Ruralanas es una marca uruguaya que “teje calidad de vida” guiada por dos pasiones: la lana y lo artesanal. Con esta fórmula lograron que sus productos trasmitan dedicación, saber y tradición, además de belleza y buena calidad. Todos atributos que distinguen a Ruralanas y la ubican en un lugar de preferencia de todo turista que llega al país y también de aquellos consumidores locales dispuestos a regalar prendas y productos de lana de Uruguay.
Este lugar de privilegio llevó a que Ruralanas enfocara el 98% de sus ventas a turistas se vio totalmente trastocado con la llegada de la pandemia, cuando los viajes se frenaron y ya nadie llegó a los puntos estratégicos de venta donde la marca estaba presente.
Tal como recuerda Virginia Montoro, directora de Ruralanas, a partir del 17 de marzo comenzaron a cancelarse órdenes de compra grandes, incluso algunas ya prontas para ser entregadas.
El desconcierto duró unos días pero rápidamente la emprendedora y su equipo lograron ubicarse en la nueva realidad y encontraron caminos alternativos. Así fue como comenzaron a vender más hilados que prendas, ya que también venden al por mayor a otras marcas locales, y se plantearon crear una línea de teñidos ecológicos que se sumó a su línea de teñidos artesanales 100% lana. Al mismo tiempo empezaron a sumarse clientes potenciales del exterior, no solo para hilados sino para la producción de prendas.
“Si bien achicamos costos por la pandemia, debíamos seguir funcionando porque muchas artesanas dependen de nuestra empresa y muchas son cabeza de familia. El objetivo era lograr mantener el mismo trabajo de siempre, y lo logramos”, expresa Montoro, y agrega que en este tiempo transcurrido han aprendido mucho: “Primero que nada es seguro en la vida y también que para todo hay una solución y no hay que bajar los brazos. Seguimos funcionado y estudiando un montón de cosas que sin pandemia, hubiéramos dejado pasar ya que estábamos en un lugar cómodo. La pandemia nos dio el tiempo necesario de analizar dónde estábamos parados y definir a dónde queremos ir. Ahora sabemos que cuando el turista vuelva y funcionen ambos nichos, estaremos capacitados para afrontar los dos mercados”.
La diseñadora textil afirma asimismo que cree firmemente que los momentos de crisis son claves para poder crecer. “Nos pasó a fines del 2012 con la creación de nuestro característico packaging, que representó un antes y un después para nuestra marca.
Ahora pasó lo mismo, afloró nuestra parte creativa y nos enfocamos a nuevos mercados, con otros productos que si bien ya vendíamos, no les sacábamos el jugo como debía de ser”.
Durante la crisis las responsables de Ruralanas también pudieron pensar en contar con una estructura más grande y con mayor productividad.
“Mas allá de que personalmente soy muy positiva, hace 20 años que me dedico a la lana y creo firmemente que tenemos una materia prima increíble a nivel país, sumado a las técnicas artesanales que venimos implementando. Sentimos una pasión inmensa por la lana. Nuestra empresa tiene un fin social real que está en el mismo nivel de importancia que el fin comercial. Todos estos años de actividad nos han dado la experiencia necesaria para volvernos líderes en la realización de productos 100% lana, tanto artesanal como industrial, sea el producto que sea. Aún queda mucho por hacer, pero estamos felices donde estamos ubicados y como lo hemos logrado”, puntualizó Montoro.
Fuente: Marca País
Fotos: Ruralanas