Proteger los humedales es una necesidad mundial, que va más allá de gestionar actividades turísticas o productivas.

Los humedales ocupan 12 % del territorio de Uruguay, mejoran la calidad del agua, controlan las inundaciones, ejercen protección contra la erosión, albergan gran diversidad biológica, contribuyen a la mitigación del cambio climático y son reservorios de agua, detalló Rucks a la Secretaría de Comunicación Institucional. Esas áreas comprenden lagos, lagunas, bañados, esteros y costas y en los últimos años han tomado nuevas dimensiones, apuntó.

Rucks señaló que, en la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), los estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) determinaron que las turberas (tipo particular de humedales) tienen una mayor capacidad de captura de carbono que los bosques, “por lo cual pasan a tener una importancia fundamental en la conservación ambiental y frente a la modificación del clima”, resaltó.

Por tal motivo, el gobierno de Tabaré Vázquez incorporó, en la política nacional de cambio climático, la responsabilidad de proteger las turberas que se encuentran dispersas en todo Uruguay, por ejemplo en el arroyo Carrasco o la Laguna Negra.

La protección de los humedales como áreas inundables incluye la erradicación de los asentamientos de viviendas, en la cual está focalizado el Ministerio de Vivienda, que trabaja conjuntamente con todas las intendencias departamentales del país, añadió.

En la actualidad, Uruguay tiene tres áreas bajo la protección del tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos (Ramsar), entre las que se encuentran los esteros de Farrapos, islas del río Uruguay, ubicados entre San Javier y Nuevo Berlín. Contienen senderos turísticos y actividades productivas, como agricultura y ganadería.

Los bañados del este de Uruguay, ubicados en Rocha, Treinta y Tres y Cerro largo, comprenden la segunda área protegida. Allí se produce arroz, por lo cual se han incorporado tecnologías conservacionistas para protegerlos y hacer un uso racional de ellos. El tercer humedal en esta situación es la Laguna de Rocha, con una gran importancia paisajística e intenso uso turístico.

Uruguay tiene muchos más humedales, que no han podido ser presentados bajo la responsabilidad de Ramsar porque las capacidades de gestionarlos dependen de las condiciones locales en las cuales se utilizan esos humedales.

Al respecto, Rucks destacó la necesidad del involucramiento de los gobiernos departamentales y los privados en la gestión de estas áreas, que representan cerca de 7% del total.

Conservar los humedales no significa dejarlos como están, sino trabajar con una mirada integral como lo hace Ramsar, indicó.

Fuente: Presidencia