La familia en pleno de Alas Uruguay, incluyendo a funcionarios, hijos, madres, abuelos y nietos de los integrantes de la hoy cooperativa, más autoridades locales y departamentales, recibieron el miércoles 11 al caer la noche, al primero de los tres aviones adquiridos por la compañía.

Entre gritos de bienvenida, aplausos y mucha emoción, las casi 300 personas que esperaron largo rato en uno de los ex hangares de Pluna del antiguo Aeropuerto de Carrasco, mostraron toda la emoción contenida a lo largo de meses. No faltaron las banderas, los abrazos apretados y las lágrimas, y al descender del avión, el piloto que lo trajo desde Porto Alegre, revoleó por el aire una bandera uruguaya con el mismo ímpetu que seguramente lo hace cuando Uruguay gana un partido de fútbol.

“La emoción y la expectativa son grandes porque es el final de una etapa larga en la que hubo momentos de mucha alegría pero también de los otros. Para los trabajadores esto es una meta que se cumplió, una etapa que terminó y ahora hay otra que empieza y está marcada de forma simbólica por la llegada del primer avión”, explicó César Iroldi, presidente del directorio de Alas Uruguay, al tiempo  que se comprometió a que el logo de Uruguay Natural que lucirán las naves por tratarse de una empresa socia de la marca país, aparezca más grande en las otras unidades.

Antes de aterrizar el avión realizó una vuelta por la pista y ya en la pista recibió el clásico bautismo al pasar por debajo de los chorros de agua que dos camiones de bomberos le tiraban desde ambos lados.

El Boeing 737-300, es el modelo de aeronave comercial más vendido de la historia y pertenece a la serie 300, fabricada en 1998. Cuenta con dos motores GE de 22000 libras de potencia, que le permite ascender a su altura de vuelo de 11500 metros en 20 minutos y volar 4.000 km a una velocidad de hasta 890 km por hora con su capacidad máxima. También cuenta con una bodega delantera con una capacidad de carga de 30,23 metros cúbicos o 5740 kilos.

Iroldi explicó que se optó por arrendar los aviones y no comprarlos, como una forma de ganar flexibilidad a la hora de realizar un cambio o renovación de la flota.

El avión tiene capacidad para 136 pasajeros y en términos de confort, Iroldi destacó dos aspectos distintivos: la separación de más de 80 cm entre los asientos y la capacidad de carga de la bodega.

Con la llegada del primero de los tres aviones que conformarán su flota, Alas Uruguay pone en marcha el inicio de la penúltima fase del proceso de certificación de la aerolínea ante la Dirección Nacional de Aviación Civil (Dinacia).

Según el cronograma que maneja la empresa, el segundo avión llegará sobre fines de marzo y el tercero en mayo. “Con este primer avión vamos a terminar el proceso de certificación ante la Dinacia y una vez obtenida la certificación como colaborador aéreo, empezaremos a abrir las bases y se comenzará a operar inmediatamente”, aseguró Iroldi quien en concreto estimó que “A mediados de abril estaríamos volando charters y vuelos cargas y a mediados de mayo ya estaríamos operando con vuelos regulares”.

Los destinos que cubrirá son el puente aéreo Montevideo-Buenos Aires, Santiago, Córdoba, Asunción, Río de Janeiro, Curitiba y San Pablo.

Buenos augurios

La ministra de Turismo Liliam Kechichian, así como el viceministro y la directora de esa cartera, Benjamín Liberoff y Hiara Rodríguez, junto al director de Uruguay XXI, Antonio Carámbula, y otras autoridades ministeriales y municipales, acompañaron la espera del avión junto a los trabajadores.

Kechichian destacó que la puesta en marcha de Alas Uruguay “puede mejorar la conectividad con algunas ciudades, en particular del sur de Brasil y Chile. La ministra señaló a Brasil como un “destino estratégico” y se mostró esperanzada para alcanzar el objetivo de duplicar el más de medio millón de turistas brasileños que llegaron a Uruguay en 2014.

“Ojalá les vaya bien, por la conectividad, por el Uruguay y por ellos mismos”, agregó la jerarca al tiempo que tuvo palabras de reconocimiento hacia la compañía conformada por los extrabajadores de Pluna: «Se trata de un conjunto de trabajadores que ha peleado mucho, que pusieron sus bienes de respaldo y van a hacer un esfuerzo enorme para que esto funcione», apuntó.

Por su parte, Antonio Carámbula recordó que el cese de operaciones de Pluna fue un golpe muy fuerte para Uruguay,  pero destacó que rápidamente hubo una recuperación de la conectividad. “En este momento hemos mejorado las conexiones con Europa, sin embargo en la región y en particular con algunos mercados muy importantes para el turismo, como Brasil e incluso Paraguay, precisamos más conectividad”, dijo.

Al igual que Kechichian, Carámbula resaltó el esfuerzo realizado por los trabajadores y señaló que “estamos muy esperanzados, junto con todo el país, de que la llegada de Alas Uruguay nos permita fortalecer las conexiones, sobre todo pensando en la región. Muchas veces hemos dicho que el desarrollo del turismo en la región está muy asociado a la conectividad, en este continente es así.  Por eso esperamos que a la nueva compañía le vaya muy bien, no solo en lo que tiene que ver con el turismo, sino también en  relación al aumento del intercambio comercial”.

Finalmente, Carámbula mencionó el clima de emoción que se vivía esa tarde: “Sabemos que los trabajadores han hecho un gran esfuerzo, un largo camino, por eso la emoción que se vive en este momento. Esperamos que esta emoción de todos sea un buen augurio para que la compañía comience sus operaciones con buen pie”.

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