La ubicó en BBB-, un escalón por encima del grado inversor.

La calificadora internacional Fitch Ratings mantuvo la nota de la deuda uruguaya en moneda extranjera en BBB-, esto es el primer escalón dentro del grado inversor, y con perspectiva estable.

«Las calificaciones de Uruguay están respaldadas por fuertes características estructurales en términos de desarrollo social e institucional, un balance externo saludable y un perfil de vencimiento de la deuda pública favorable. Estos factores se equilibran con un débil historial de cumplimiento con los objetivos fiscales y de inflación, que pesan sobre la credibilidad de las políticas, la deuda pública relativamente elevada y dolarizada, y la rigidez del alto presupuesto», sostiene el informe conocido ayer.

Asimismo, Fitch destacó el «repunte» del PIB local, que creció al 2,7% en 2017, aunque lo analizó como una «recuperación desigual». Este ritmo de crecimiento está «algo por debajo de los pares de BBB pero reflejando la continua resistencia al volátil y lento crecimiento regional».

También repasó que «la caída de la inversión y las protestas en el sector agrícola han resaltado los problemas de competitividad, incluidos los impuestos relativamente altos y las tarifas de los servicios públicos, las rigideces del mercado laboral, las deficiencias de la infraestructura y un peso fuerte».

Respecto al déficit fiscal, la principal preocupación macroeconómica del gobierno, Fitch proyecta «una mejora» esperando que baje a 3,4% del PIB a fines del 2018 —en los 12 meses a marzo se ubicó en 3,5% del PIB—. Sin embargo, no espera que se alcance el objetivo oficial de reducir el déficit a 2,5% del PIB en 2019.

Los factores de riesgo identificados por Fitch, que podrían desencadenar una calificación negativa de Uruguay a futuro, son «un aumento más rápido de la tendencia en la carga de la deuda pública, un deterioro en las perspectivas de crecimiento y una erosión de los amortiguadores de liquidez externos».

En contraposición, los componentes que podrían elevar la calificación crediticia del país serían «una consolidación fiscal consistente con la estabilización de la trayectoria de la deuda pública y la desdolarización del saldo de la deuda, una reducción sostenida de la inflación y un mejor anclaje de las expectativas de inflación, y la evidencia de inversiones o ganancias de productividad que elevan las perspectivas de crecimiento a mediano plazo».

La calificadora espera «un crecimiento positivo del PIB en Brasil y Argentina» en 2018 y 2019, que ayudará a Uruguay.

Fuente: El País