El arzobispo de Montevideo se enteró de la noticia después que Francisco lo anunció en el Ángelus del domingo.

En un hecho histórico que sólo registra un antecedente, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, fue nombrado ayer por el papa Francisco, cardenal de la Iglesia Católica. La noticia corrió rápido desde el momento en que el sumo pontífice anunció ayer en su Ángelus quienes serán los 20 nuevos integrantes del Colegio Cardenalicio.

El nombre del uruguayo Sturla se escuchó en la plaza de San Pedro, que estaba repleta. La sorpresa fue mayor en estas tierras, empezando por Sturla, que no lo esperaba.

Hace seis meses, el arzobispo estuvo con el papa en el Vaticano y recibió el palio que le confirmaba entonces en su actual misión en Montevideo. Francisco lo invitó a una reunión privada, privilegio que no todos los arzobispos tuvieron.

“El papa siente simpatía por Uruguay”, comentó entonces Sturla a El Observador. Uno de los temas de los que hablaron en ese encuentro fue la situación de la educación y “cómo acompañar a los colegios católicos para que tengan clara su identidad”.

El papa Francisco destacó ayer que los nuevos cardenales son “procedentes de catorce naciones de todos los continentes” y que “representan el vínculo inseparable entre la Iglesia de Roma y las Iglesias particulares presentes en el mundo”.

De los nombrados, 15 cardenales tendrán la condición de elector, es decir, que podrán participar con voz y voto del cónclave que elija al próximo papa. Entre ellos está Sturla.

El total de cardenales ascenderá ahora a 228, de los cuales 125 serán electores. El colegio cardenalicio tiene representación de 73 países de los cinco continentes.

La designación también refleja la sintonía con Sturla y el buen relacionamiento con Uruguay.

Varios uruguayos que tuvieron la chance de hablar con el sumo pontífice revelaron que Francisco puede venir al país en el año 2016.

Según supo El Observador, Francisco proyectó que su visita no coincidiera con actos electorales de Argentina, Chile y Uruguay.

Un antecedente: Antonio María Barbieri

Hasta ahora, la iglesia Católica de Uruguay había tenido un solo cardenal: Antonio María Barbieri. Lo había nombrado el papa Juan XXIII, en 1958, y estuvo en el cargo hasta 1979, cuando falleció.

Barbieri, que había nacido en 1892, fue el primer religioso uruguayo en ser nombrado como integrante del Colegio Cardenalicio. Obispo Coadjutor de Montevideo desde 1936, había asumido en 1940 como Arzobispo titular de la ciudad. Integró el Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay y se destacó por sus conocimientos en Teología, además de ser un reconocido ensayista. De él se recuerda que acostumbraba dirigirse a sus fieles desde un programa radial.

Según datos de la página Catholic-hierarchy.org, fue en el consistorio del 15 de diciembre de 1958 que el papa Juan XXIII lo nombró Cardenal. Fue uno de los cardenales electores en el cónclave de 1963 y participó también del Concilio Vaticano Segundo. Trece años después de esa instancia, Barbieri renunció como arzobispo de Montevideo. Fue el 17 de noviembre de 1976 luego de treinta y cinco años de servicio.

Según el Código de Derecho Canónico, los cardenales quedan por su solo nombramiento incorporados al clero de Roma como colaboradores del Papa. Los elegidos deberán ser hombres destacados por su conocimiento de la doctrina, sus buenas costumbres, su piedad y su prudencia, señala el texto.