FAO sostiene que generan una radiografía completa que es clave para adecuadas políticas de desarrollo rural.

Uruguay es uno de los países que acciona bien al realizar censos de agricultura, obteniendo en forma constante un conjunto de datos que permiten mejores decisiones a la hora de diseñar y ejecutar políticas. Eso fue destacado a El Observador Agropecuario por expertos de la Organización de las Naciones Unidades para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quienes la semana pasada integraron un conjunto de 50 personas que en el NH Columbia de Montevideo participaron en una mesa redonda sobre el programa Censo Agropecuario Mundial 2020.

Jairo Castano, jefe de Censos y Encuestas Agropecuarias de FAO, explicó que dicha agencia de las Naciones Unidas viene apoyando a los países en la realización de censos de agricultura desde 1950 y cada 10 años revisa las experiencias, las guías publicadas y publica nuevas guías para el siguiente decenio. En este caso, se realizó eso para el período 2016-2025.

Se elabora un manual con aportes que permiten en cada país mejores acciones para el encare de los nuevos censos, «usando estándares internacionales, para poder comparar procedimientos y también resultados con realidades de otros países», explicó.

«Cada censo de agricultura permite obtener una fotografía de la agricultura de un país y eso le permite a los tomadores de decisiones saber de forma eficiente qué políticas se están necesitando, dónde, qué deja de suceder y qué cosas nuevas suceden y eso posibilita, con información sólida, mejores decisiones», añadió.

La utilidad, admitió, es doble, para cada país y la propia FAO que con esos censos enriquece su base de datos, que es gratuita, está on line y tiene entre sus fuentes los censos agrícolas locales.

«Desafortunadamente, hay países en el mundo que nunca hicieron un censo de agricultura. Te puedes imaginar la calidad de las decisiones que se toman en esos países, es como un juego de adivinanzas…», cuestionó.

Por su lado, Verónica Boero, oficial técnico en Estadística Regional para América Latina y el Caribe de FAO, aportó que «sobre todo en los países en los que la agricultura es un sector muy importante para la economía y la sociedad se necesita ese sistema de información y además cuando existe hay que actualizarlo».

«En la mayoría de los países de América Latina se hizo al menos un censo agropecuario. Hay casos en los que se hicieron dos o más. En Colombia, luego de 43 años, en 2014 se realizó uno y lo valoramos mucho. En esta región los países se han ido dando cuenta de que esto es muy importante», expresó.

Admitió que realizar censos implica inversiones importantes, no obstante instó a realizar el esfuerzo correspondiente considerando los buenos impactos que generará la información.

«Uruguay es uno de los países de América Latina que presenta una buena situación, junto con Chile ha tenido constancia en los censos, cada 10 años, y además tiene encuestas intercensales, hay un sistema eficiente y eso merece reconocimiento», expresó.

Advirtió que, en situaciones puntuales, «han existido amenazas de perder parte de ese sistema; el consejo es que se haga el esfuerzo por no perderlo, para que no se pierda la capacidad de comparación intertemporal y evaluar tendencias. En Uruguay, como que se han realizado censos, el desafío es trabajar en que los mismos sean cada vez más eficiente», comentó.

Castano celebró que durante el último período de 10 años –concluido en 2015– hubo un récord de 131 países que hicieron el censo. En América Latina en ese período hubo 11 países que lo realizaron cuando en la década anterior habían sido ocho.

Uno cada 10 años

Tener información de calidad es vital para cumplir objetivos de desarrollo sostenibles. FAO apoya a los países para que hagan censos nacionales, con los que se construye el censo mundial –al menos uno cada 10 años– para tener una visión general sobre: tamaño de explotaciones agrícolas, tenencia y uso de la tierra, área cultivada, irrigación y otros factores. Eso mejora la planificación e implementación de políticas, la investigación y desarrollo y el monitoreo del impacto de la agricultura en el medio ambiente. Y ayuda a comprender la estructura de la industria de producción de alimentos y las limitaciones de los agricultores para producir más y mejor.

Mesas redondas

Esta fue la cuarta mesa redonda para lanzar nuevas guías. Hay una cada 10 años. Ya hubo en Asia, Medio Oriente y África. Las próximas se harán en Europa Central y en El Caribe. “No se trata de la llegada de expertos de la FAO para decir qué hay que hacer, son ámbitos en los que todos nos aportamos y enriquecemos”, concluyó Jairo Castano.

“Uruguay tiene una larga trayectoria en censos agropecuarios”

En línea: Vicente Plata |Oficial a cargo de la Representación de FAO en Uruguay

¿Qué valor tiene que Uruguay haya sido anfitrión de esta mesa redonda sobre el Programa Mundial del Censo Agropecuario 2020?
Uruguay tiene una larga trayectoria en censos agropecuarios y es plenamente consciente de los cambios que vienen ocurriendo en el período de tiempo entre un censo y otro en el sector, en el ámbito rural, en la tecnología y en la sociedad. Estos cambios plantean oportunidades y desafíos. Para planificar de la mejor manera la forma de capitalizar las oportunidades y enfrentar los desafíos es muy importante interactuar con colegas de los países de la región que tienen situaciones, en algunos casos, similares, y con los cuales se puede dialogar en forma más detallada las consideraciones respecto a diferentes opciones que han tomado. Asimismo, la posibilidad de mostrar con mayor detalle las características de Uruguay y los fundamentos de las decisiones tomadas permite recibir comentarios más detallados de colegas que trabajan en los mismos temas. Ser el país anfitrión da la posibilidad de recibir mayor cantidad de aportes en profundidad de colegas de alto nivel.

En la práctica, ¿qué relevancia tiene esta instancia?
Es altamente relevante para Uruguay. Permite resaltar, una vez más, la importancia de la generación de información de alto valor en forma confiable para la toma de decisiones, a nivel público, social y empresarial.

Autoridades de FAO dijeron que Uruguay y Chile son referentes de buenas prácticas en realizar censos y consultas similares en períodos intercensales…
Un rol importante de una organización multilateral como FAO es la facilitación del conocimiento de buenas experiencias desarrolladas para el trabajo en temas similares. Uruguay y Chile comparten varios enfoques institucionales en común: la preocupación por la adaptación de la agricultura al cambio climático, la importancia que se le da a la inocuidad de los alimentos y el rol del Estado en asegurar dicha inocuidad y la importancia de la información estadística generada por el Estado, entre otras cosas. Posiblemente Uruguay puede observar la experiencia chilena para mejorar las prácticas nacionales en este tema, al igual que lo está haciendo en otros temas, y al mismo tiempo Chile lo está haciendo respecto a distintas experiencias desarrolladas por Uruguay.

Fuente: El Observador