El área permitirá a los emprendedores en biotecnología del país y la región trabajar en una misma planta física, usufructuar el equipamiento tecnológico del Instituto y recibir asesoramiento científico y de marketing.
En los 700 m2 dispuestos para el “Espacio de Innovación”, el Instituto Pasteur de Montevideo procura que se instalen empresas e investigadores vinculados a biomedicina, tanto humana como animal. El FOCEM financió gran parte de la obra (US$ 7 millones). Este proyecto plurinacional funciona bajo la órbita del instituto. Los emprendedores que se sumen podrán usufructuar su equipamiento tecnológico y recibir asesoramiento.

Este Espacio de Innovación es uno de los tantos proyectos Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), que financió gran parte de los U$D 10 millones que se invirtieron en total. El espacio incluye laboratorios, salas de reuniones, de negocios, de transferencias administrativas y un ámbito para lo que será el proyecto “Genoma Uruguay” que comenzará el año próximo. Se estima que a esta infraestructura podrán acceder unas diez empresas, así como investigadores, sobre todo vinculados al área de la biomedicina (tanto humana como animal). Para que las empresas se instalen, se realizó un llamado a nivel de Mercosur, se acordó con la ANII la implementación de algunos proyectos y se hizo lo propio con consorcios de innovación de países hermanos.

Apuesta a la biotecnología en un contexto de desarrollo
El ministro de Industrias Roberto Kreimerman definió este emprendimiento como un paso fundamental en la estrategia país. “El mundo está en un momento de desarrollo basado en transformación tecnológica con cadenas de valor productivas ya globales”, indicó el jerarca, y agregó que el crecimiento de la biotecnología se sustenta en la industria y destacó los avances, sobre todo en salud y agro. “Vemos con alegría cómo va creciendo el sector, pese a que aún es insuficiente”, dijo Kreimerman.
Actualmente en Uruguay operan 61 empresas dedicadas a la biotecnología y el sector emplea en forma directa a 3000 personas. La red de institutos biotecnológicos se ha multiplicado, y el país progresa en la incorporación de ámbitos de incubación.
Desde el Gobierno se promueve la aprobación de una ley de apoyo a la biotecnología que acompañe el decreto ya dispuesto para favorecer el desarrollo del sector y complementar el marco normativo necesario. “Estamos en tiempos de cambio en el mundo y América Latina busca agregar conocimiento a sus recursos naturales, conocimiento que ya cuenta con masa crítica”, afirmó Kreimerman.

Por su parte, el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich recordó que la biotecnología apareció hace 30 años como una promesa, porque además era un área en la que había que formar gente. “El momento que estamos viviendo ahora implica un cambio de naturaleza cualitativa”, indicó. El jerarca destacó los esfuerzos que se están realizando en el país, las capacidades que se están desarrollando, y afirmó que se ingresa a otra etapa con formación específica en biotecnología.

La ministra Muñiz valoró este emprendimiento y aseguró: «el instituto nos jerarquiza como país, nos ubica a la vanguardia en innovación e investigación con proyección internacional». También valoró que en el exterior “Uruguay está de moda”, y expresó que así es, pero no solo por el turismo, como lo fue tradicionalmente, sino por el Sistema Nacional Integrado de Salud, valorado con interés por ser ahora un país de renta alta, por las políticas sociales, por su gestión seria y responsable y por el desarrollo de innovación científico-tecnológica.

Para el presidente del Consejo Ejecutivo del Instituto Pasteur, Guillermo Dighiero Dighiero, este proyecto corona el objetivo inicial de la creación del Instituto en Uruguay, que sigue el modelo del de París. Elogió el cumplimiento de los compromisos asumidos por la institución en solo seis años y anunció que el Instituto Pasteur de París eligió a Alejandro Buschiazzo (perteneciente al Instituto de Montevideo) como el mejor investigador del año 2013. Aseguró que en Uruguay se produjo “un crecimiento económico espectacular en los últimos diez años”, pero consideró que para avanzar en desarrollo sostenible a largo plazo debemos trabajar en educación y en la inserción en la sociedad del conocimiento. “El desafío es integrar la masa de científicos de calidad que estamos formando al sector productivo”, añadió.