”, dijo a El Observador el director del hospital, Aníbal Dutra.
También ASSE acordó con el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) para utilizar los laboratorios de la institución en Tacuarembó –que se habilitó hace tres semanas y tiene una capacidad de 30 tests diarios– y en Rocha, donde todavía se aguarda por la habilitación del MSP.
Testeo en el auto
Las primeras semanas fueron “una cosa demencial” para ATGen, recordó su director. Para evitar la saturación de las emergencias en el laboratorio en pensaron otra posible solución rápida: hacerse test en los autos.
En abril comenzaron con este servicio y en las primeras semanas más de 75 personas por día decidían hacerse el hisopado sin bajarse del auto. Ese número ahora está en el entorno de 40 testeos diarios.
En esas primeras semanas, cuando los casos positivos de coronavirus crecían día a día, muchos compraban este servicio para “sacarse la duda” del contagio. “Venía la persona que estaba nerviosa porque, por ejemplo, había ido al súper y tenía miedo de si había tenido contacto con alguien contagiado”, contó Sarlos.
La “locura” y la “psicosis” que había al comienzo de la emergencia sanitaria bajó a medida que descendían los casos de coronavirus.
Sarlos identificó tres tipos de personas que contratan este servicio en estos meses de vuelta a las actividades: los que lo hacen por motivos laborales, quienes se testean porque vienen del exterior y los vinculados a cirugías de coordinación.
Algunas empresas que están por volver a las actividades presenciales pagan los testeos de los trabajadores para asegurarse que no están contagiados. Sarlos puso el ejemplo de los clubes Montevideo City Torque y Wanderers, que decidieron contratar el servicio para hisopar a los jugadores.
Estos equipos se adelantaron al resto, que más tarde, a través de la Asociación Uruguaya de Fútbol, hicieron un convenio con el Institut Pasteur. En ATGen también le hicieron tests a jugadores de Liverpool y a algunos futbolistas que estaban por negociar un pase al exterior.
Quienes llegan de viaje se comprometen a estar 14 días en cuarentena en una declaración sanitaria que firman. “Una forma de evitar hacer esa cuarentena es haciéndote, a los 6 días, el hisopado. Con el resultado negativo te ahorrás el resto de los días. Es la otra cosa que estamos viendo ahora más frecuente”, contó Sarlos.
A su vez, hay médicos que les piden a sus pacientes, aunque sean asintomáticos, “tener un test negativo cercano a una cirugía” coordinada para asegurarse de que no están contagiados.
“Hay una reactivación en estas últimas dos semanas del autotest. Y viene más que nada vinculada a esos tres casos”, contó.
El mito de la plata
Los amigos de Sarlos le decían que desde ahora “hasta el siglo XXII” iba a tener que pagar todos los asados de la barra. Detrás de eso, estaba la idea de que el laboratorio recibía muchos ingresos: “Había un mito que era que nos estábamos llenando de plata y eso fue algo que en parte me molestó”.
Sarlos desmiente esa creencia y todavía se sorprende cuando firma las cuentas del banco. “Veo números que antes no veía. Se van tortas de plata”, admitió.
Los laboratorios que hacen test de coronavirus bajaron los precios de los hisopados a medida que pasaban las semanas, pero ATGen los aumentó.
“Nos habíamos quedado fuera de costo porque, como fue una locura todo, hubo que poner un precio medio rápido y después tuvimos que ajustarlo porque nos quedamos abajo”, explicó.
Con el paso de las semanas, los test de coronavirus se “diversificaron”, hay distintas modalidades para hacerlo y distintos costos. El autotest cuesta $4.478 y es uno de los servicios del laboratorio que no cambió de costo. Un test a domicilio en el interior, en cambio, cuesta algo más de $5.000.
Los pool de test –en el que varias muestras se juntan y se llevan a estudio– cuesta $1.700 por cada determinación. Esta fue la técnica que el laboratorio aplicó cuando hubo un foco de contagios en Rivera y ATGen fue el encargado de hacer mil test aleatorios.
A su vez, el gerente de ASSE dijo que los precios de los test son “variables”, pero no son altos puesto que el organismo no dependió de “una importación extranjera”. Como científicos uruguayos elaboraron un “test nacional”, parte de estos fueron financiados por el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem).
“No tenemos la limitante del precio ni la limitante de las importaciones. Tenemos todos los kit que necesitemos y nos damos el lujo de disminuir el testeo diario”, celebró el jerarca.
Fuente: El Observador