Para el FMI, las reservas que acumula Uruguay son un buen «colchón» para hacer frente a cambios de escenario. En la reunión de ese organismo y el Banco Mundial, el país advirtió sobre el riesgo de subas abruptas del dólar.

El pasado viernes 12 de abril culminaron las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que se realizan dos veces al año. En ese marco, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner elogió la manera en que la economía uruguaya aprovechó la coyuntura.

Al ser consultado por El País en la conferencia que dio ese departamento, Werner afirmó que «Uruguay ha estado en una posición muy buena en los últimos años. Durante estos años de alto crecimiento, han aprovechado los altos precios de los productos básicos para manejar una situación en la que los altos precios de la energía también estaban afectando a Uruguay como importador de estos insumos, pero creo que aplicaron la política correcta para aprovechar todo el boom agrícola en América del Sur».

Para el director del Departamento del Hemisferio Occidental las autoridades uruguayas «fueron capaces de gestionar el reto de la competitividad de los altos precios de la energía (para un país importador de ella), y han construido una importante cantidad de reservas para tener un colchón» que permita «capear un cambio en el escenario» económico.

Las reservas que gestiona el Banco Central eran US$ 16.759 millones al jueves (último dato disponible), lo que representa el 30% del Producto Interno Bruto (PIB).

Ante la pregunta de El País sobre cómo Uruguay lidia con un escenario de dólar más alto, Werner afirmó que en el FMI «nos sentimos cómodos que la combinación de políticas es adecuada para manejar un escenario externo un poco menos ventajoso».

El funcionario del organismo afirmó que «el país está manejando relativamente bien la desaceleración de su economía y creo que hay muchos proyectos interesantes en términos de infraestructura». Destacó además «algunos proyectos interesantes en minería y puertos» que «pueden ayudar al país a reducir al mínimo los efectos de la desaceleración en la región y los efectos de la estabilidad y la caída de los precios de algunos commodities agrícolas en los años siguientes».

Uruguay y el dólar

Por su parte, tras la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI en el que participó Uruguay junto a Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Perú, se advirtió al resto de los países sobre «el riesgo que representan las depreciaciones bruscas del tipo de cambio (monedas locales) para el balance de los bancos y las empresas en las economías con descalces de monedas importantes».

La declaración estuvo contenida en el discurso presentado por el presidente del Banco Central de Chile, Rodrigo Vergara, ya que ese país tiene la titularidad de la «silla» en el Comité (compartida con Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Uruguay).

También Vergara hizo hincapié en que «la reanudación de la agenda de reforma de la regulación financiera es crucial para garantizar la estabilidad financiera global. Damos la bienvenida a los pasos hacia la materialización de una unión bancaria en la zona euro».

Además, en su discurso hubo un apartado sobre Uruguay (preparado por la delegación uruguaya en Washington que encabezó el presidente del Banco Central, Alberto Graña).

En esa parte, «las autoridades uruguayas saludan el énfasis reciente del FMI sobre la necesidad de abordar la desigualdad en todo el mundo».

El gobierno destacó ante los miembros del FMI el crecimiento económico de 4,4% en 2013 por undécimo año seguido y la reducción de la pobreza.

«Como efecto secundario, la mejora económica mencionada anteriormente, junto con la evolución de los precios de los productos básicos, ha ejercido una presión considerable sobre la inflación, cuya reducción constituye la máxima prioridad de las autoridades», señaló Uruguay a través de Vergara.

«Para 2014, las autoridades proyectan un crecimiento económico satisfactorio, teniendo en cuenta las tasas de crecimiento de Uruguay durante la segunda mitad del siglo XX y las circunstancias mundiales y regionales vigentes», se indicó. La proyección del gobierno, es que el PIB crezca 3% este año.

En el discurso se remarcó que «el desempeño del país ha tenido lugar en un contexto de restricciones comerciales a nivel regional en los últimos años y, a diferencia de otros países, en términos de intercambio desfavorables en la mayor parte de la década».

Se añadió que «la resistencia económica de Uruguay y sus logros constituyen incentivos para las autoridades a redoblar los esfuerzos para hacer frente a las necesidades adicionales».

Desafíos por la zona euro

Los potenciales desafíos derivados de la baja inflación en la zona euro, y las críticas al retraso a la reforma del sistema de cuotas por EE.UU. fueron los temas principales de la asamblea de mitad de año del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que se cerró ayer. «El BCE ha mantenido unas condiciones monetarias expansivas y debería considerar más acciones si la baja inflación se hace persistente», apuntó el comunicado del Comité Financiero y Monetario del organismo FMI. La incapacidad de EE.UU. para sacar adelante la reforma de cuotas de la institución internacional, fue otro de los puntos.

Fuente: El País